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Semana 3: Cuentos de lo absurdo y cuentos de horror

Lo kafkiano (el absurdo)

Franz Kafka

Franz Kafka, (Praga, 1883-1924), extraordinario escritor checo de lengua alemana, ha dejado una fuerte marca en el mundo literario y más allá de él. No en vano decimos de algo que «es kafkiano» si se presenta como absurdo, como algo que desafía lo posible desde la realidad misma. El más conocido de sus cuentos, «La metamorfosis» ha pasado a la posteridad como ejemplo de lo absurdo y al mismo tiempo como símbolo de una modernidad llena de contradicciones. En ese cuento, el personaje principal, Gregorio Samsa, despierta un día convertido en un escarabajo, y este hecho desata una historia que desarrolla hasta sus últimas consecuencias tal situación absurda. Esta semana leeremos un relato muy breve de Kafka, redactado en forma de parábola, que pone de manifiesto la pequeñez de las personas al enfrentarse a las instituciones de la sociedad, un tema común en su obra: «Ante la Ley».

Kafka también abordó lo sobrenatural, en cuentos como «Un médico rural», que, aunque no puede clasificarse propiamente como terror, tiene elementos que lo recuerdan. Una interesante versión animada (hecha en Japón) de esta historia puede verse aquí: parte 1 y parte 2.

¡Terror!

La literatura de horror es la fuente de un género desarrollado en el cine incansablemente desde hace casi cien años (con Nosferatu, por ejemplo, cine mudo alemán de 1922). Pero hay una diferencia importante entre la literatura clásica de horror y el cine y la literatura de terror de nuestro tiempo: hoy en día, acudimos más al «efecto», a la provocación del susto, el espanto espontáneo que nos haga temblar en la butaca. La literatura de terror, de una forma más pausada pero mucho más profunda, nos llevará a la vivencia del miedo como pasión básica pero no caerá en ese efectismo del susto que reconocemos como terror. El lector contemporáneo, por tanto, puede llegar a sentir que los cuentos de Poe, Lovecraft y otros autores, parecen «no dar miedo». Hay que poner atención en el suspenso y en la descripción de los sentimientos de miedo de los personajes.

Edgar Allan Poe de terror

Edgar Allan Poe

Edgar Allan Poe

Edgar Allan Poe (Boston, 1809-1849) no solo fue un extraordinario poeta romántico y creador de uno de los personajes más interesantes de la literatura policiaca, como es Auguste Dupin. Quizás la razón más significativa de su enorme  fama, su interminable influencia y su permanente actualidad, es que se trata de un autor de cuentos de misterio y miedo; podríamos decir que se encuentra entre los fundadores del género terrorífico.

La narrativa oscura, gótica, de Poe, ha trascendido el tiempo y el espacio. Traducido a incontables idiomas y reeditado constantemente, Poe sigue llenando nuestra imaginación de temores. Hay en su obra fantasmas y espantos, toda una vida espectral dispuesta a estremecernos a lo largo de las líneas de sus estupendos cuentos. Un ejemplo muy importante de esta tendencia es el fabuloso cuento largo «La caída de la casa de Usher», que ha inspirado películas, obras de teatro y hasta música (por ejemplo, la suite de rock progresivo de The Alan Parsons Project). Pero hay también otra serie de cuentos en los que lo espectral no tiene lugar sino que se concentra en los miedos del individuo, en las jugarretas que puede hacernos nuestra propia imaginación si no se encuentra en la mejor de las posiciones.

Es el caso de «El pozo y el péndulo» (que revive la época oscura de la Inquisisción) o «El corazón delator» el cuento que leeremos esta semana, en el que Poe explora la conciencia y las formas en que ella aflora para traicionarnos cuando no se encuentra «limpia». Cabe resaltar que, aunque circulan numerosas traducciones al castellano de los cuentos de Poe, la traducción que leeremos de «El corazón delator» es la de Julio Cortázar, inmejorable, que suma a la maestría del autor, la de un escritor que representa la mejor cuentística en nuestro idioma.

El oscuro y pesadillesco mundo de Lovecraft

H. P. Lovecraft

Por su parte, en Howard Phillips Lovecraft (Providence, EUA, 1890-1937) tenemos a un fundador de todo un subgénero y una literatura de culto. Lovecraft fue un escritor prodigio: escribió su primer relato de terror a los quince años de edad, y, aunque dedicaría su juventud a la poesía, desarrollaría más adelante toda una especie de amenaza latente en los mares, monstruosa, terrible, alrededor de la cual crecería la leyenda de «Los mitos de Ctulhu», de los cuales, probablemente, la historia más representativa es «La sombra sobre Insmouth» (que se puede descargar en PDF de aquí). Desarrollados casi siempre en el frío y húmedo paisaje de la costa noratlántica de los Estados Unidos (Rhode Island, Maine), los sencillos pueblos de pescadores sobreviven a la amenaza de una especie monstruosa que viene de las profundidades y se confunde con nosotros en un oscuro afán de conquista.

Una de las series de cuentos más conocidas de Lovecraft es la llamada «onírica», que personifica Randolph Carter, un filósofo-investigador enfrentado a extraños poderes como en «La declaración de Randolph Carter», el cuento que leeremos esta semana.

Terror moderno: Stephen King

Stephen King

Stephen King

Este prolífico autor estadounidense (Maine, 1947) es artífice de nuestros más profundos temores, gracias a las versiones que Hollywood ha realizado de sus obras. Películas como CarrieEl resplandorCujoLa niebla, que pueblan nuestras pesadillas, han surgido de las páginas de este constructor del miedo que se confiesa admirador de Lovecraft. Aunque prefiere las historias largas y profundas, en algunos de sus relatos es posible vislumbrar su poderosa imaginación, como en el caso de «La imagen de la muerte», el cuento de King que leeremos esta semana.

Lecturas:

  • Franz Kafka, «Ante la Ley»: Para leerlo en el blog, click aquí. Para descargar el PDF, click aquí.
  • Edgar Allan Poe, «El corazón delator»: para leerlo en el blog, click aquí. Para descargarlo en PDF, click aquí
  • H. P. Lovecraft, «La declaración de Randolph Carter»: para leerlo en el blog, click aquí. Para descargarlo en PDF, click aquí.
  • Stephen King, «La imagen de la muerte»: para leerlo en el blog, click aquí. Para descargarlo en PDF, click aquí.

En ciclos anteriores del club hemos leído otros cuentos de estos autores, que se enlazan a continuación como sugrerencias de lectura, si es que no has tenido suficiente miedo con los anteriores:

Semana 1: modernismo y naturalismo

Émile Zola

El naturalismo en literatura es una corriente o estilo que se encuentra en la base del desarrollo posterior de la literatura breve (el cuento). Es parte del realismo,una corriente literaria que buscó describir y recrear lo real, sin invenciones fantásticas y bien apegada a lo verosimil. El naturalismo surge en Francia a mediados del siglo XIX, aunque se expandirá por el mundo occidental rápidamente. Su principal exponente es Émile Zola (Francia, 1840-1902), que incluso desarrolló teóricamente los fundamentos de esta corriente.

Se genera en el espíritu cientificista del positivismo de aquella época, cuando el desarrollo de las ciencias se imponía en todos los ámbitos de la vida, y como tal busca expresar lo que sucede en la sociedad de una manera documentada y apegada lo más posible a lo real, con especial atención en las capas más pobres de la sociedad.

Clorinda Matto de Turner

En América Latina hubo importantes representantes de este estilo literario. Podríamos decir, si las «Tradiciones peruanas» fueran cuentos, que Ricardo Palma (Lima, 1833-1919) fue nuestro gran naturalista, pero las tradiciones son más crónica con ficción que ficción pura; un género en sí mismo. Se piensa en general que en el Perú es Clorinda Matto de Turner (autora de la novela clásica Aves sin nido), la más importante representante de este estilo, aunque los autores indigenistas de principios del siglo XX heredan los intereses de los naturalistas en cuanto a la representación de la vida de los desfavorecidos en la sociedad.

Guy de Maupassant

Dos de los cuentos seleccionados para esta semana pertenecen al naturalismo. En «Una vendetta» de Guy de Maupassant (Francia, 1850-1893), podemos ver con claridad la descripción de hechos tan verosímiles que a veces resulta impresionante. La mujer que protagoniza el cuento desarrolla una actividad con su mascota, la perra Vigilante, que recuerda los experimentos del fisiólogo ruso Pavlov (1849-1936), quien, en esa misma época, estaba en camino de postular la teoría del reflejo condicional, a partir de la cual surgiría toda una teoría psicológica, el conductismo. Cabe señalar que Maupassant no se basa en los experimentos de Pavlov (a quien probablemente no conocía) para los personajes de este cuento; se trata más bien de una coincidencia posible gracias al espíritu de la observación científica común a ambos ámbitos: el naturalismo literario y la medicina. En su cuento «El Horla», considerado como uno de los primeros relatos de horror, el personaje principal, aparentemente víctima de una enfermedad mental, dice «[el ojo] ignora los millares de pequeños animalillos que viven en una gota de agua»; algo que no fue posible saber hasta que existió el microscopio.

Antón Chéjov

En el caso de «La tristeza» de Antón Chéjov (Rusia, 1860-1904), asistimos a las escenas de la pobreza y la soledad en el duro invierno ruso, durante la era zarista, en la que las diferencias sociales eran tan agudas, que se produciría pronto la primera revolución socialista de la historia. Hay que poner atención en el personaje principal, el cochero Yona, y su solitaria tristeza por el hijo perdido, mientras es maltratado o simplemente ignorado por los demás.

James Joyce (1982-1941)

James Joyce (1982-1941)

La tercera lectura de esta semana pertenece a una corriente posterior al naturalismo, aunque influenciada por él en cuanto al realismo de las narraciones. James Joyce, escritor irlandés modernista, es reconocido por haber revolucionado la narrativa de ficción con su novela Ulises, en la que se narra lo sucedido a un personaje a lo largo de un solo día, de manera no lineal, con una narrativa llena de laberintos, vueltas, cambios de punto de vista y otras avezadas estrategias que le valieron ser rechazada para publicación en diversas ocasiones. Hoy, sin embargo, es importante para la literatura porque mostró que era posible decir las cosas de otro modo.  Es también muy famoso su libro de cuentos Dublineses, del que tomamos el relato «Eveline», en el que destaca la introspección del autor hacia los sentimientos de sus personajes.

Para las lecturas:

  • Maupassant, «Una vendetta»: clic aquí para la versión dentro del blog o en el siguiente enlace para el PDF:  Maupassant – Una vendetta.
  • Chéjov, «La tristeza»: clic aquí para la versión dentro del blog o en el siguiente enlace para el PDF: Chejov – La tristeza
  • Joyce, «Eveline»: click aquí para la versión en el blog o aquí para el PDF

Una vez leídos, por favor dejen sus comentarios a las lecturas en el espacio para comentarios de este post. ¡Sean breves!

Ciclo 2013-II: ¡Empezamos!

Bienvenidos y bienvenidas a la edición número 5 del taller En las nubes de la ficción, el club virtual de lectura de Formación Universitaria de la Universidad del Pacífico, para el ciclo 2013-II.

La dinámica de participación que se desarrolla en el taller consiste en aprovechar las herramientas digitales y la información disponible para los lectores en internet. Usamos esas herramientas (chats grupales e interacción en el blog a través de los comentarios) para crear un círculo de lectura y análisis literario.

El taller se concentra en el género cuento o relato breve. En este blog se ponen a disposición de los participantes las lecturas propuestas, escogidas entre un infinito universo de posibilidades. El coordinador del taller introduce los temas brevemente a través de los posts semanales en el blog, y los participantes dan sus comentarios en los espacios para ello de cada post.

Como esta es la quinta edición del taller, ya tenemos conocimiento acumulado. Exploren el blog, lean los comentarios de los participantes que han pasado antes por aquí, y tómenlos en cuenta como modelo de lo que haremos a partir de ahora.

EL CUENTO

El club virtual de lectura se concentra en un género literario: el cuento o relato breve, es decir que no leeremos novelas, ni otras literaturas como el teatro, la poesía, el ensayo literario o la novela gráfica o ilustrada (aunque a veces nos acercaremos a estos otros tipos de lectura).

La historia del cuento como género literario se puede remontar hasta el inicio de la cultura misma; la estructura del mito, la fábula y la leyenda no es muy distinta a la del cuento, y en una gran proporción, los primeros autores de cuentos modernos debían muchísimo de su expresión a la tradición cultural a la que pertenecían. Así como los cuentos de hadas y cuentos infantiles clásicos de Charles Perrault, los hermanos Grimm o Hans Christian Andersen le deben mucho a la tradición oral (la mayor parte de sus historias provienen de la misma tradición oral y ellos se encargaron de darle una forma literaria que la ha vuelto “eterna”), así se puede ver en el lenguaje de autores como Chejov o Maupassant una intención narrativa parecida a la de aquella narrativa oral tradicional. Sin embargo, es con estos autores, conocidos como “naturalistas”, con los que la narrativa breve se afianza como género literario, si bien será el norteamericano Edgar Allan Poe, quien le dará su mayoría de edad, como reconocen los más destacados autores contemporáneos.

El cuento suele ocupar un lugar secundario en la literatura. Si se llama a la novela género “mayor” es porque se considera al cuento como género “menor”. La extensión de la novela, su largo aliento, la profundidad de sus personajes y la multiplicidad de sus acontecimientos, la hacen aparecer como un enorme edificio, mientras que, a su lado, el cuento es apenas una casita pequeña. El propio mercado de la industria editorial parece preferir la novela al cuento: en el Perú, un país de grandes cuentistas, se publican varias novelas por cada libro de cuentos (aunque recientemente esto ha comenzado a cambiar con editoriales independientes como Casa Tomada.

Los grandes cuentistas saben que lograr un buen cuento es tan complicado como una buena novela. El reto que representa el cuento puede ser aún más duro para el escritor, pues tiene que ser capaz de contar la historia que quiere contar en una extensión breve; suficientemente breve, decía Edgar Allan Poe, para que pueda ser leída de una vez, sin pausas, sin necesidad de marcapáginas. A diferencia de la novela, en la que los personajes deben ser desarrollados en toda su profundidad, en el cuento nos interesa solo alguna faceta de ellos: el acontecimiento que se cuenta debe estar por encima de las necesidades de los personajes, los cuales solo responden a la historia.

En resumen, el cuento es el reto por excelencia para un escritor. El reto de síntesis, de tensión dramática (esos recursos para que no podamos soltar el texto hasta terminarlo), de impacto argumental (la construcción del argumento a partir de un planteamiento, un nudo y un desenlace), lo convierte en un género total.

Como parte del género, y en homenaje a la brevedad, dentro del cuento encontramos el microcuento o microrelato, que busca cumplir con estas características en el más breve espacio posible. Así, el más famoso de los microcuentos es “El dinosaurio” del guatemalteco Augusto Monterroso:

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí”.

En esa frase hay un cuento completo: un personaje que duerme y despierta, un nudo representado por la presencia ficcional del dinosaurio y un desenlace: sigue ahí después de que el personaje dormía y podía estar soñándolo. Es divertido pensar en que se requieren muchas más palabras para explicarlo o describirlo de las que el propio cuento tiene. Este subgénero ha encontrado en una de las modernas herramientas de la comunicación digital en red, un verdadero espacio de desarrollo: Twitter. Haz una búsqueda por los hashtags #microcuento o #cuentuito; encontrarás una gran cantidad de buenos relatos en menos de 140 caracteres.

Semana 11: Cuentistas peruanos contemporáneos (II)

Muchos de los autores peruanos contemporáneos han abordado los problemas de la violencia y la guerra experimentados por el país en las décadas recientes. En sus esfuerzos están presentes tanto las interrogantes que nos hacemos para tratar de comprender lo sucedido, para tratar de encontrar explicación al sinsentido de la violencia, como la voluntad de mantener la memoria viva e impedir con ello que el olvido nos pueda convertir en víctimas de los mismos errores del pasado. Los tres autores que leeremos esta semana participan de dicha inquietud.

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Guillermo Niño de Guzmán (1955)

Guillermo Niño de Guzmán

Guillermo Niño de Guzmán

En la más pura tradición fundada por Ribeyro, Guillermo Niño de Guzmán se define como «cuentista», más que como narrador, y es reconocido por la minuciosa dedicación con que pule sus trabajos, lo cual ha condicionado que sus publicaciones no sean tan numerosas como las de otros escritores. También periodista, ha sido corresponsal de guerra en Bosnia (1994) y en el frente de la guerra peruano-ecuatoriana en 1995, con lo que su narrativa adquiere una experiencia de primera mano, como puede verse en su cuento «Las primeras luces», basado precisamente en los hechos de la guerra con Ecuador.

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Pilar Dughi (1956-2006)

Pilar Dughi

Pilar Dughi

Nació en Lima y estudió literatura y psiquiatría en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en la Universidad de París. Ganó el primer premio del III Concurso de Cuento de la Asociación Peruano Japonesa y también fue galardonada en certámenes literarios como el Copé, el cuento de Las Mil Palabras de la Revista Caretas, el premio de novela del Banco Central de Reserva del Perú y el concurso Juan Rulfo que convoca Radio Francia Internacional. Dedicó su vida a las letras, a la medicina psiquiátrica y a la defensa de los derechos de la mujer. Fue directora de la Asociación Civil Manuela Ramos y miembro del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán. Su sorpresivo fallecimiento en marzo de 2006 dejó trunca una obra literaria caracterizada por su diversidad técnica y temática, y su compromiso con la defensa de los derechos humanos, especialmente desde la perspectiva de género. Su cuento “El cazador”, es una dramática reconstrucción del terror por el que atravesaron miles de comunidades de la selva y los Andes durante la época de la violencia.

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Daniel Alarcón (1977)

Daniel Alarcón

Daniel Alarcón

Nació en Lima, pero desde los tres años de edad vive en los Estados Unidos, donde radica hasta nuestros días. Ha desarrollado su obra en inglés (las traducciones al castellano son de Jorge Cornejo), pero se cuenta entre los narradores peruanos porque sus preocupaciones, sus temas, rondan casi siempre nuestra realidad. Es uno de los más jóvenes autores peruanos con una trayectoria reconocida internacionalmente. El cuento “El visitante” toma como pretexto una catástrofe climática, un huayco, para convertirse en metáfora del dolor vivido en el Perú durante la época de la violencia.

Para las lecturas:

  • Guillermo Niño de Guzmán, «Las primeras luces»: blog y pdf.
  • Pilar Dughi, «El cazador»: blog y pdf.
  • Daniel Alarcón, «El visitante»: blog y pdf.

Semana 10: cuentistas peruanos contemporáneos (I)

El desarrollo de la literatura peruana contemporánea, apoyada sobre la extraordinaria obra que la precede, como quien mira el horizonte en hombros de gigantes, ha diversificado sus temáticas y contenidos, sus estilos y preocupaciones, a la par que crece el número de autores activos y se hacen cada vez más presentes tanto los autores de fuera de Lima como las autoras. Aunque sigue siendo un país centralista, y es Lima aún el destino donde aspira a triunfar un escritor, durante la última década se han multiplicado las editoriales independientes y las fundadas en otras ciudades y se organizan ferias literarias y libreras importantes en Trujillo, Huancayo, Arequipa e Iquitos, mostrando la vitalidad de una nueva literatura peruana.

Los temas de la literatura contemporánea en el Perú son tan diversos como el país mismo. Se ha ido abriendo espacio la literatura fantástica y de ciencia ficción (como ya hemos visto con el autor Daniel Salvo en la semana dedicada a la ciencia ficción); los temas policiales ocupan un lugar importante y el horror y el fantasy se han hecho un lugar mientras se desarrollan los sectores libreros que apuntan a la promoción de la lectura (y a la ampliación del mercado) en niños y jóvenes a través de la literatura infantil y juvenil. Si bien la mujer ha estado siempre presente en la poesía peruana, hoy las narradoras irrumpen en un espacio tradicionalmente machista con estupendas novelas y relatos.

Los temas locales (andinos, amazónicos), herederos de la tradición indigenista abundan todavía, revivificados ante las nuevas dinámicas sociales, y se desarrollan a la par de los otros nuevos temas. Los autores nacidos en las décadas de 1950, 1960 y 1970 representan un universo amplio y diverso. Son muchos, pertenecientes a estas generaciones, los que han alcanzado notoriedad, y no han faltado antologías que traten de cubrir su presencia, siempre provocando la protesta de los excluídos y acusando a los antologadores de parcialidad y preferencia.

A mediados de la década del 2000, una interesante polémica se dio en el mundo literario, entre la llamada «literatura andina» y la «literatura limeña». Acusaba la primera a la segunda de excluyente, cerrándole el paso al desarrollo de las obras que representaban la verdadera interculturalidad del país; respondía la otra que había en la primera falta de calidad, inmadurez.

Zeín Zorrilla

Zeín Zorrilla

Entre los autores contemporáneos leeremos «Inundaciones», de Zeín Zorrilla. Autor Huancavelicano, nacido en 1951, Zorrilla es uno de los maestros en la traducción literaria de la nueva conflictividad social del Perú: la sociedad posterior a la violencia, la de las mezclas y mestizajes, la de los migrantes en las ciudades, la de una cultura popular nueva e incomprensible para la aristocrática Lima.

Pepe Güich

Pepe Güich

De Pepe Güich leeremos «Los días verdes». La obra de Güich es una de los mejores representantes de la nueva literatura fantástica peruana; este cuento muestra la exacerbación de situaciones de la vida cotidiana para explotarlas hasta sus últimas consecuencias. Es muy recomendable su obra fantástica, por ejemplo, en los relatos de los libros El mascarón de proa y Los espectros nacionales, así como su novela fantástica-detectivesca El misterio de la Loma Amarilla. Una de las características de algunos de sus cuentos es la dotación de vida y personalidad a objetos que no deberían tenerla, para hacerlos actores de interesantes situaciones dramáticas.

Rocío Silva Santisteban

Rocío Silva Santisteban

En la obra de Rocío Silva Santisteban asistimos a una literatura fuerte, dura, cruda, amenazante, que ayuda también a romper prejuicios en torno de la literatura femenina. El acercamiento de Silva Santisteban a los márgenes de la sociedad, a la indigencia y la violencia de las calles, no tiene igual entre sus compañeros de generación.

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Las lecturas: