Gabriela Maraví, “Una vendetta” de Guy de Maupassant: El dolor de una madre

“Una vendetta”, un cuento extraordinario, capaz de transportar al lector al lugar donde se desarrolla y hacerlo sentir parte u observador cercano; ese es el motivo por el que elegí esta historia. Fue el cuento que más me gustó no solo por el detallismo con el que se describen sus lugares, o la historia de trasfondo, sino por su intensidad.

Son varios los aspectos de este cuento que atrajeron mi atención. El principal es el actuar de la madre ante el hecho primordial de la historia, la muerte de Antonio Savarini. Al principio, la viuda Savarini parecía indiferente e insensible ante el hecho, tratando quizá de poder asimilarlo; luego mostró su inmenso sufrimiento, actuó con plena meticulosidad y tenacidad entrenando a su perra Vigilante, hasta llegar a su objetivo, vengar a Antonio, movida por el dolor indescriptible que debe sentir una madre cuando pierde a su hijo, el ser que nació de ella, y por todo el odio que sentía hacia el hombre causante de la desgracia, algo que solo una madre es capaz de entender en toda su dimensión. Al parecer en este caso la venganza fue un hecho necesario para que la viuda Savarini pudiera aceptar con relativa resignación el haber perdido a Antonio.

La forma como entrenó la viuda Savarini a su mascota, no dándole de comer durante días, me pareció ingeniosa pero a la vez cruel y fría. Fue eficaz, logró llevar a cabo su tan ansiada venganza.

La exacta descripción del lugar donde se desarrolla la historia es un punto aparte, es muy buena, hizo volar mi imaginación y transportarme al lugar, como si estuviera ahí, observando la costa donde estaba ubicada la casa de los Savarini.

La forma como está contado el cuento, realista, precisa, me hizo sentir observadora cercana de los hechos y comprender el actuar de la madre de Antonio.

“Una vendetta” fue escrito por Guy de Maupassant, autor francés de la corriente naturalista nacido en 1850, cuya escritura se basa en la descripción de hechos realistas, verosímiles y en el retrato de tipos humanos. Se caracteriza por la tradición romántica manifestada en su estrecha vinculación con la naturaleza y sus elementos fantásticos, la asunción de criterios positivistas, la estética impresionista, la recreación simbolista del universo y un adelanto del surrealismo. La figura de la mujer tiene especial importancia en la obra del escritor, como lo visto en el cuento sobre el cual estoy comentando, la mujer es la protagonista, la que actúa y toma las decisiones. Maupassant ofrece para la época representaciones impresionantes de la mujer; una mujer segura de sí misma, consciente de las desigualdades a las que debe hacer frente en la sociedad y que busca su satisfacción personal.

En el cuento se pueden observar varias características del naturalismo, como la presentación del ser humano determinado por el lugar en el que vive, los argumentos construidos a partir de la herencia folletinesca, la crítica al romanticismo rechazando la evasión y volviendo la mirada a la realidad más cercana, material y cotidiana, la poca vacilación ante los hechos más crudos y desagradables de la sociedad, la demostración de que el medio hostil influye sobre la forma de ser y las reacciones de los personajes y por último, la aseveración de que todo argumento sucede por una razón.

En conclusión, puedo afirmar que los elementos de la corriente a la que pertenece el cuento, como la descripción de hechos que suceden comúnmente en la sociedad, la descripción precisa de la los lugares donde son situados los acontecimientos de la historia y los personajes intensos y decididos, en combinación con su estilo, hacen de este un relato de calidad, que deja volar la imaginación del lector y le permite desarrollar sensaciones y emociones diversas justificadas en la intensidad de la trama.