Darío Castañeda, Análisis de “El primer peruano en el espacio” de Daniel Salvo

Daniel Salvo inicia la historia exponiendo un contexto social entre los “blancos” y los ciudadanos de segunda clase. En primera instancia, todo hace alusión a un conflicto social generado entre un país imperialista y una colonia. Sin embargo, es curioso que Daniel Salvo exponga la idea de que en este caso el ciudadano de segunda clase sea un peruano. Por la descripción que realiza el autor, uno podría asumir que los “blancos” son norteamericanos o europeos que de cierta manera tuvieron o tienen un rol imperialista en términos económicos y de desarrollo. De todos modos, el rechazo que el protagonista muestra hacia los “blancos” es bien marcado y hasta incluso se expresa con violencia. “De haber estado en condiciones de hacerlo, Anatolio habría escupido al suelo: todos los blancos eran una mierda.”

En cuanto a la descripción del personaje principal, Anatolio, parece ser una persona sencilla de condiciones humildes. Durante la historia, el protagonista se encuentra en una nave espacial y sus labores eran rutinarias y elementales (revisar pantallas, verificar medidores, informar coordenadas, etc.) Sus tareas tan sencillas lo molestaban ya que consideraba su nombramiento como algo para representar la “convivencia armónica” entre las razas. Es decir, Anatolio pensaba firmemente que su designación en la misión era expresamente una herramienta para mostrar la “equidad” de los “blancos”. Incluso en la discusión que mantiene con el capitán, de raza “blanca”, Anatolio muestra su indignación y hace referencia a su condición de “conquistado”. Además, menciona que los cargos públicos e importantes siempre están ocupados por “blancos” y que los trabajos sencillos siempre son asignados a los ciudadanos de segunda clase. A esto, el capitán le responde que se arrastra una carga del pasado y que poco a poco eso va cambiando.

Por otro lado, el capitán de la nave se muestra mucho más pasivo y tranquilo durante la discusión. Parece ser condescendiente y trata de entender la posición de Anatolio. El capitán logra acercarse y comunicarse con Anatolio sin éxito. El protagonista está cegado por el resentimiento y las desigualdades.

Finalmente, la historia da un giro inesperado. Anatolio se acalora y empieza a gritar. El capitán reacciona cuando el protagonista menciona que es usado como un “símbolo”. Es justo ahí donde el autor revela las condiciones físicas del capitán “blanco” y deja en evidencia que los “blancos” son nada menos que extraterrestres. “Salvo la cresta azulada que los de su especie tenían en la cabeza, su escamosa piel carecía por completo de pigmentación. Los escasos terrestres que habían sobrevivido a las guerras de conquista de los invasores del espacio tenían razón en llamarlos blancos.” En esta frase, el autor justifica el odio y el resentimiento que siente Anatolio hacia los “blancos”.

Durante todo el relato, Daniel Salvo supo barajar muy bien la idea de plantear a los “blancos” como seres humanos. Sin embargo, a pesar de que los “blancos eran extraterrestres, considero que el autor pretendía mostrar de forma paralela la relación social que tuvieron los países imperialistas y colonias. Lamentablemente, la mayoría de estos resentimientos entre razas desencadenaron en episodios de violencia a lo largo de la historia universal.

En definitiva, si bien es cierto que es un cuento de ficción, nadie podría asegurar que en un futuro no se pueda presentar un escenario similar. Es decir, si existe la probabilidad de que exista vida extraterrestre, puede que tengamos encuentros en el futuro. En ese caso, ¿seremos los conquistados o los conquistadores?