Análisis de “Día domingo” de Mario Vargas Llosa, por Talía Quijano M.

Mario Vargas Llosa realiza un trabajo extraordinario en su cuento “Día domingo”, en el cual relata la historia de un muchacho miraflorino de clase media, Miguel, que está perdidamente enamorado de Flora, una chica que parece ya tener dueño.

La historia empieza con Miguel armándose de valor para declararle su amor a Flora y ella respondiéndole que tiene que pensarlo. Miguel se entera de que Flora, esa misma tarde, va a ver a otro chico, Rubén, que también está interesado en ella y pertenece a la misma pandilla de amigos de Miguel, llamada “los pajarracos”.

Después de sentirse rechazado y estando echado en su cama, Miguel siente que tiene que evitar a toda costa ese encuentro pues podría perder a Flora para siempre. Con ello, decide ir a buscar a los pajarracos para retar a Rubén, vencerlo y ganarse el amor de Flora. Así, se crea una disputa entre Miguel y Rubén e inician un desafío sostenido en el que Miguel tiene todas las posibilidades de perder. Primero, Miguel reta a Rubén a ver quién aguanta más alcohol y la disputa empieza en una mesa del bar del barrio. Sin embargo, después de varias cervezas, los pajarracos deciden que es un empate. Luego, dejándose llevar por las cervezas y la piconería masculina, deciden, sin mucho sentido común, nadar en el mar miraflorino, en pleno invierno, para ver quién es más rápido y quién se queda con Flora.

El autor desarrolla la trama meticulosamente, permitiendo que el lector se entere de cada detalle de la historia en la que describe perfectamente los escenarios en los que esta sucede. El lector casi ni se tiene que esforzar para imaginarse el ambiente en donde transcurren los hechos: la calle, el bar, la playa, el mar, todo está explicado perfectamente, al punto de que la lectura se hace una película natural en la mente y todo se vuelve muy real. Luego viene un dramático episodio en la competencia de natación en el mar, en el que Rubén sufre un calambre y Miguel lo salva de ahogarse. Ya más tranquilos, Rubén admite su derrota pero pide que se mantenga en secreto que Miguel lo haya salvado y Miguel honra su amistad y se queda callado, sabiendo que igual todo el barrio se iba a enterar de su victoria y seguramente Flora también.

Analizando el cuento, la habilidad extraordinaria de Vargas Llosa de jugar con los tiempos, escenarios y diálogos hace que “Día domingo” sea una pieza literaria espectacular. Es increíble cómo logra que el lector avance y retroceda en el tiempo en una misma oración y cambie de escenarios abruptamente sin romper el flujo de la historia. Su estilo innovador de narración hace que el cuento sea muy dinámico y fácil de leer. Además, Vargas Llosa es un autor que intenta explotar al máximo la imaginación del lector y eso hace que la conexión con el cuento sea muy fuerte desde el inicio. Asimismo, si el lector es limeño, se vuelve muy fácil identificarse con la historia ya que “Día domingo” es una historia muy real que detalla cómo se comporta la clase media limeña, en la que los roles de género y el machismo están muy presentes.

Por último, lo más interesante del cuento es cómo Vargas Llosa presenta un gran cambio en sus personajes principales, Miguel y Rubén. El lector acompaña a ambos personajes en un crecimiento emocional en el que los dos sintieron que casi sucumbían en el mar y se hace evidente la transición de adolescentes a hombres jóvenes que honran su amistad y mantienen en reserva lo que sucedió.