El horror y el cuento “La declaración de Randolph Carter” de H. P. Lovecraft, por Mariana del Pozo

El terror y el horror son géneros literarios muy similares entre sí, que causan la sensación de miedo en los lectores. Sin embargo, el horror suele incluir alguna criatura sobrenatural, como en Frankenstein de Mary Shelley, o puede crear la sensación de miedo por medio de seres paranormales, mientras que en el terror generalmente un ser humano es el responsable de los hechos que llegan a atemorizar a la audiencia. En el desarrollo del curso hemos tenido la oportunidad de leer cuentos dentro del género del horror, como el cuento de H. P. Lovecraft “La declaración de Randolph Carter”, en el cual Warren y Carter van en busca de una criatura misteriosa.

Stephen King, un autor reconocido por sus innumerables novelas de terror/horror, describe en su libro Danza Macabra al terror como el momento de suspenso dentro del horror antes de que se revele al monstruo y describe el horror como el momento en el cual se conoce a la criatura que causa horror. En el cuento “La declaración de Randolph Carter”, podemos evidenciar la creación del suspenso desde que Carter y Warren parten camino al cementerio, ya que Carter no sabía por qué estaban yendo, pero sí sabía que estaba relacionado con algo del libro que llevaba Warren (qué él no había podido descifrar porque estaba en un idioma que no comprendía). El suspenso en el cuento va en aumento cuando Carter y Warren llegan al cementerio y destapan una especie de cripta, en la cual Warren se inserta para inspeccionarla y encontrar al monstruo o ser del cual había leído en su libro. Sin lugar a dudas, desde el punto de vista del lector, en mi caso, este momento me pareció el más nervioso de todos, ya que tenía que haber una muy buena razón por la cual Warren no quería exponer a Carter a tremendo peligro.

El sentimiento de suspenso se disipa cuando Warren, estando dentro de la cripta y fuera de la vista de Carter, habla por el teléfono y le dice a Carter; “¡Dios! ¡Si pudieras ver lo que veo yo!… ¡Carter, es terrible…, monstruoso…, increíble!” En este momento es cuando se comienza a formar la atmosfera del terror, ya que Carter (y el lector) no saben de qué se trata, no saben a qué se está refiriendo Warren ni conocen lo que está sucediendo dentro de la cripta. El momento se intensifica cuando Warren dice: “¡Carter, por el amor de Dios, vuelve a colocar la losa y márchate de aquí, si puedes!… ¡Rápido! Déjalo todo y vete… ¡Es tu única oportunidad! ¡Hazlo y no me preguntes más!” Al escuchar esto, se va creando la atmosfera de horror, ya que se va concibiendo la idea de que se trata de un monstruo, un monstruo que es capaz de horrorizar a la valiente persona que fue a buscarlo y este sentimiento se llega a concretar en la parte final del cuento, donde Carter sigue llamando a Warren, pero no recibe respuesta alguna, hasta que el monstruo le dice “¡Insensato! ¡Warren ya está muerto!”.

Al relatar brevemente sobre algunas partes relevantes del cuento se puede apreciar que efectivamente se trata de un cuento de horror ya que incluye a una criatura, en este caso algún tipo de monstruo sobrenatural, porque vive en una catacumba y Warren, el único personaje que tuvo contacto directo con el monstruo, dijo “¡Malditas sean estas criaturas infernales”. De hecho, el cuento hace que el lector primero se sumerja en un cierto suspenso para luego ir creando la atmosfera de terror, y al final genera un sentimiento de horror al escuchar al monstruo decir que Warren está muerto. Esta mezcla de sentimientos y sensaciones que experimenta el lector, es lo que hace al género de horror (y terror, ya que son muy similares) un género popular, atractivo y cautivador.

Mariana del Pozo, junio de 2015.