Archivos de la categoría Cuento

Semana 6: Cuentos de lugares lejanos

Es imposible cubrir de una manera representativa el panorama global de la literatura breve. Su extensión en el tiempo ya es un problema, con tradiciones cuentísticas que se remontan hasta el fondo de la historia, y el desarrollo de la literatura actual a lo largo y ancho del mundo resulta casi infinito.

Por ello, la visión que tenemos del género breve se presenta como centralista y reducida (Europa/América), así que tenemos que aceptar que es una mirada sumamente parcial. Dado que continuaremos el viaje literario hacia nuestro continente, nuestro idioma y, finalmente, hacia el Perú, hemos decidido hacer una especie de pausa esta semana para acercarnos, así sea de forma muy fragmentaria, a la literatura breve procedente de regiones que no suelen estar en nuestro espectro lector. Para ello, hemos seleccionado un par de ejemplos del Japón, otro proveniente del mundo árabe y uno más del África occidental.

_____
Japón

Mishima en 1956

三島由紀夫
(Yukio Mishima, Tokio, 1925-1970)

La vida de Mishima tiene tintes de leyenda. Vinculado a la aristocracia japonesa, educado por su abuela y con el permanente rechazo de su padre a la actividad literaria, logró establecerse como uno de los más importantes escritores japoneses de postguerra. Su novela Confesiones de una máscara, la primera de cuarenta, ha recorrido el mundo en traducción a incontables idiomas. Su supuesta homosexualidad, su obsesión por el físicoculturismo y su muerte a través del ritual tradicional suicida del seppuku  envuelven la historia de este extraordinario autor. Destaca en su obra la enorme capacidad, quizá característica de la literatura japonesa, de adentrarse en la psicología de los personajes y retratar el difícil desarrollo de personalidades complejas en el contexto de una cultura rígida, tradicionalista y disciplinada, como podremos ver en el cuento «La perla» que narra los desencuentros y malentendidos de un grupo de mujeres.

Murakami (foto: Random House)

村上 春樹
(Haruki Murakami, Kioto, 1949)

Murakami ha alcanzado reconocimiento internacional a través de un conjunto de novelas en las que se desarrolla una visión irónica de la sociedad contemporánea, apoyada en lo surreal, lo onírico, el humor y, en buena medida, la música. En su juventud trabajó en una tienda de discos y después manejó un bar de jazz; su pasión por la música puede sentirse en su obra literaria pues juega en ella un papel importante para la construcción de escenarios y climas narrativos. En japón se le ha criticado, se le considera un autor «pop» y alejado del cuerpo canónico de la literatura de ese país. Sin embargo, Murakami puede ser visto como un escritor posmoderno, global, en cuyo pensamiento asoma el nuevo estado de la cultura conectada a nivel planetario. El breve cuento «Un día perfecto para los canguros» es una pequeña muestra de su visión humorística de las cosas.

_____
Egipto

Naguib Mahfuz

نجيب محفوظ
(Naguib Mahfuz, El Cairo, 1911-2006)

Autor de una amplísima obra, premio Nobel de Literatura 1988, Mahfuz dedicó su vida al desarrollo de una visión literaria del mundo árabe. En sus inicios escribió literatura histórica localizada en la era de los faraones y posteriormente abordó la literatura social describiendo la realidad de un Egipto cambiante, en proceso de modernización, producto de una revolución moderna. A partir de ahí, y como resultado de la descomposición social del nuevo Egipto, su obra se vuelve más oscura, orientándose poco a poco hacia el absurdo y desarrollando personajes solitarios y decadentes. En 1994 fue herido por extremistas islámicos (en 1996 sería declarado «hereje» y condenado a muerte por el extremismo islámico); la herida le causó serios problemas de salud y en cierta medida le impidió seguir desarrollando su obra con el ritmo acostumbrado, aunque no dejó de escribir. El cuento «El acusado» es una muestra de la visión de Mahfuz sobre los conflictos sociales en Egipto y el absurdo presente en su trabajo.

_____
Nigeria

Chimamanda Adichie

Chimamanda Ngozi Adichie (Abbu, 1977)

Esta joven escritora nigeriana, con estudios superiores en los Estados Unidos, ha logrado plasmar en sus cuentos y novelas la dramática realidad de su país —compartida por vastas regiones del enorme continente africano— que se desenvuelve entre la pobreza, el colonialismo y el postcolonialismo, el desarrollo desigual y los constantes, violentos conflictos religiosos y étnicos. Con una narrativa directa, cruda, nos sitúa en el centro de una sociedad marcada por diferencias económicas, culturales, raciales, religiosas, que parecen no tener solución. Su conferencia «El peligro de una historia única», divulgada a través internet por la plataforma TED le ha dado una gran popularidad (más de cuatro millones de vistas): en ella se refiere a la necesidad de abrirnos a las diferentes formas de ver las cosas y a evitar el juicio a partir de una sola perspectiva, una extraordinaria apología de la diversidad que vale la pena escuchar: http://www.ted.com/talks/lang/es/chimamanda_adichie_the_danger_of_a_single_story.html. No es fácil encontrar traducciones al español en línea de la obra de Adichie, así que hemos traducido el cuento «A Private Experience», publicado originalmente por The Guardian (http://www.theguardian.com/books/2008/dec/28/chimamanda-ngozi-adichie-short-story).

Los cuentos de esta semana:

  • Yukio Mishima, «La perla». BLOGPDF
  • Haruki Murakami, «Un día perfecto para los canguros». BLOGPDF
  • Naguib Mahfuz, «El acusado». BLOGPDF
  • Chimamanda Adichie, «Una experiencia privada». BLOGPDF

Ciclo 2013-II: ¡Empezamos!

Bienvenidos y bienvenidas a la edición número 5 del taller En las nubes de la ficción, el club virtual de lectura de Formación Universitaria de la Universidad del Pacífico, para el ciclo 2013-II.

La dinámica de participación que se desarrolla en el taller consiste en aprovechar las herramientas digitales y la información disponible para los lectores en internet. Usamos esas herramientas (chats grupales e interacción en el blog a través de los comentarios) para crear un círculo de lectura y análisis literario.

El taller se concentra en el género cuento o relato breve. En este blog se ponen a disposición de los participantes las lecturas propuestas, escogidas entre un infinito universo de posibilidades. El coordinador del taller introduce los temas brevemente a través de los posts semanales en el blog, y los participantes dan sus comentarios en los espacios para ello de cada post.

Como esta es la quinta edición del taller, ya tenemos conocimiento acumulado. Exploren el blog, lean los comentarios de los participantes que han pasado antes por aquí, y tómenlos en cuenta como modelo de lo que haremos a partir de ahora.

EL CUENTO

El club virtual de lectura se concentra en un género literario: el cuento o relato breve, es decir que no leeremos novelas, ni otras literaturas como el teatro, la poesía, el ensayo literario o la novela gráfica o ilustrada (aunque a veces nos acercaremos a estos otros tipos de lectura).

La historia del cuento como género literario se puede remontar hasta el inicio de la cultura misma; la estructura del mito, la fábula y la leyenda no es muy distinta a la del cuento, y en una gran proporción, los primeros autores de cuentos modernos debían muchísimo de su expresión a la tradición cultural a la que pertenecían. Así como los cuentos de hadas y cuentos infantiles clásicos de Charles Perrault, los hermanos Grimm o Hans Christian Andersen le deben mucho a la tradición oral (la mayor parte de sus historias provienen de la misma tradición oral y ellos se encargaron de darle una forma literaria que la ha vuelto “eterna”), así se puede ver en el lenguaje de autores como Chejov o Maupassant una intención narrativa parecida a la de aquella narrativa oral tradicional. Sin embargo, es con estos autores, conocidos como “naturalistas”, con los que la narrativa breve se afianza como género literario, si bien será el norteamericano Edgar Allan Poe, quien le dará su mayoría de edad, como reconocen los más destacados autores contemporáneos.

El cuento suele ocupar un lugar secundario en la literatura. Si se llama a la novela género “mayor” es porque se considera al cuento como género “menor”. La extensión de la novela, su largo aliento, la profundidad de sus personajes y la multiplicidad de sus acontecimientos, la hacen aparecer como un enorme edificio, mientras que, a su lado, el cuento es apenas una casita pequeña. El propio mercado de la industria editorial parece preferir la novela al cuento: en el Perú, un país de grandes cuentistas, se publican varias novelas por cada libro de cuentos (aunque recientemente esto ha comenzado a cambiar con editoriales independientes como Casa Tomada.

Los grandes cuentistas saben que lograr un buen cuento es tan complicado como una buena novela. El reto que representa el cuento puede ser aún más duro para el escritor, pues tiene que ser capaz de contar la historia que quiere contar en una extensión breve; suficientemente breve, decía Edgar Allan Poe, para que pueda ser leída de una vez, sin pausas, sin necesidad de marcapáginas. A diferencia de la novela, en la que los personajes deben ser desarrollados en toda su profundidad, en el cuento nos interesa solo alguna faceta de ellos: el acontecimiento que se cuenta debe estar por encima de las necesidades de los personajes, los cuales solo responden a la historia.

En resumen, el cuento es el reto por excelencia para un escritor. El reto de síntesis, de tensión dramática (esos recursos para que no podamos soltar el texto hasta terminarlo), de impacto argumental (la construcción del argumento a partir de un planteamiento, un nudo y un desenlace), lo convierte en un género total.

Como parte del género, y en homenaje a la brevedad, dentro del cuento encontramos el microcuento o microrelato, que busca cumplir con estas características en el más breve espacio posible. Así, el más famoso de los microcuentos es “El dinosaurio” del guatemalteco Augusto Monterroso:

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí”.

En esa frase hay un cuento completo: un personaje que duerme y despierta, un nudo representado por la presencia ficcional del dinosaurio y un desenlace: sigue ahí después de que el personaje dormía y podía estar soñándolo. Es divertido pensar en que se requieren muchas más palabras para explicarlo o describirlo de las que el propio cuento tiene. Este subgénero ha encontrado en una de las modernas herramientas de la comunicación digital en red, un verdadero espacio de desarrollo: Twitter. Haz una búsqueda por los hashtags #microcuento o #cuentuito; encontrarás una gran cantidad de buenos relatos en menos de 140 caracteres.

Semana 3: misterio, horror, fantasía

La literatura de horror, misterio y fantasía es la fuente de lo que se ha desarrollado en el cine incansablemente durante las últimas décadas. Pero hay una diferencia importante entre la literatura clásica de horror y el cine y la literatura de terror de nuestro tiempo: hoy en día, acudimos más al «efecto», a la provocación del susto, el espanto espontáneo que nos haga temblar en la butaca. La vieja literatura de terror, de una forma más pausada pero mucho más profunda, nos llevará a la vivencia del miedo como pasión básica pero no caerá en ese efectismo del susto que reconocemos como terror. El lector contemporáneo, por tanto, puede llegar a sentir que los cuentos de Poe, Lovecraft y otros autores, parecen «no dar miedo». Hay que poner atención en el suspenso y en la descripción de los sentimientos de miedo de los personajes.

Edgar Allan Poe de terror

Edgar Allan Poe

Edgar Allan Poe

Edgar Allan Poe (Boston, 1809-1849) no solo fue un extraordinario poeta romántico y creador de uno de los personajes más interesantes de la literatura policiaca, como es Auguste Dupin. Quizás la razón más significativa de su enorme  fama, su interminable influencia y su permanente actualidad, es que se trata de un autor de cuentos de misterio y miedo; podríamos decir que se encuentra entre los fundadores del género terrorífico, cuyo desarrollo se ha hecho cada vez más intenso durante los últimos años.

La narrativa oscura, gótica, de Poe, ha trascendido el tiempo y el espacio. Traducido a todos los idiomas imaginables y reeditado constantemente, Poe sigue llenando nuestra imaginación de temores. Hay en su obra fantasmas y espantos, toda una vida espectral dispuesta a estremecernos a los largo de las líneas de sus estupendos cuentos. Un ejemplo muy importante de esta tendencia es el fabuloso cuento largo «La caída de la casa de Usher», que ha inspirado películas, obras de teatro y hasta música. Pero hay también otra serie de cuentos en los que lo espectral no tiene lugar sino que se concentra en los miedos del individuo, en las jugarretas que puede hacernos nuestra propia imaginación si no se encuentra en la mejor de las posiciones.

Es el caso de «El pozo y el péndulo», el cuento que leeremos esta semana, en el que Poe revive uno de los pasajes más oscuros de la historia del cristianismo: la Inquisición, mediante la puesta en escena de espantosos tormentos, y la experiencia que de ellos tiene el personaje condenado por crímenes de fe. Cabe resaltar que, aunque circulan numerosas traducciones al castellano de este y otros cuentos de Poe, la traducción que leeremos es la de Julio Cortázar, inmejorable, que suma a la maestría del autor, la de un traductor que representa la mejor cuentística en nuestro idioma.

El oscuro mundo de Lovecraft

H. P. Lovecraft

Por su parte, en Howard Phillips Lovecraft (Providence, EUA, 1890-1937) tenemos a un fundador de todo un subgénero y una literatura de culto. Lovecraft fue un escritor prodigio: escribió su primer relato de terror a los quince años de edad, y, aunque dedicaría su juventud a la poesía, desarrollaría más adelante toda una especie de amenaza latente en los mares, monstruosa, terrible, alrededor de la cual crecería la leyenda de «Los mitos de Ctulhu», de los cuales, probablemente, la historia más representativa es «La sombra sobre Insmouth».

Desarrollados casi siempre en el frío y húmedo paisaje de la costa noratlántica de los Estados Unidos (Rhode Island, Maine), los sencillos pueblos de pescadores sobreviven a la amenaza de una especie monstruosa que viene de las profundidades y se confunde con nosotros en un oscuro afán de conquista.

De esta tendencia en la obra de Lovecraft leamos «Dagón», una de las historias fundacionales de la estirpe de Ctulhu.

Lo kafkiano

Franz Kafka

Franz Kafka

Franz Kafka, (Praga, 1883-1924), extraordinario escritor checo de lengua alemana, ha dejado una fuerte marca en el mundo literario y más allá de él. No en vano decimos de algo que «es kafkiano» si se presenta como absurdo, como real pero imposible. Uno de sus cuentos, «La metamorfosis» ha pasado a la posteridad como ejemplo de lo absurdo y al mismo tiempo como símbolo de una modernidad llena de contradicciones. En ese cuento, el personaje principal, Gregorio Samsa, despierta un día convertido en un escarabajo, y este hecho desata una historia que desarrolla hasta sus últimas consecuencias tal situación absurda.

Kafka también abordó lo sobrenatural, como podremos ver en el cuento «Un médico rural», que, aunque no puede clasificarse propiamente como terror, tiene elementos que lo recuerdan, como los extraños caballos que llevan al personaje a su angustiante aventura. Una interesante versión animada de esta historia puede verse aquí: parte 1 y parte 2.

Para las lecturas:

Bienvenida: ciclo de verano de 2013

Esta es la tercera edición del taller En las nubes de la ficción, el club virtual de lectura de la Oficina de Formación Universitaria de la Universidad del Pacífico, para el ciclo de verano de 2013.

El título del blog surge de la dinámica de participación que se desarrollará en el taller: aprovechamos las herramientas digitales y la información disponible para los lectores en las llamadas “nubes” digitales. Trataremos de aprovechar esas herramientas, junto con otras de que disponemos gracias a los medios digitales (chats grupales e interacción en el blog a través de los comentarios).

El taller se concentra en el género literario cuento o relato breve y en este blog serán puestas a disposición de los participantes las lecturas propuestas, y se darán los comentarios en los espacios para ello de cada post.

Hoy comenzamos, como decíamos al principio, la tercera edición del taller. Esto quiere decir que ya tenemos conocimiento acumulado. Exploren el blog, lean los comentarios de los compañeros y compañeras que han pasado antes por aquí, y tómenlos en cuenta como modelo de lo que haremos a partir de ahora.

El cuento

El club virtual de lectura se concentra en un género literario: el cuento o relato breve, es decir que no dedicaremos tiempo al género “mayor”, el de la novela, ni a otras literaturas como el teatro, la poesía, el ensayo literario o la novela gráfica o ilustrada (aunque a veces nos acercaremos a estos otros tipos de lectura).

La historia del cuento como género literario se puede remontar hasta el inicio de la cultura misma; la estructura del mito, la fábula y la leyenda no es muy distinta a la del cuento, y en una gran proporción, los primeros autores de cuentos modernos debían muchísimo de su expresión a la tradición cultural a la que pertenecían. Así como los cuentos de hadas y cuentos infantiles clásicos de Charles Perrault, los hermanos Grimm o Hans Christian Andersen le deben mucho a la tradición oral (la mayor parte de sus historias provienen de la misma tradición oral y ellos se encargaron de darle una forma literaria que la ha vuelto “eterna”), así se puede ver en el lenguaje de autores como Chejov o Maupassant una intención narrativa parecida a la de aquella narrativa oral tradicional. Sin embargo, es con estos autores, conocidos como “naturalistas”, con los que el cuento se afianza como género literario, si bien será el norteamericano Edgar Allan Poe, quien le dará su mayoría de edad al género, como reconocen los más destacados autores contemporáneos.

El cuento suele ocupar un lugar secundario en la literatura. Si se llama a la novela género “mayor” es porque se considera al cuento como género “menor”. La extensión de la novela, su largo aliento, la profundidad de sus personajes y la multiplicidad de sus acontecimientos, la hacen aparecer como un enorme edificio, mientras que, a su lado, el cuento es apenas una casita pequeña. El propio mercado de la industria editorial parece preferir la novela al cuento: en el Perú, un país de grandes cuentistas, se publican varias novelas por cada libro de cuentos. Los editores ponen mucha atención a la novela y se olvidan del cuento (también de la poesía), aunque hay señales de que esto empiece a ser más equilibrado gracias a editoriales independientes como Casa Tomada.

Los grandes cuentistas saben que lograr un buen cuento es tan complicado como una buena novela. El reto que representa el cuento puede ser aún más duro para el escritor, pues tiene que ser capaz de contar la historia que quiere contar en una extensión breve; suficientemente breve, decía Edgar Allan Poe, para que pueda ser leída de un solo golpe, sin pausas, sin marcapáginas. A diferencia de la novela, en la que los personajes deben ser desarrollados en toda su profundidad, en el cuento nos interesa solo alguna faceta de ellos: el acontecimiento que se cuenta debe estar por encima de las necesidades de los personajes, los cuales solo responden a la historia.

En resumen, el cuento es el reto por excelencia para un escritor. El reto de síntesis, de tensión dramática (esos recursos para que no podamos soltar el texto hasta terminarlo), de impacto argumental (la construcción del argumento a partir de un planteamiento, un nudo y un desenlace), lo convierte en un género total.

Como parte del género, y en homenaje a la brevedad, dentro del cuento encontramos el microcuento o microrelato, que busca cumplir con estas características en el más breve espacio posible. Así, el más famoso de los microcuentos es “El dinosaurio” del guatemalteco Augusto Monterroso:

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí”.

En esa frase hay un cuento completo: un personaje que duerme y despierta, un nudo representado por la presencia ficcional del dinosaurio y un desenlace: sigue ahí. Es divertido pensar en que se requieren muchas más palabras para explicarlo o describirlo de las que el propio cuento tiene. Este subgénero ha encontrado en una de las modernas herramientas de la comunicación digital en red, un verdadero espacio de desarrollo: Twitter. Haz una búsqueda por los hashtags #microcuento o #cuentuito; encontrarás una gran cantidad de buenos relatos en menos de 140 caracteres.

NOTA: Este post es un «repost» del publicado el 7 de enero de 2013 y que desapareció por errores de actualización de la plataforma de blogs de la universidad.

Semana 5: El cuento en América Latina

Uno de los resultados del largo periodo colonial español en lo que hoy es América Latina, fue la tremenda expansión del castellano sobre regiones en las que se hablaban (y se hablan aún hoy) cientos de idiomas originarios. En cada uno de los países que se formaron con las guerras de independencia hace 200 años, nuestro idioma fue adquiriendo acentos y expresiones locales que recogían las tradiciones autóctonas dándole características especiales. Sin embargo, durante al menos los primeros 70 años de nuestra independencia, fuimos una especie de «hispanohablantes de segunda»; siempre vigilados por la ortodoxia europea que, a través del lenguaje, continuaba el colonialismo. Fue Ricardo Palma, en el Perú, uno de los primeros escritores que reivindicó nuestra forma de hablar español como legítima y paralela a la de la metropoli. Y a partir de entonces, de la época del modernismo, nuestras literaturas aprenderían a andar solas.

Sin embargo, no fue sino hasta mediados del siglo XX, con el famoso boom de la literatura latinoamericana, que alcanzaríamos pleno reconocimiento mundial. Hoy día representamos el segundo idioma más hablado del mundo, después del chino, y una de las literaturas más vigorosas del planeta. Con el de Mario Vargas Llosa, nuestro idioma suma seis premios Nobel de literatura entregados a latinoamericanos.

Julio Cortázar

Los escritores latinoamericanos que leeremos esta semana pertenecen a este boom y son, en gran medida, sus más importantes representantes: dueños de estilos cuentísticos que han sentado bases para el desarrollo del género en nuestro idioma. En primer lugar, el argentino Julio Cortázar (1914-1984), cuya obra abarcó ńo solo los géneros del cuento, la novela y la poesía, sino que fue más allá, innovando en cada uno de esos géneros. Su novela Rayuela es una obra experimental en la que el autor juega con los puntos de vista y rompe con la lectura lineal, presentándonos una obra que puede ser leída de diversas maneras, en desorden, enriqueciendo la experiencia de la lectura y logrando que el lector tenga un papel activo en ella. Es conocido también por la maestría en el desarrollo de las tramas de sus cuentos y por un manejo de los desenlaces que nos dejan siempre anonadados, por decir lo menos, como podremos comprobar con «La autopista del sur».

Gabriel García Márquez

Gabriel García Márquez, premio Nobel en 1982, fue capaz de crear un universo entero en su novela Cien años de soledad, la cual se ha mantenido desde su publicación como la más representativa de las obras literarias de nuestro continente. En su Macondo logró fraguar tanto la realidad como la magia del continente entero, llegando a consolidarse como la más importante obra de un estilo conocido como «realismo mágico», en el que hasta las cosas más cotidianas se revisten de un halo de misterio y fantasía que expresa la forma de ver el mundo surgida de nuestra fragua mestiza. Extraordinario cuentista, leeremos de él un relato muy breve en el que, en unos cuantos párrafos, es capaz de mostrarnos toda una historia de conflictos sociales y políticos.

Para reforzar nuestra visita a esta área de la cuentística latinoamericana, hemos incluído cuentos de dos autores fundamentales, anteriores al boom: Jorge Luis Borges (Argentina, 1899-1996), cuya obra constituye un portentoso universo de lo imposible, y Juan Rulfo (México, 1917-1986), en quien se resume de una forma extraordinaria el desarrollo de una narrativa que recoge la tragedia de la Revolución mexicana.

Para las lecturas:

Y los opcionales: