Estefania Cafferata, «‘Los huaqueros’ de Julio Ramón Ribeyro»

“Los Huaqueros” retrata una realidad social peruana en la que se pueden analizar distintas atmósferas. El “criollismo limeño” se hace presente, en este caso evidenciado con la viveza de los policías, también llamados fuerzas del “orden”, y por los mismos huaqueros.

Elegí hacer un comentario de este cuento de Ribeyro debido no solo a que me gustó la forma de describir en el relato, sino también a la gran problemática que narra con humor el autor, pero que en realidad afecta de manera importante y significativa a la cultura de nuestro país.

La narración del cuento es ligera, fácil de entender, más aún para los peruanos que viven y enfrentan estas actividades y actitudes a diario. Los diálogos que incluye el autor son escritos con un lenguaje coloquial y natural de esos personajes, conjugando mal los verbos, utilizando erróneamente las preposiciones, entre otras faltas lingüísticas comunes en personas sin formación.

Julio Ramón Ribeyro es un escritor peruano considerado como uno de los mejores cuentistas que tiene la literatura de Latinoamérica. Sus relatos son la forma de retratar las características de la sociedad limeña, peruana. Tiene un estilo sencillo y simple que hace muy rápida su lectura, fácil de entender, e incluye ironía dentro de ella.

Este cuento se desenvuelve en la Huaca Pucllana en Miraflores, un yacimiento arqueológico preservado y cuidado por la municipalidad hasta la fecha. Son cuatro los personajes que buscan saquearlo, y dos policías que, al encontrarlos, en vez de castigar y sancionarlos por su actuación ilícita, son cómplices de ellos y esperan la repartición de un “tesoro” nunca encontrado. Al darse cuenta que no logran encontrar ningún objeto de valor, todos huyen y se van a sus propios lugares. Uno de ellos se lleva una caja de madera, en donde encontraron el cadáver de un niño, para poder hacer leña.

El cuento retrata facetas negativas de una realidad peruana. Primero, los propios huaqueros, personas que han sido gran problema y siguen siéndolo para la historia de nuestro país. Impiden la indagación de un pasado, el saber su historia, su identidad y con ello comprender las costumbres y creencias populares con las que se desarrolló la sociedad. Estas actividades ilícitas no solo son utilizadas para comercializar estos restos arqueológicos en el mercado interno, es decir peruano, sino muchos de ellos son llevados al extranjero para poder ganar más dinero en su venta. Las pérdidas por huaqueo, según los arqueólogos, son cifras asombrosas y preocupantes: anualmente veinte mil piezas arqueológicas son extraídas del Perú y comercializadas ilícitamente en el extranjero.

Además de estos personajes sin escrúpulos por la historia de su país, están las autoridades: los policías. Estas personas mal pagadas por el Estado que deben velar por la seguridad de los ciudadanos, el bienestar de la patria, son los primeros en cometer faltas de corrupción, entre otras. Los peruanos estamos acostumbrados diariamente a ver estas escenas penosas que por un monto insignificante de sencillo se “venden” ante actos que debiesen ser sancionados, como el del caso del cuento, el huaqueo. ¿Cómo es posible que las autoridades del orden, a quienes les enseñan e interiorizan el amor a la patria desde los primeros ciclos educativos puedan aceptar y ser cómplices del robo de la historia del Perú? Esto representa una crisis y una problemática importante en la seguridad del Estado, responsabilizándose en primer lugar el Ministerio de Interior. Las mismas personas que ejercen la ley se protegen; sus bajos sueldos, de alguna manera, los obligan a buscar otras formas para estabilizar su situación, y la misma sociedad acostumbrada a ello, lo primero que les ofrece es un monto de dinero para desaparecer su falta. Además, en el cuento existe una negligencia por parte de la policía debido a que encuentran el cadáver de una persona y, como no es una momia o un tesoro para que se venda en el mercado negro, los policías no hacen caso y se van de la escena diciéndoles a los huaqueros que dejen todo como estaba. No solamente se ponen como cómplices en la acción del delito sino que cubren otro, que puede ser el caso de un posible asesinato.

En conclusión, Julio Ramón Ribeyro en el cuento “Los Huaqueros” grafica de una forma irónica, graciosa, una triste realidad que vive el Perú y en general los países del tercer mundo, en donde la corrupción y falta de honestidad es cosa de todos los días. Hay que tener en cuenta que el cuento se escribió aproximadamente en los años cincuenta, en ese momento ya existían estos problemas, que actualmente han sido acrecentados en muchas partes del Estado, sin ver acción alguna para detenerlos.