Julio Ramón Ribeyro, por Giulio Gilardi

Julio Ramón Ribeyro es, a mi parecer, el mejor cuentista peruano que ha habido. En sus cuentos nos retrata la sociedad limeña, en su mayoría de clase media para abajo. Sin prescindir del humor nos permite compartir los sentimientos, las acciones y los deseos de un estrato social al que muchos marginan y que muchas veces no es tomado en cuenta por el mismo hecho de estar justo a la mitad de la pirámide.

En esta oportunidad leímos “Los huaqueros” y “La insignia”, pero estos son solo dos cuentos de las decenas que escribió. A pesar de que estos cuentos me parecen muy buenos, su repertorio abarca muchas más situaciones. Por ejemplo, nos muestra el estereotipo de “gringo” exitoso y de “cholo” mediocre en “Alienación”, asi como el relativismo de las cosas, ya que una chica que pasaba como “gringa” en el barrio era “chola” en Estados Unidos.

Sus cuentos no retratan solo a la sociedad limeña, sino también ha hecho cuentos autobiográficos como “Solo para fumadores”, en el que nos cuenta la desesperación que puede llegar a sentir un adicto al cigarro que, al no tener dinero, recoge las colillas del piso para darles un último toque.

A mi parecer, el autor es un exponente del naturalismo, ya que describe el día a día de las personas y en sus cuentos incorpora algunas “tradiciones” limeñas de la época en la que fueron escritos. Por ejemplo, en el cuento “El próximo mes me nivelo”, nos muestra la muy común costumbre de los peruanos a dejar todo para mañana y pensar en el corto plazo. Todo esto acompañado de la presión social que ejerce el grupo del barrio sobre una persona y lo fácil de convencer que uno puede llegar a ser.

Dentro de su legado no solo dejó grandes cuentos sino también un decálogo para que los futuros cuentistas se orientaran mejor. Esto sin advertir que no necesariamente uno tenía que cumplir el decálogo para escribir un gran cuento y si uno lo cumplía a la perfección, esto no garantizaba un buen cuento tampoco.

Si bien en algunos cuentos como “Los gallinazos sin plumas” nos habla de familias de los estratos socioeconómicos más bajos, me parece bastante interesante que en la mayoría de cuentos nos presente a personas de clase media (muchas veces miraflorinos, ya que él vivió ahí) que muchas veces se encuentran moviéndose entre la mediocridad de sus vidas, que no tienen grandes ambiciones ni tantas preocupaciones tampoco.

La importancia que este autor ha tenido en la sociedad se puede comprobar con su cuento “Tristes querellas en la vieja quinta”. Esta es la historia de dos adultos mayores que son vecinos en la misma quinta. Estas dos personas no se llevan bien y a lo largo del cuento nos presentan diversas situaciones en las que ambos están involucrados y que la mayoría de veces terminan en insultos y maldiciones. Lo interesante de este cuento es que Ribeyro nos muestra la necesidad de las personas mayores de sentirse vivas y que muchas veces el método para hacer esto es pelearse con otra persona. Tanto así, que cuando uno de los protagonistas muere, el otro se queda aburrido y extrañando a su compañero de riñas. Este cuento llegó a tener tanta relevancia, que la quinta donde se inspiró fue declarada patrimonio histórico y aún sigue soportando el paso de los años en la avenida 28 de Julio.

Quisiera terminar diciendo que si uno busca comenzar a incursionar en este género, debería leer obligatoriamente a Ribeyro, ya que cada cuento que hace es único, a pesar de haber escrito decenas de ellos y te transporta a diferentes lugares, épocas y costumbres.