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Semana 3. Cuentos desde lejos

Es imposible cubrir de una manera representativa el panorama global de la literatura breve. Su extensión en el tiempo ya es un problema, con tradiciones cuentísticas que se remontan hasta el fondo de la historia, y el desarrollo de la literatura actual a lo largo y ancho del mundo resulta casi infinito.

Por ello, la visión que tenemos del género breve se presenta como centralista y reducida (Europa/América), así que tenemos que aceptar que es una mirada parcial. Por ello hemos decidido acercarnos, así sea de forma muy fragmentaria, a la literatura breve procedente de regiones que no suelen estar en nuestro espectro lector, a través de un par de ejemplos del Japón, otro proveniente del mundo árabe y uno más del África occidental.

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Japón

Mishima en 1956

三島由紀夫
(Yukio Mishima, Tokio, 1925-1970)

La vida de Mishima tiene tintes de leyenda. Vinculado a la aristocracia japonesa, educado por su abuela y con el permanente rechazo de su padre a la actividad literaria, logró establecerse como uno de los más importantes escritores japoneses de postguerra. Su novela Confesiones de una máscara, la primera de cuarenta, ha recorrido el mundo en traducción a incontables idiomas. Su supuesta homosexualidad, su obsesión por el físicoculturismo y su muerte a través del ritual tradicional suicida del seppuku  envuelven la historia de este extraordinario autor. Destaca en su obra la enorme capacidad, quizá característica de la literatura japonesa, de adentrarse en la psicología de los personajes y retratar el difícil desarrollo de personalidades complejas en el contexto de una cultura rígida, tradicionalista y disciplinada, como podremos ver en el cuento «La perla» que narra los desencuentros y malentendidos de un grupo de mujeres.

Murakami (foto: Random House)

村上 春樹
(Haruki Murakami, Kioto, 1949)

Murakami ha alcanzado reconocimiento internacional a través de un conjunto de novelas en las que se desarrolla una visión irónica de la sociedad contemporánea, apoyada en lo surreal, lo onírico, el humor y, en buena medida, la música. En su juventud trabajó en una tienda de discos y después manejó un bar de jazz; su pasión por la música puede sentirse en su obra literaria pues juega en ella un papel importante para la construcción de escenarios y climas narrativos. En japón se le ha criticado, se le considera un autor «pop» y alejado del cuerpo canónico de la literatura de ese país. Sin embargo, Murakami puede ser visto como un escritor posmoderno, global, en cuyo pensamiento asoma el nuevo estado de la cultura conectada a nivel planetario. El breve cuento «Un día perfecto para los canguros» es una pequeña muestra de su visión humorística de las cosas.

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Egipto

Naguib Mahfuz

نجيب محفوظ
(Naguib Mahfuz, El Cairo, 1911-2006)

Autor de una amplísima obra, premio Nobel de Literatura 1988, Mahfuz dedicó su vida al desarrollo de una visión literaria del mundo árabe. En sus inicios escribió literatura histórica localizada en la era de los faraones y posteriormente abordó la literatura social describiendo la realidad de un Egipto cambiante, en proceso de modernización, producto de una revolución moderna. A partir de ahí, y como resultado de la descomposición social del nuevo Egipto, su obra se vuelve más oscura, orientándose poco a poco hacia el absurdo y desarrollando personajes solitarios y decadentes. En 1994 fue herido por extremistas islámicos (en 1996 sería declarado «hereje» y condenado a muerte por el extremismo islámico); la herida le causó serios problemas de salud y en cierta medida le impidió seguir desarrollando su obra con el ritmo acostumbrado, aunque no dejó de escribir. El cuento «El acusado» es una muestra de la visión de Mahfuz sobre los conflictos sociales en Egipto y el absurdo presente en su trabajo.

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Nigeria

Chimamanda Adichie

Chimamanda Ngozi Adichie (Abbu, 1977)

Esta joven escritora nigeriana, con estudios superiores en los Estados Unidos, ha logrado plasmar en sus cuentos y novelas la dramática realidad de su país —compartida por vastas regiones del enorme continente africano— que se desenvuelve entre la pobreza, el colonialismo y el postcolonialismo, el desarrollo desigual y los constantes, violentos conflictos religiosos y étnicos. Con una narrativa directa, cruda, nos sitúa en el centro de una sociedad marcada por diferencias económicas, culturales, raciales, religiosas, que parecen no tener solución. Su conferencia «El peligro de una historia única», divulgada a través internet por la plataforma TED le ha dado una gran popularidad (más de cuatro millones de vistas): en ella se refiere a la necesidad de abrirnos a las diferentes formas de ver las cosas y a evitar el juicio a partir de una sola perspectiva, una extraordinaria apología de la diversidad que vale la pena escuchar. No es fácil encontrar traducciones al español en línea de la obra de Adichie, así que hemos traducido el cuento «A Private Experience», publicado originalmente por The Guardian (http://www.theguardian.com/books/2008/dec/28/chimamanda-ngozi-adichie-short-story).

Los cuentos de esta semana:

  • Yukio Mishima, «La perla». BLOGPDF
  • Haruki Murakami, «Un día perfecto para los canguros». BLOGPDF
  • Naguib Mahfuz, «El acusado». BLOGPDF
  • Chimamanda Adichie, «Una experiencia privada». BLOGPDF

Semana 2. Ciencia ficción

Sueños de robot

Mis primeros robots aparecieron en 1939 y he tenido que vivir más de cuarenta años para descubrir que fui profeta.
Isaac Asimov

La ciencia ficción (ficción científica o SciFi) representa un subgénero literario tan amplio o más que «fantasy» o «terror». Si bien se trata de un tipo de literatura característico del siglo XX y que crece en nuestros días, sus orígenes pueden remontarse lejos en el pasado. La monstruosa creación del Dr. Frankenstein en la obra de Mary Shelley, a principios del siglo XIX es ya ciencia ficción, aunque las referencias literarias sobre viajes a la luna o al futuro aparecen aun antes.

Suele reconocerse a H. G. Wells (La guerra de los mundos) y a Julio Verne (con sus viajes a la luna, islas flotantes y la exploración submarina a bordo del fabuloso Nautilus), como los grandes fundadores del género de ciencia ficción: el uso de los conocimientos producidos por la ciencia para la creación de obras literarias que pueden ser futuristas, terroríficas o fantásticas, en las que la lógica científica apuntala la verosimilitud de las historias. Verne, estudioso de la ciencia, fue capaz de prever las posibilidades técnicas del futuro y, en sus historias, se anticipó al viaje espacial y al viaje submarino. ¿Quién iba a decirle a Verne que en 1969 el hombre llegaría realmente a la Luna?.  Su obra está compuesta de grandes novelas, pero en el relato «Un expreso del futuro» se puede asomar la genial imaginación del autor.

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Clásicos de la ciencia ficción

Fue en la década de 1920 cuando el término se acuñó definitivamente y comenzó su crecimiento exponencial hasta nuestros días. Pronto, la ciencia ficción se convirtió también en género favorito de dos de los medios de comunicación más importantes del siglo XX: el cine y el cómic (y de su subsidiaria, la TV). En todas sus formas, este género busca poner la ciencia al servicio de la imaginación, y en muchos casos, las obras de ficción científica llegan a convertirse en verdaderas profecías de lo que con el tiempo se consigue a través del desarrollo técnico y científico. 50 años atrás, en 1964, Isaac Asimov imaginaba el siglo XXI con una precisión sorprendente, como puede verse en este artículo (en inglés).

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Isaac Asimov (1920-1992)

Isaac Asimov

Uno de los más prolíficos y reconocidos autores de ciencia ficción fue el estadounidense Isaac Asimov. Nacido en la Rusia soviética, cuando tenía apenas tres años de edad su familia se trasladó a Nueva York. Aunque estudió bioquímica y química, llegando incluso al doctorado, no se desarrolló plenamente en el campo de la investigación científica. Optó por la escritura, y escribió sin parar: más de 500 libros publicados, sin contar artículos, cartas y otros textos, abarcando fundamentalmente la ficción científica, pero destacando también en la divulgación de la ciencia y la historia.

La saga Fundación, formada por tres novelas centrales y aumentada por numerosos libros, es una de sus obras más importantes. En su parte central, la trama se ubica muy lejos en el tiempo y ha sido calificada como una «historia del futuro» por la solidez de sus planteamientos psicosociales, además de la construcción de un universo tecnológico complejo (no es casual que la saga cinematográfica Star Wars recuerde un poco a Fundación). Los robots juegan, en su obra un papel fundamental. Fue él mismo quien acuñó la palabra «robótica» con la que hoy se describe un amplio conjunto de conocimientos relacionados con el desarrollo de la inteligencia artificial. Dentro de la ficción, Asimov creó las «tres leyes de la robótica», que es tenida en cuenta (o debería serlo) por quienes trabajan en esta área de desarrollo científico. El mismo Asimov se mostraba orgulloso de haber predicho en sus obras de ficción escritas a mediados del siglo XX muchos de los avances científicos que vería concretarse a finales del mismo siglo.

De Asimov leamos el relato «Sueños de robot», en el que se plantean claramente estas tres leyes y cuya trama forma parte de numerosas películas, entre ellas Yo robot (basada en los relatos del libro de Asimov del mismo título) y El hombre bicentenario.

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Stanislaw Lem
(1921-2006)

Stanislaw LemSi bien la ciencia ficción ha sido dominada por escritores de habla inglesa (Asimov, Bradbury, Huxley, Clark, Dick, etc.), el polaco Lem es un representante muy especial del género, principalmente por su uso de la sátira y la reflexión filosófica sobre los temas del futurismo, los viajes espaciales y los viajes en el tiempo, entre otros. Muchas de sus obras han sido también llevadas al cine (como Solaris). Estudió medicina, aunque no pudo terminar, en parte por la segunda guerra mundial (en la que se salvó, casi por suerte, de morir a manos de los nazis), en parte por ser un disidente (aunque socialista) bajo el régimen soviético. Así, optó también por la literatura, y no le fue fácil: uno de sus temas preferidos, la cibernética, le fue duramente censurado por el poder soviético al considerarlo afín a los valores de la «burguesía capitalista».

Lem se divirtió mucho realizando ficción a través de la problematización de paradojas del conocimiento científico. Como ejemplo están los viajes de su genial personaje Ijon Tichy, un viajero espacial, protagonista de una serie de locos relatos, los Diarios de las estrellas. Leamos el primer relato, «Viaje séptimo», donde el viajero se enreda en una especie de bucle temporal producido por una nube gravitacional y tiene experiencias bastante alocadas, permitiéndonos asistir al humor con que este extraordinario autor aborda el género.

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Ray Bradbury
(1920-2012)

Este escritor estadounidense, autodidacta, recientemente fallecido, ha abordado mucho más que la ciencia ficción a lo largo de su obra. Sin embargo, una de sus novelas causó tanto impacto que llevó a que se le considerara como uno de los más importantes autores del género: Farenheit 451. En esta novela, Bradbury describe un futuro dominado por un poder totalitario en el que han sido prohibidos los libros, y narra el proceso de conversión de un «bombero», cuyo trabajo consiste en descubrir libros clandestinos para incinerarlos (el papel arde a 451°F; de ahí el título del libro), que es conquistado por la literatura.

En cuanto a sus relatos, son muy famosas las Crónicas marcianas. Para conocer un poco su obra, leamos también uno de esos cuentos, «Encuentro nocturno».

 

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Philip K. Dick (1928-1982)

Philip K. Dick

Philip K. Dick

Entre los autores más reconocidos del género está el estadounidense Philip K. Dick, de cuya imaginación se han creado algunas de las más sobresalientes películas futuristas de la segunda mitad del siglo XX (y siguen produciéndose nuevas). Escribió 36 novelas y más de 120 cuentos de ciencia ficción. De sus novelas destaca, por ejemplo ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? que fue llevada al cine por Ridley Scott bajo el título de Blade Runner, la cual se ha convertido en un filme de culto y que se niega a envejecer. En ella se plantea el viejo tema asimoviano de la creación tecnológica humana que pretende superar o dominar a su creador.

Sus cuentos se han convertido en películas de ciencia ficción policial como Minority Report, en la que Tom Cruise interpreta a un agente policial que impide crímenes que no se han cometido pues hay una tecnología que los predice; The Adjustment Bureau (Los ángeles del destino), en la que unos extraños seres intervienen sobre las personas para que el destino siga un curso específico, o Total Recall, basada en el relato «Podemos recordarlo todo por usted», que ya está en su tercera adaptación a la pantalla: la primera (1990) con Arnold Schwarzenegger; la segunda como serie de televisión en Italia (1997), y la tercera con Colin Farrell, estrenada en 2012.

De Dick leamos el cuento «Un extraño paraíso», en el que el autor introduce un elemento de erotismo y a la vez explota la idea común de que hay extraterrestres muy avanzados interviniendo en la historia humana desde la antigüedad.

Las lecturas:

Lecturas opcionales:

  • Julio Verne, «Un expreso del futuro». En el blog
  • Stanislaw Lem, «Viaje vigésimo tercero», aquí.
  • Arthur C. Clarke, «Los poseídos», click aquí.
  • Daniel Salvo, «El primer peruano en el espacio», click aquí.

Semana 1. Cuentos clásicos policiales y de horror

Normalmente iniciamos el taller con la lectura de cuentos naturalistas del siglo XIX (de autores como Maupassant y Chejov), que nos dan una buena introducción al género breve. Sin embargo, dado que el ciclo de verano es más breve, empezamos directamente con los grandes maestros del cuento moderno en dos de sus géneros más representativos: el policial y el horror.

Cuento policial
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Arthur Conan Doyle

Arthur Conan Doyle

Arthur Conan Doyle

“Elemental, mi querido Watson”; una de las más famosas frases de la literatura, con la que Sherlock Holmes comenzaba a explicar a su buen amigo los pormenores de algún misterio que, aunque se ocultaba para todos los demás, era evidente para él. La figura de Sherlock Holmes, el genial personaje de Sir Arthur Conan Doyle (Edimburgo, Escocia, 1859-1930), ha quedado para siempre como el primer ejemplo de detective que, usando la observación sistemática y el método deductivo, tal como lo usa la metodología de la ciencia, era capaz de resolver los rompecabezas más difíciles, surgidos de la imaginación del autor.

Sherlock Holmes está en la base de la literatura policiaca, uno de los géneros más leídos que, además, ha dado al cine una de sus temáticas más productivas, el thriller. Seleccionar uno de los relatos protagonizados por Sherlock Holmes es muy difícil. Conan Doyle escribió relatos cortos (y no tan cortos) que se publicaban en medios periodísticos y fueron agrupados después en los volúmenes Las aventuras de Sherlock HolmesLas memorias de Sherlock Holmes y El regreso de Sherlock Holmes. Del primero de estos libros, leamos “El carbunclo azul”, en el que pueden verse con claridad las dotes deductivas y la personalidad del gran Holmes.

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Ernest Hemingway

Ernest Hemingway

Ernest Hemingway

(Illinois, EUA, 1899-1961) En realidad, este genial autor estadounidense no pertenece a la tradición del género policiaco. Su obra es mucho más amplia en temática y extensión, y es reconocido por extraordinarias novelas como El viejo y el mar, en la que narra con maestría la lucha casi espiritual de un hombre contra su presa, casi tan humana como él mismo, y por la que obtuvo en 1953 el premio Pulitzer (al año siguiente se le otorgaría el Nobel de literatura por el conjunto de su obra). Sin embargo, entre sus magistrales cuentos destaca uno que prefigura el relato policial contemporáneo por su argumento: «Los asesinos». En esta historia hay que poner atención en la forma en que el autor resuelve todo el contexto, el clima, el argumento, el suspenso, la trama, a través de diálogos simples. Lo incluimos en esta semana solo para no perdernos las letras de este autor-aventurero fundamental en la literatura del siglo XX.

¡Terror!

La literatura de horror es la fuente de un género desarrollado en el cine incansablemente desde hace casi cien años (con Nosferatu, por ejemplo, cine mudo alemán de 1922). Pero hay una diferencia importante entre la literatura clásica de horror y el cine y la literatura de terror de nuestro tiempo: hoy en día, acudimos más al «efecto», a la provocación del susto, el espanto espontáneo que nos haga temblar en la butaca. La literatura de terror, de una forma más pausada pero mucho más profunda, nos llevará a la vivencia del miedo como pasión básica pero no caerá en ese efectismo del susto que reconocemos como terror. El lector contemporáneo, por tanto, puede llegar a sentir que los cuentos de Poe, Lovecraft y otros autores, parecen «no dar miedo». Hay que poner atención en el suspenso y en la descripción de los sentimientos de miedo de los personajes.

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Edgar Allan Poe

Edgar Allan Poe

Edgar Allan Poe

Edgar Allan Poe (Boston, 1809-1849) no solo fue un extraordinario poeta romántico y creador de uno de los personajes más interesantes de la literatura policiaca, como es Auguste Dupin. Quizás la razón más significativa de su enorme  fama, su interminable influencia y su permanente actualidad, es que se trata de un autor de cuentos de misterio y miedo; podríamos decir que se encuentra entre los fundadores del género terrorífico.

La narrativa oscura, gótica, de Poe, ha trascendido el tiempo y el espacio. Traducido a incontables idiomas y reeditado constantemente, Poe sigue llenando nuestra imaginación de temores. Hay en su obra suspenso, fantasmas y espantos, toda una vida espectral dispuesta a estremecernos a lo largo de las líneas de sus estupendos cuentos. Un ejemplo muy importante de esta tendencia es el fabuloso cuento largo «La caída de la casa de Usher», que ha inspirado películas, obras de teatro y hasta música (por ejemplo, la suite de rock progresivo de The Alan Parsons Project). Pero hay también otra serie de cuentos en los que lo espectral no tiene lugar sino que se concentra en los miedos del individuo, en las jugarretas que puede hacernos nuestra propia imaginación si no se encuentra en la mejor de las posiciones.

Es el caso de «El corazón delator» el cuento que leeremos esta semana, en el que Poe explora la conciencia y las formas en que ella aflora para traicionarnos cuando no se encuentra «limpia». Cabe resaltar que, aunque circulan numerosas traducciones al castellano de los cuentos de Poe, la traducción que leeremos de «El corazón delator» es la de Julio Cortázar, inmejorable, que suma a la maestría del autor, la de un escritor que representa la mejor cuentística en nuestro idioma.

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H. P. Lovecraft

H. P. Lovecraft

Por su parte, en Howard Phillips Lovecraft (Providence, EUA, 1890-1937) tenemos a un fundador de todo un subgénero y una literatura de culto. Lovecraft fue un escritor prodigio: escribió su primer relato de terror a los quince años de edad, y, aunque dedicaría su juventud a la poesía, desarrollaría más adelante toda una especie de amenaza latente en los mares, monstruosa, terrible, alrededor de la cual crecería la leyenda de «Los mitos de Ctulhu», de los cuales, probablemente, la historia más representativa es «La sombra sobre Insmouth» (que se puede descargar en PDF de aquí). Desarrollados casi siempre en el frío y húmedo paisaje de la costa noratlántica de los Estados Unidos (Rhode Island, Maine), los sencillos pueblos de pescadores sobreviven a la amenaza de una especie monstruosa que viene de las profundidades y se confunde con nosotros en un oscuro afán de conquista.

Una de las series de cuentos más conocidas de Lovecraft es la llamada «onírica», que personifica Randolph Carter, un filósofo-investigador enfrentado a extraños poderes como en «La declaración de Randolph Carter», el cuento que leeremos esta semana.

Lecturas:

 

Ciclo 2014-verano ¡Bienvenidos!

Bienvenidos y bienvenidas a la edición número 6 del taller En las nubes de la ficción, el club virtual de lectura de Formación Universitaria de la Universidad del Pacífico, para el ciclo de verano de 2014.

La dinámica de participación que se desarrolla en el taller consiste en aprovechar las herramientas digitales y la información disponible para los lectores en internet. Usamos esas herramientas (chats grupales e interacción en el blog a través de los comentarios) para crear un círculo de lectura y análisis literario.

El taller se concentra en el género cuento o relato breve. En este blog se ponen a disposición de los participantes las lecturas propuestas, escogidas entre un infinito universo de posibilidades. El coordinador del taller introduce los temas brevemente a través de los posts semanales en el blog, y los participantes dan sus comentarios en los espacios para ello de cada post.

Como esta es la sexta edición del taller, ya tenemos conocimiento acumulado. Exploren el blog, lean los comentarios de los participantes que han pasado antes por aquí, y tómenlos en cuenta como modelo de lo que haremos a partir de ahora (en breve publicaremos los ensayos finales del ciclo 2013-II en la sección trabajos.

EL CUENTO

El club virtual de lectura se concentra en un género literario: el cuento o relato breve, es decir que no leeremos novelas, ni otras literaturas como el teatro, la poesía, el ensayo literario o la novela gráfica o ilustrada (aunque a veces nos acercaremos a estos otros tipos de lectura).

La historia del cuento como género literario se puede remontar hasta el inicio de la cultura misma; la estructura del mito, la fábula y la leyenda no es muy distinta a la del cuento, y en una gran proporción, los primeros autores de cuentos modernos debían muchísimo de su expresión a la tradición cultural a la que pertenecían. Así como los cuentos de hadas y cuentos infantiles clásicos de Charles Perrault, los hermanos Grimm o Hans Christian Andersen le deben mucho a la tradición oral (la mayor parte de sus historias provienen de la misma tradición oral y ellos se encargaron de darle una forma literaria que la ha vuelto “eterna”), así se puede ver en el lenguaje de autores como Chejov o Maupassant una intención narrativa parecida a la de aquella narrativa oral tradicional. Sin embargo, es con estos autores, conocidos como “naturalistas”, con los que la narrativa breve se afianza como género literario, si bien será el norteamericano Edgar Allan Poe, quien le dará su mayoría de edad, como reconocen los más destacados autores contemporáneos.

El cuento suele ocupar un lugar secundario en la literatura. Si se llama a la novela género “mayor” es porque se considera al cuento como género “menor”. La extensión de la novela, su largo aliento, la profundidad de sus personajes y la multiplicidad de sus acontecimientos, la hacen aparecer como un enorme edificio, mientras que, a su lado, el cuento es apenas una casita pequeña. El propio mercado de la industria editorial parece preferir la novela al cuento: en el Perú, un país de grandes cuentistas, se publican varias novelas por cada libro de cuentos (aunque recientemente esto ha comenzado a cambiar con editoriales independientes como Casa Tomada.

Los grandes cuentistas saben que lograr un buen cuento es tan complicado como una buena novela. El reto que representa el cuento puede ser aún más duro para el escritor, pues tiene que ser capaz de contar la historia que quiere contar en una extensión breve; suficientemente breve, decía Edgar Allan Poe, para que pueda ser leída de una vez, sin pausas, sin necesidad de marcapáginas. A diferencia de la novela, en la que los personajes deben ser desarrollados en toda su profundidad, en el cuento nos interesa solo alguna faceta de ellos: el acontecimiento que se cuenta debe estar por encima de las necesidades de los personajes, los cuales solo responden a la historia.

En resumen, el cuento es el reto por excelencia para un escritor. El reto de síntesis, de tensión dramática (esos recursos para que no podamos soltar el texto hasta terminarlo), de impacto argumental (la construcción del argumento a partir de un planteamiento, un nudo y un desenlace), lo convierte en un género total.

Como parte del género, y en homenaje a la brevedad, dentro del cuento encontramos el microcuento o microrelato, que busca cumplir con estas características en el más breve espacio posible. Así, el más famoso de los microcuentos es “El dinosaurio” del guatemalteco Augusto Monterroso:

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí”.

En esa frase hay un cuento completo: un personaje que duerme y despierta, un nudo representado por la presencia ficcional del dinosaurio y un desenlace: sigue ahí después de que el personaje dormía y podía estar soñándolo. Es divertido pensar en que se requieren muchas más palabras para explicarlo o describirlo de las que el propio cuento tiene. Este subgénero ha encontrado en una de las modernas herramientas de la comunicación digital en red, un verdadero espacio de desarrollo: Twitter. Haz una búsqueda por los hashtags #microcuento o #cuentuito; encontrarás una gran cantidad de buenos relatos en menos de 140 caracteres.

Semana 12: Cuento contemporáneo peruano II

Muchos autores peruanos contemporáneos han abordado los problemas de la violencia experimentados por el país en las décadas recientes. En sus esfuerzos están presentes tanto las interrogantes que nos hacemos para tratar de comprender lo sucedido, para tratar de encontrar explicación al sinsentido de la violencia, como la voluntad de mantener la memoria viva e impedir con ello que el olvido nos pueda convertir en víctimas de los mismos errores del pasado. Los tres autores que leeremos esta semana participan de dicha inquietud.

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Guillermo Niño de Guzmán (1955)

Guillermo Niño de Guzmán

Guillermo Niño de Guzmán

En la más pura tradición fundada por Ribeyro, Guillermo Niño de Guzmán se define como «cuentista», más que como narrador, y es reconocido por la minuciosa dedicación con que pule sus trabajos, lo cual ha condicionado que sus publicaciones no sean tan numerosas como las de otros escritores. También periodista, ha sido corresponsal de guerra en Bosnia (1994) y en el frente de la guerra peruano-ecuatoriana en 1995, con lo que su narrativa adquiere una experiencia de primera mano, como puede verse en su cuento «Las primeras luces», basado precisamente en los hechos de la guerra con Ecuador.

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Pilar Dughi (1956-2006)

Pilar Dughi

Pilar Dughi

Nació en Lima y estudió literatura y psiquiatría en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en la Universidad de París. Ganó el primer premio del III Concurso de Cuento de la Asociación Peruano Japonesa y también fue galardonada en certámenes literarios como el Copé, el cuento de Las Mil Palabras de la Revista Caretas, el premio de novela del Banco Central de Reserva del Perú y el concurso Juan Rulfo que convoca Radio Francia Internacional. Dedicó su vida a las letras, a la medicina psiquiátrica y a la defensa de los derechos de la mujer. Fue directora de la Asociación Civil Manuela Ramos y miembro del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán. Su sorpresivo fallecimiento en marzo de 2006 dejó trunca una obra literaria caracterizada por su diversidad técnica y temática, y su compromiso con la defensa de los derechos humanos, especialmente desde la perspectiva de género. Su cuento “El cazador”, es una dramática reconstrucción del terror por el que atravesaron miles de comunidades de la selva y los Andes durante la época de la violencia.

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Daniel Alarcón (1977)

Daniel Alarcón

Daniel Alarcón

Nació en Lima, pero desde los tres años de edad vive en los Estados Unidos, donde radica hasta nuestros días. Ha desarrollado su obra en inglés (las traducciones al castellano son de Jorge Cornejo), pero se cuenta entre los narradores peruanos porque sus preocupaciones, sus temas, rondan casi siempre nuestra realidad. Es uno de los más jóvenes autores peruanos con una trayectoria reconocida internacionalmente. El cuento “El visitante” toma como pretexto una catástrofe climática, un huayco, para convertirse en metáfora del dolor vivido en el Perú durante la época de la violencia.

Para las lecturas:

  • Guillermo Niño de Guzmán, «Las primeras luces»: blog y pdf.
  • Pilar Dughi, «El cazador»: blog y pdf.
  • Daniel Alarcón, «El visitante»: blog y pdf.