Pocos temas tan difíciles como hablar del cuento peruano, sobre todo si no eres un crítico, un especialista, un verdadero entendido; estas son las reflexiones de un lector y nada más. La semana pasada hablamos del boom de literatura latinoamericana y no tocamos a los autores del Perú porque tendríamos capítulo aparte para ellos. No sólo porque estamos en el Perú y nos interesa, sino porque, desde muchos puntos de vista, la literatura peruana es una de las más ricas y vigorosas, de las más llenas de sentido de todo el continente. SI esto se refleja en reconocimientos, pues nada más y nada menos que el Premio Juan Rulfo otorgado a Julio Ramón Ribeyro en 1994 (uno de los premios más importantes de nuestro continente); el premio Planeta 2002 a Bryce Echenique, y el Nobel a Mario Vargas Llosa en 2010.
La maestría peruana en el relato breve se remonta lejos en el tiempo, pero destaca la obra de Ricardo Palma, que no solo dio a nuestro idioma «latinoamericano» la mayoría de edad, sino que a través de una mezcla de historia, ficción y crónica, acuñó un género único: la «tradición». Sobre esos cimientos, en el siglo XX se desarrolló una de las tradiciones (valga la redundancia) cuentísticas más sólidas en castellano.
Elegir a los autores que leemos esta semana ha sido arduo, aun cuando tendremos otra semana más para leer a otros más recientes. Visitaremos pues, a cuaro grandes, a sabiendas de que dejaremos fuera a muchos más. No leeremos, por ejemplo, a Ciro Alegría, a Carlos Eduardo Zavaleta, a Miguel Gutiérrez ni a Edgardo Rivera Martínez, que son grandes contemporáneos de los que sí visitaremos: José María Arguedas (1911-1969), Julio Ramón Ribeyro (1929-1994), Mario Vargas Llosa (1936) y Alfredo Bryce Echenique (1939).
José María Arguedas
Además de novelista y narrador, Arguedas fue un importantísimo antropólogo, representó en el Perú a un movimiento literario-antropológico de gran relevancia: el indigenismo, a través del cual se hizo posible el reconocimiento de las raíces verdaderas y más profundas de nuestra identidad y nuestro mestizaje, aunque aún falta mucho para lograr que la democracia y el ejercicio de la ciudadanía y los derechos humanos alcance a los americanos originarios. Como en el caso de Vargas Llosa, son sus novelas lo más destacado de su obra, pero sus cuentos nos dejan ver ese mundo tan ajeno a las grandes ciudades, describiéndolo desde el interior. En cierto modo, Arguedas es, para la mirada mestiza, criolla, moderna, urbana del Perú, la conciencia del Apu, de lo ancestral; el recuerdo de que somos simpre invasores de tierras que responden a una lógica espiritual mucho más antigua, hermana e hija de la geografía escarpada y difícil de los Andes.
Julio Ramón Ribeyro
Ribeyro, en cambio, representa la mirada mordaz sobre el ser urbano, en especial el limeño, y quién sabe en realidad cuánto le debemos hoy por dejarnos entender nuestra propia forma de ser (y cuánto le deben otros narradores, incluidos Bryce y Vargas Llosa). Aunque escribió varias novelas, es el gran maestro peruano del relato breve, a través del cual logró hacer hablar a los más oscuros personajes de nuestra sociedad, como bien dice el título «La palabra del mudo», de uno de sus libros de cuentos. También fue un maestro de la reflexión filosófica llena de ironía que hoy podemos leer en susProsas apátridas, conjunto de textos que llamó así no porque fueran testimonios de un sin patria sino porque no tienen un género definido, no pertenecen a ninguna «patria» literaria. Entre esos textos dejó un extraordinario «Decálogo» para quienes escriben cuentos, que reproducimos a continuación:
- El cuento debe contar una historia. No hay cuento sin historia. El cuento se ha hecho para que el lector a su vez pueda contarlo.
- La historia del cuento puede ser real o inventada. Si es real debe parecer inventada y si es inventada real.
- El cuento debe ser de preferencia breve, de modo que pueda leerse de un tirón.
- La historia contada por el cuento debe entretener, conmover, intrigar o sorprender, si todo ello junto mejor. Si no logra ninguno de estos efectos no existe como cuento.
- El estilo del cuento debe ser directo, sencillo, sin ornamentos ni digresiones. Dejemos eso para la poesía o la novela.
- El cuento debe sólo mostrar, no enseñar. De otro modo sería una moraleja.
- El cuento admite todas las técnicas: diálogo, monólogo, narración pura y simple, epístola, informe, collage de textos ajenos, etc., siempre y cuando la historia no se diluya y pueda el lector reducirla a su expresión oral.
- El cuento debe partir de situaciones en las que el o los personajes viven un conflicto que los obliga a tomar una decisión que pone en juego su destino.
- En el cuento no debe haber tiempos muertos ni sobrar nada. Cada palabra es absolutamente imprescindible.
- El cuento debe conducir necesaria, inexorablemente a un solo desenlace, por sorpresivo que sea. Si el lector no acepta el desenlace es que el cuento ha fallado.
Cerraba este decálogo con la ironía que caracterizó a su obra: “La observación de este decálogo, como es de suponer, no garantiza la escritura de un buen cuento. Lo más aconsejable es transgredirlo regularmente, como yo mismo lo he hecho. O aún algo mejor: inventar un nuevo decálogo”
Mario Vargas Llosa
Al igual que con Arguedas (con quien además el Nobel ha mantenido un diálogo en permanente conflicto, llegando a considerársele como un conflicto con «la dombra del padre»), de la obra de Vargas Llosa es la novelística lo más relevante, siendo uno de los más importantes exponentes en el mundo de la llamada «novela total», aquella que es capaz de construir un universo entero y autosuficiente. Sin embargo, hay entre sus cuentos verdaderas joyas en las que se puede observar la maestría de un autor ejemplar en cuanto al método de escritura, la construcción de la trama, la descripción de situaciones psicológicas, los conflictos humanos…
ALfredo Bryce Echenique
En el caso de Bryce estamos ante un autor que, a través de la ironía y el humor, nos lleva a las profundidades más insospechadas de la naturaleza humana. Han sido también sus novelas lo que más reconocimiento le han brindado, pero sus cuentos son verdaderas obras maestras del arte del relato breve. SiUn mundo para Julius, su más famosa novela, puede llevarnos a las lágrimas desde la mirada de ese niño sensible que observa los contrastes de la riqueza y la pobreza, del amor y la injusticia, los relatos reunidos en La felicidad ja ja nos llevan de paseo por el conflicto humano de una forma hilarante gracias a lo que se ha llamado su «oralidad»: una capacidad extraordinaria de narrar como si hablara; de escribir como si pudiera hacernos escuchar más que leer a sus personajes.
Antonio Gálvez Ronceros
Los temas locales (andinos, amazónicos), herederos de la tradición indigenista abundan todavía, revivificados ante las nuevas dinámicas sociales, y se desarrollan a la par de los otros nuevos temas. Hay sin embargo, una obra que destaca en cuanto al tradicionalismo, y que si bien pertenece a la generación de los mayores, aún no ha obtenido la difusión que merece: se trata de una de las pocas muestras literarias de una cultura vigorosa en la música y la danza: la afroperuana, que ha encontrado su voz en la obra de Antonio Gálvez Ronceros, de quien esta semana leeremos un brevísimo cuento, «¡Miera!», en el que se muestra la maestría en el manejo de la oralidad y la cultura de la costa peruana afrodescendiente.
Estas son las lecturas obligatorias para esta semana:
- José María Arguedas, «El Hijo Solo»: blog y PDF: José María Arguedas, «El Hijo Solo»
- Julio Ramón Ribeyro, «Los huaqueros»: blog y PDF: Julio Ramón Ribeyro, «Los huaqueros»
- Alfredo Bryce Echenique, «Anorexia y tijerita»: blog y PDF: Alfredo Bryce Echenique, «Anorexia y tijerita»
- Antonio Gálvez Ronceros, «¡Miera!»: en el blog o en PDF: Antonio Gálvez Ronceros, «¡Miera!»
Y estas las opcionales:
- Mario Vargas Llosa, «Día domingo»: blog y PDF: Mario Vargas Llosa, «Día domingo»
- Julio Ramón Ribeyro, «La insignia»: blog y PDF: Julio Ramón Ribeyro, «La insignia»
- José María Arguedas, «El barranco»: PDF: José María Arguedas, «El barranco»
Los cuentos de esta semana están claramente caracterizados por un sabor popular, resaltado de forma distinta en cada uno de los cuentos. Es probable que un peruano se reconozca en esas palabras, y pueda reírse volviendo a vivir acciones y emociones que por lo menos una vez ha vivido en su vida. Personalmente, no siendo peruana y perteneciendo a esta cultura desde hace solo algunos años, encuentro extrañas a mi muchas de las historias contadas y sin embargo me gustan, por ser fuente de conocimiento y aprendizaje de algo que no he vivido directamente. Pero al mismo tiempo, pienso que en este país hay tantas formas de cultura y de ser que hasta un mismo peruano podría sentirse extraño como yo, un extranjero dentro de su propio país.
En todo este asunto hay un aspecto que me parece alarmante; si es verdad que hay muchas formas de cultura en el Perú, es verdad que los peruanos a menudo se cierran frente a ellas, negándolas. Muchas veces nos olvidamos del quechua, que Arguedas nos propone es su cuento o del lenguaje pobre del campesino en el cuento de Antonio Gálvez Ronceros y tendemos a generalizaciones del tipo “todo peruano pobre es delincuente, hay que desconfiar, porque nos va a robar o a matar” aunque resulte claro que son estos prejuicios que nos llevan a cometer errores, así como se revela en “Anorexia y Tijerita” cuando la esposa del protagonista desafía a un hombre en la calle porque esta “gentuza” le había robado, lo que sucesivamente se revela erróneo.
Estos cuentos muestran realidades distintas; muestran aspectos de otras realidades y de nuestra misma realidad, también de forma irónica.
Es así que en “El Hijo Solo” se resalta las raíces populares de la cultura quechua, una cultura impregnada de aspectos ligados a la tierra, con sus formas y sonido, a menudo intensas y crueles en contraposición al aspecto popular de “Miera” que describe mas bien la aflicción y rabia de un campesino frente a la realidad que lo rodea.
En “los huaqueros” el autor resalta aspectos en los que creo que muchos podrían sentirse representados, como por ejemplo el pisco como representante de la peruanidad y el tomar como un compartir, aspectos que hasta ahora son muy presentes en nuestra cultura. El autor resalta de forma irónica otro aspecto no tanto admirable que es el de la seguridad ciudadana; aquí podemos ver como la corrupción de la misma policía que frente a la posibilidad de enriquecerse deja de lado sus propios oficios, incumpliendo sus responsabilidades. Aunque se describa esta actitud de forma divertida, es un aspecto alarmante y que sigue con la misma intensidad hasta el día de hoy.
El cuento de Alfredo Bryce Echenique me ha gustado mucho, no solo porque resalta un aspecto del cotidiano que es de todo los días y que no obstante se esconde detrás de las apariencias, que es la traición: el buen esposo y trabajador que insatisfecho de su vida familiar lleva una paralela poniendo de esta forma en peligro su familia y su carrera. Esta situación tan típica se trasforma el algo típicamente peruano al contarla a través de expresiones y dichos típicamente peruanos.
Otro aspecto que me llamo la atención, pero no está relacionado con la peruanidad, es la introspección psicológica del personaje a través de sus pensamientos, sus luchas internas y sus propias contradicciones; esta intensidad psicológica se vuelve a vivir frente a la personificación de la anorexia; el autor ha sabido transformar una enfermedad en una protagonista, como si fuera una compañera, un ser tan real como cualquiera de nosotros. Pienso que esta es una grande verdad: muchas veces las enfermedades se transforman en fantasmas de nosotros mismos, se vuelven tan reales que parecen vivas
En conclusión, estos son solo algunas de las apreciaciones que pueden extraerse de estos cuento; pienso que pueden ser extremadamente constructivos y útiles para cada lector para aprender a reconocer aspectos de la realidad que no conocemos y aspectos de nuestra mentalidad que no pensábamos existiesen.
Arguedas en “El Hijo Solo” nos describe con claridad el ambiente que rodea la historia, la naturaleza dándole detalle a las aves. Singuncha irradia felicidad, tranquilidad y pasión por la vida por lo cual con facilidad se enamora de Hijo Solo y se encarga de cuidarlo. Se vuelven mejores amigos pero al encontrarse con los problemas que tiene el dueño de la hacienda con su hermano termina salvando a Hijo Solo de una gran paliza. Toda su bondad se convierte en venganza llevándolo a quemar los sembríos del causante de su enojo. Observamos así como la tranquilidad y la unión que se da en la vida en el campo es interrumpida por conflictos e intereses que llevan incluso a destruir familias.
En “Los Huaqueros” Ribeyro nos relata una historia muy divertida donde unos saqueadores ingresan a una Huaca a buscar algo de valor. La oscuridad que al comienzo es su principal apoyo termina siendo un problema al no poderse reconocer entre sí llevándolos incluso a encontrarse con otros colegas. Terminan todos juntos, incluso con el apoyo de la policía, con la meta de encontrar un gran tesoro. Por momentos se olvidan de porqué se encuentran ahí y terminan bebiendo pisco al verse frustrado su objetivo pero se resalta el hecho de que nunca pierden el buen humor.
Bryce en “Anorexia y Tijerita” nos muestra lo complicado que puede ser la mente de una persona cuando no se lleva una vida transparente, honesta y clara. Todos sus problemas se le juntan en la ducha, el cual se convierte en el sitio indicado para cuestionarse qué es lo que debe en cada situación. Por un lado va un problema laboral y por el otro uno personal con su esposa a la cual no sabe cómo tratarla dada su fragilidad salud física y mental. En ambos casos su poca sinceridad y guiándose con mentiras lo hacen pensar en tomar medidas extremas poco leales y legales para solucionar todo. Esto anti valores se aprecian también en los demás cuentos teniendo realidades muy conflictivas.
En “Miera” Gálvez Ronceros nos muestra un típico ciudadano de campo posiblemente de chincha por su manera de hablar. No cuenta con estudios pero se ha preocupado porque su hija si tenga una mejor educación. A pesar de esto siente la necesidad de hacerse escuchar y no permitir que hablen mal de él.
Todos los cuentos obligatorios de esta semana son han mostrado realidades distintas de un mismo país.
El cuento de J.M Arguedas nos ha mostrado una realidad ajena al limeño. Quizá ese era el objetivo del autor, mostrarnos lo que sucedía en el Perú profundo, tan olvidado por tantos años, donde la naturaleza tenía su propia personalidad y siempre estaba estrechamente ligada con el campesino. La estrecha relación entre el niño y el perro podría verse como que ambos se sienten hijos de nadie, quizá como se sentía el mestizo o indígena de aquel tiempo, explotado en su propia tierra, por gente de otra tierra.
El cuento de J.R. Ribeyro, muestrsa dos características típicas peruanas, e incluso latinoamericanas: la informalidad y la corrupción, vista cuando el policía se úne a ellos en la búsqueda. A pesar de no lograr encontrar el botín, una tercera característica peruana también aparece, conocida como la «criollada» de sacarle provecho a todo, al llevar la madera para hacer fuego. EL cuento contado con sentido del humor, le da mayor ligereza a temas bastante relevantes en nuestra realidad. Este tipo de situaciones diariamente las vemos en los noticieros, por lo que no es nada ajena a nuestra realidad y por el contrario, siento que día a día se acrecienta.
Similar al cuento anterior, en Anorexia y Tijerita, nuevamente las ansias del poder y riqueza presentes, pero esta vez la protagonista es el sentimiento de culpa y conciencia que tiene el personaje. Además, en este cuento también se ve a través de Raquelita, cómo una sociedad limeña, tan centralizada se mantiene ajena a la realidad peruana en general, al menospreciar a los barrios populosos y hacer marcado énfasis del racismo, ya que todo negro era malo para ella. Su falta de percepción de las cosas realmente importantes es increíble! es como si viviera en una burbuja. En ese cuento, se toca ligeramente el tema de la corrupción, presente en el anterior.
Finalmente, en Miera! otra vez la realidad peruana, pero en un área distinta, ya no el Perú profundo, sino la zona costera y la comunidad de negros que la poblaron, con su peculiar forma de hablar. Me gustó cómo el autor puede hacernos conocer cómo se expresan oralmente estos pobladores.
En Los Huaqueros, Ribeyro nos muestra la historia de 4 personas que se dedican a saquear huacas esperando encontrar algún tesoro antiguo. En medio de la noche, se encuentran con 2 policías, cada uno más corrupto que el otro. En un inicio pensaron que iban al calabozo, pero ante la ambición de los policías, logran seguir con su trabajo a cambio de una parte del botín. Esto es un reflejo claro de lo que actualmente sucede en Lima, por más que esté ambientado en otra época, las situaciones de corrupción se siguen viendo a diario. En cuanto a la narración del cuento, me parece que es bastante detallado en cuanto a las emociones de cada personaje, por ejemplo, cuando Filiberto se encuentra solo mientas Tobías trabajaba en su turno.
En Hijo Solo, volvemos a ver cómo los sentimientos y reacciones de una persona pueden cambiar al verse afectado por una situación ajena a él mismo. En este caso, Singu, sirviente de la hacienda empieza mostrándose como un persona que refleja tranquilidad y que permite que nos metamos y enganchemos al cuento rápidamente. Singu se enamora de Hijo Solo y se encarga de él. Esta tarea que se la encomienda él mismo, termina incluyendo el cuidarlo de los mismos dueños de la hacienda. Así vemos cómo Singuncha pasa de ser pacífico a vengativo, al querer vengar a Hijo Solo de los malos tratos del hacendado.
En el cuento Miera de Ronceros parece en realidad un chiste un poco más largo de lo normal, y buen chiste. No vale la pena narrar la historia porque el cuento es bastante pequeño, sin embargo, podemos destacar que la historia se deenvuelve alrededor de una pareja de padre e hija que se esfuerzan por responderle el insulto a otra persona que no se encuentra en la ciudad, además de que ambos no cuentan con una educación adecuada.
El breve cuento «¡MIERA!» de A.Galvez me parecio muy graciosa por la forma en como el campesino pronuncia las palabras y le manda a su hija escribir una carta usando repetidamente la palabra «miera» para al final decil que borre un poco de «miera», eso me parecio demasiado gracioso.
Con respecto a la lectura de Arguedas «El hijo solo», el cuento se produce en una hacienda. Involucra distintas clases sociales. Por un lado habla sobre la vida del niño que trabajaba en la hacienda y el perro vagabundo del que se hizo cargo. Asimismo, narra la disputa que hay entre los dos hermanos dueños de la hacienda. Finalmente logra conectar todo esto para mostrarnos que la clase trabajadora no estaba contenta con el trato que recibía.
«Los huaqueros» también describe aspectos peculiares de la realidad peruana describe a los huaqueros que se dedicaban buscar tesoros u objetos de valor en las huacas , actividad que a pesar de ser ilegal fue muy practicada por muchas personas , del mismo modo el cuento describe la corrupción existente en la policía que se hacía de la vista gorda con tal de recibir una tajada del motín.
Respecto al cuento de “Anorexia y Tijerita” de Bryce, vemos que se ve el comportamiento de la clase social media alta de Lima, que muchas veces viven 2 vidas, aparentando cosas que no son o no tienen. En el caso de la señora que siempre vivía pendiente de su aspecto físico y del cómo la veían los demás. En el caso de su esposo, que cometía delitos pero que estaba a salvo debido a los contactos que tenía por lo cual podría salir en libertad en el momento deseado.
En Hijo Solo, de Arguedas, resalta su estilo dándole importancia a la naturaleza y con un protagonista indígena. Nos encontramos con Singu, un joven alegre y humilde que al encontrarse una tarde con un perro lo acoge y se convierte en su amigo. Lamentablemente, él e Hijo solo vivían en un ambiente de suma violencia y conflictos, y fueron victimas de un ataque. Lo que desato la ira de Singu , quien busca venganza incendiando los dominios de Don Adalberto y escapando para siempre.
Los huaqueros, de Ribeyro, fue un relato corto pero me parecio muy interesante y entretenido.Un grupo de huaqueros se une para encontrar algún tesoro durante la madrugada y son descubiertos por un par de policías que en lugar de arrestarlos se unen a ellos. Al final encuentran solo una momia y terminan llevándose la madera para usarla como leña.Lo encontré bastante cercano a nuestra realidad ya que toca el tema de la corrupción que, lamentablemente, esta muy presente en nuestra sociedad.
En Miera,de Galvez Ronceros,nos encontramos a Don Andres que esta molesto porque un caporal ha hablado mal de él.Como no lo ha encontrado le ha pedido a su hija, que sí sabe escribir, que le redacte una carta para el caporal. Lo que resalta de este relato es que el autor mantiene la manera de hablar de estos personajes afrodescendientes, algo poco visto en cuentos.
Finalmente en Anorexia y Tijerita, de Bryce Echenique, vemos como un ex ministro lleva una doble vida. Ha estado involucrado en un caso de corrupcion y tiene una amante; y el unico lugar donde puede reflexionar es en su baño, tomando una ducha. Su esposa es Raquelita, una mujer que vive en una burbuja, ajena a la realidad, prejuiciosa y con problemas alimenticios. Ella es la que posee la mencionada tirejita y la cree una arma de defensa indiscutible. Asi pues una noche la usa para que le devuelvan su reloj y resulta que termina robando uno.
De estos 4 cuentos, me parecio mas interesante el de Bryce Echenique. Las tramas de los demas cuentos no eran muy interesantes. Creo que Bryce le da un estilo diferente y peculiar a cada cuento y esto le da un nivel superior.
Arguedas, en el cuento “Hijo Solo” describe como el niño sirviente, llamado Singuncha ( Singu), adopta a un perro al que lo llama Hijo Solo. Esto ocurre dentro de un contexto donde dos hermanos (don Adalberto y don Ángel), quienes tienen haciendas cercanas una de la otra, se odian y están en una continua guerra frontal. Singu trabaja como sirviente en la hacienda Lucas Hayku, perteneciente a don Angel. Singu se encariña mucho con el perro y hasta piensa que fue suyo en otra vida. Después del intento de matanza por parte de los peones de Don Adalberto, Singu se venga iniciando un bosque cerca de la hacienda de don Adalberto. Sin embargo, este no muere y Singu se va a las montañas con Hijo Solo a buscar trabajo como pastor. Es bien interesante leer como Arguedas logra describir la forma de hablar y de pensar del niño que a su corta edad tiene un rol multifuncional en la hacienda. Asimismo, Arguedas mantiene la habilidad para describir detalladamente el entorno natural de la sierra donde ocurre este cuento.
Ribeyro, en su cuento “Los Huaqueros” , describe una época en la cual las principales huacas y/o centros arqueológicos de Lima eran saqueadas por huaqueros informales. En este cuento, el autor presenta a cuatro huaqueros informales que salen a cavar cerca de la huaca Pucllana. Posteriormente son descubiertos por la policía, quien los deja seguir excavando con la condición de que se repartan lo que encuentren. Al final, solo encuentran un cadáver que lo dejan en su sitio. Inclusive a la policía no le interesa investigar.
Bryce Echenique, en su cuento “Anorexia y tijerita” , presenta varios aspectos de la sociedad limeña y presenta el contexto donde se realiza el cuento de una manera acida y genuina.Me gusto la forma en que cambiaba los tiempos y cuando entrelazaba conversaciones entre diversos protagonistas. La forma con Raquelita vive una realidad muy distinta y casi en una burbuja que choca con un extremo al momento de perderse en Villa el Salvador. Bryce maneja adecuadamente cada adjetivo y expresión de forma que te permite crear una imagen mas detallada y acertada de cada protagonista, lo cual le da una originalidad adicional a este cuento.
Finalmente, Antonio Galvez Ronceros, en su cuento «Miera», basicamente presenta de manera coloquial la forma como ciertas personas de origen africano, en este caso «el negro don andres» se expresaban en otras epocas.
La literatura peruana, tal como dice el post, es una de las más ricas, vigorosas y llenas de sentido. Los cuatro cuentos de esta semana son un ejemplo perfecto. No sólo nos presentan cuatro diferentes historias, cada una muy bien lograda y relatada, sino nos dan la visión de cuatro diferentes culturas e idiosincrasias dentro de la misma sociedad. Si bien puede sonar a demagogia, creo que a través de Arguedas, Bryce, Vargas Llosa y Ronceros he aprendido a querer y valorar más todas las culturas presentes en el Perú.
Miera, de Ronceros, en tan sólo una página, nos da una visión muy rica de un personaje que ejemplifica a toda una parte de la sociedad; esa parte que no ha gozado de educación, pero si llena de valores. Don Andrés es el ejemplo perfecto del campesino indignado ante una sociedad que vive del qué dirán y un hombre en busca de mantener intacto su nombre y honra. A través de su reacción, Ronceros nos presenta una situación humorística, solamente haciendo uso de manera genial, de una escritura en base a vocablos y no palabras. Fue un cuento corto, pero muy bueno.
El Hijo Solo de Arguedas, claro ejemplo de la cultura de los andes, de la sociedad tantas veces escondida y no reconocida por nosotros. La construcción del personaje de Singucha y los detalles de lo que veía, escuchaba y valoraba, nos permite ver una realidad que no tenemos en cuenta a diario, que tanta vida en Lima nos ha hecho olvidar, o no nos ha permitido conocer. Singucha nos demuestra una vida simple, en donde lo más importante no es que es explotado por otros, en su propia tierra, sino la amistad que tiene con su perro, lo mucho que valora el sentirse parte de algo, parte de una relación. Arguedas nos plantea la idea que quizás hay mucho Perú que siente lo mismo, que solamente quiere ser parte del país que tanto les da la espalda.
Los Huaqueros de Ribeyro, quizás el cuento más cercano a nosotros, nos presenta muchos ejemplos de nuestra vida cotidiana: la corrupción de la policía, la falta de respeto a las leyes y a los activos históricos de nuestro país, la búsqueda de riqueza, el pisco para compartir y celebrar, etc. Creo que este cuento nos permite ver la maestría de Ribeyro, como retrata un aspecto de la sociedad de su época, de la sociedad de ahora también, y lo convierte en un relato con cierto grado de humor, con la intención, creo yo, de hacernos, a través de risas, conscientes de tantas fallas en la sociedad, y de nuestra inacción contra ellas. Gran relato, deberíamos de leer más de «La Palabra del Mudo».
Finalmente, Bryce nos presenta un relato increíble, no sólo porque retrata a otro gran grupo social, los «poderosos», aquellas personas «exitosas», pero corruptas y con doble vida. Nos presenta a Raquelita, racista como ella sola, como un ejemplo de la sociedad aristocrática de Lima; la cual terminó robando como la misma gente de la ínfima. Nos presenta a Joaquín, ex-ministro, sacavueltero y corrupto. Pareciera una historia de muchas familias de hoy. Bryce, a través de las introspecciones que hace Joaquín, nos demuestra una capacidad magistral para narrar; realmente, llegamos a sentirnos dando las mismas vueltas en su cabeza.
Grandes cuentos, grandes retratos de todo lo diferente que es el Perú y todo lo similar que somos todos dentro de él.
De todos los cuentos, el que más me sorprendió fue el de anorexia y tijerita. Si bien todos los cuentos exponen distintas realidades de nuestra sociedad, el cuento de Bryce nos da un vistazo de algo muy cercano y muy mediático hoy en día. Desde casos tan cómicos como el juramento «Por Dios y por la Plata», hasta casos serios y muy preocupantes como las compras de equipo militar defectuoso (por evidentes casos de corrupción), la corrupción en el aparato estatal peruano es una realidad que enfrentamos y tratamos de combatir, pero que esta enquistada en la cultura de la clase política.
Con este perfil psicológico encontramos al protagonista, que además de corrupto es infiel, y nos muestra el caos mental que vive el personaje por llevar esta doble, y hasta triple, vida. Asimismo, la esposa aristocrática, evidencia el clasismo y racismo, así como el narcisismo al estar sufriendo de desordenes alimenticios con tal de conservar una «buena figura» y considera a la gente de barrios pobres como delincuentes, al punto de sugerir que bombardeen un distrito solo por ser de clase baja.
Los huaqueros resulto también interesante no solo por el relato, sino por la imagen que colocan de la policía, al igual que la clase política, corrupta.
Asimismo, los huaqueros en búsqueda de tesoros no toman en cuenta el daño en el patrimonio cultural, al punto que destruyen una tumba y desechan una momia por quedarse con la madera del ataúd.
Estos dos cuentos nos dan un vistazo triste pero real de la sociedad, y buscan evidenciarlo, lo cual logran satisfactoriamente
En Miera vemos de una forma «divertida» como el escritor plasma la falta de cultura lingüística en el país, muchas veces a causa del poco alcance de los programas de educación en el Perú profundo.
Finalmente, “hijo solo” nos muestra las peripecias de un sirviente, que encuentra la felicidad en un perro vagabundo, que al ser agredido hace que se transforme de sumiso y servil, a vengativo y determinado.
Los cuatro son cuentos reflejan realidades y situaciones que se viven en Perú. Se refleja la fragilidad del ser humano y como está lleno de sentimientos que pueden despertarse ante distintas situaciones. Se muestran sentimientos como la rabia, el odio, la codicia, el rencor, la avaricia y el orgullo. Sentimientos contra los que luchan algunos personajes mientras otros se acostumbrar a vivir con ellos. En algunos casos los cuentos se presentan incluso con cierto humor como ¡Miera! y Los huaqueros. Se narran de tal manera que es fácil imaginarse los hechos.
Antonio Gálvez Ronceros (1932) – ¡Miera!
Es un cuento sumamente corto pero con un principio, un nudo y un final. En tan pocas líneas se expresan claramente los sentimientos de Don Adres, se logra entender la rabia e impotencia que siente. Debido a que no puede hablar con el caporal encuentra como solución mandarle una carta que escribirá su hija. El autor del cuento escribe de tomando en cuenta las características de cómo hablan los personajes y es fácil imaginarse la escena y las voces. El cuento incluso posee un final gracioso.
José María Arguedas (1911-1969) – El Hijo Solo
Sigu se muestra como un personaje que admira la naturaleza y los seres vivos. Esto se ve aún más reflejado en la compasión que siente al ver al perro tan débil. Incluso muestra las creencias que posee el personaje sobre el perro cuando dice: “Solo los perros maduros pueden guiar a sus dueños, cuando mueren en pecado y necesitan los ojos del perro para caminar en la oscuridad de la otra vida.” Hijo Solo se quedo con Sigu y entendió que debía ser cuidadoso por la fama que tenían los dueños de la hacienda y la enemistad de los hermanos. A pesar de que Sigu pudo conservar el perro se muestra como Pudieron a Don Ángel parecía no importarle lo que podría pasar.
La sed de venganza y odio entre los hermanos llevaba a que se hicieran cosas inhumanas. Un ejemplo es lo que le hicieron a Hijo Solo aunque Singu lo salvo y prometió vengarse. El odio entre los hermanos dañaba a su vez a otras personas como Sigu. Él se vengó prendiendo fuego en parte de la Hacienda de Don Adalberto y luego huyo con su perro. Esto llevo a que la guerra entre los hermanos se incrementará, una guerra por poder y probar quien era mejor.
Julio Ramón Ribeyro (1929-1994) – Los huaqueros
Por medio de esta historia se refleja fragilidad del ser humano ante lo prohibido. Primero se observa el sentimiento de desconfianza y temor hacia el desconocido (Andres) debido a que lo que estaban haciendo era prohibido. Así mismo se observa como la autoridad en lugar de poner control y respetar el patrimonio nacional también se ve tentado a la posibilidad de encontrar un tesoro. Uno puede imaginarse fácilmente la ansiedad que sentían todos por ver lo que había dentro de la caja. Se muestra como las cosas se pueden arreglar fácilmente con la policía.
Alfredo Bryce Echenique (1939) – Anorexia y tijerita
Anorexia y Tijerita hacen referencia a la esposa de Joaquín, esposa que parecía ser el tormento de Joaquín en sus pensamientos.
La manera en la que se escribe el cuento es muy distinta a los otros cuentos. A lo largo del cuento se muestran los pensamientos desordenados de Joaquín.
Se muestran los remordimientos por las frustraciones o fracasos y el dolor por poder estar lejos del poder. Se da a entender que Joaquín cometió un acto que no debía, quizás corrupción: “Empezó a jabonarse la pierna derecha pensando que en tres años de ministro tal vez no había sacado una tajada tan grande como la que pudo.”
El cuento pareciera ser narrado por una tercera que parece ser la conciencia de Joaquín. Narra lo que fue, lo que es y lo que podría ser: cuando fue ministro, ahora que no lo es y lo que podría pasar.
Cuando hace mención del semáforo para contar la situación que vive Joaquín lo hace de una manera creativa y asombrosa para darnos a entender la aprobación de su familia ante lo que está pasando en la vida de Joaquín (“Luz verde. Gracias a Raquelita no pasaría absolutamente nada…”)
También se refleja la desesperación de Joaquín por probar quién es, que es mejor que la familia de Raquelita y que llego a donde está por sus propios meritos (Pulso y Cráneo).
Al final a su vez, se observa cómo está harto de Raquelita y de la manera como ve al pueblo, como si ella fuera superior e intocable. Hizo uso de su tijerita cuando no era necesario, por temor y por probar que ella se podía defender de la gente que consideraba inferior.
En general, me gustaron los cuentos y pienso que están a la altura de los anteriores.
“El Hijo solo” es una historia auténtica. El niño huérfano recogido, el “enemigo” del patrón y el catálogo de aves, son en la realidad, eventos frecuentes de la serranía peruana. Quién mejor que Arguedas para concretar un mundo así. Sin embargo, la trama del relato no me gustó mucho. A diferencia de cuentos anteriores este no me intrigó en lo absoluto; es más, ya esperaba que el niño matase a Don Adalberto… A lo mejor, esto se debe a que el cuento corresponde a una cultura contigua y percibir la secuencia es ciertamente posible para mí. Por otro lado, lo que más valoro del cuento es cómo se evocan imágenes tan intensas del paisaje andino. Un estilo, que por cierto, se parece al que usó Maupassant en el comienzo de “Una vendetta”.
En cuanto al relato de Bryce, pienso que fue el mejor. Los monólogos interiores y el flujo de conciencia como técnicas narrativas le dan mayor personalidad al cuento. Aquí uno aprende cuán importante son las amistades y que un corrupto suele ser así en todos los aspectos. Sin embargo, el tema más importante presente en el relato es el peso de los estereotipos. “Anorexia y tijeritas” es un paradigma de cómo se organiza nuestra sociedad; el cual parece, nunca superaremos.
En el cuento de Ribeyro se exponen terribles males de nuestra sociedad. Tenemos por un lado a la autoridad corrupta que desplaza sus compromisos ante la primera ocasión beneficiosa. Por el otro, a los ciudadanos que atentan contra el patrimonio cultural nacional, también por ganarse unos cuantos soles. En ambos casos el egoísmo gobierna a las personas y las hace actuar en función a su propio interés. El huaquear y el corromper son actos muy frecuentes en nuestro país, pero fíjese que el autor no los ha criticado explícitamente, sino que lo ha dejado a nosotros. Ello corresponde, claramente, a su propia norma (“El cuento debe sólo mostrar, no enseñar. De otro modo sería una moraleja.”).
“Miera!” de Gálvez Ronceros fue un texto muy simpático. Es sorprendente cómo en tan poco espació muestra muchos rasgos de una cultura. Por ejemplo: el analfabetismo, evidente en el momento en que el padre pide a su hija escribir una carta por él. Se muestra también, las características del habla regional y la actitud de la gente. Tan corta fue la historia, que fácilmente podría ser el contenido de un globo de historieta y provocar el mismo efecto.
Los tres cuentos muestran a la sociedad de una manera diferente, cada uno de ellos refleja una clase distinta dentro de ella. “El hijo solo” nos muestra a la clase indígena. Siendo el actor principal un indio cuyo trabajo consistía en hacer los labores de una casa de campo, una finca. La historia me pareció extraordinariamente increíble principalmente por la redacción tan detalla y precisa del contexto, de la naturaleza, lo cual te hace teletransportarte a cada uno de los paisajes. Nos muestra también el amor y la amistad que puede existir entre un ser humano y un animal, en este caso, el perro. Ya que el personaje principal llega a entablar lazos muy fuertes con el animal, llegando incluso a vengar su muerte. El final, me resultó muy interesante pues no llega a cumplir su objetivo (el hermano de su patrón no llega a morir) pero me reconfortó saber que el indio huye con su mascota a tal ves un lugar mejor.
En “los huaqueros”, el autor muestra de manera muy clara la “viveza” del peruano o la “criollada” al realizar trabajos como estos (saquear huacas de manera ilegal) para beneficio propio. Y por su puesto muestra la corrupción de nuestra sociedad, mediante los policías, quienes interesados por el motín deciden en lugar de arrestarlos, ayudarlos para que el trabajo se haga más rápido y para que estos no lleguen a ser vistos. Algo que por supuesto; se ve a diario, a cada rato y todos los días. Y lamentablemente, es esta nuestra realidad. Sin embargo, me gusto bastante que en el relato los personajes nunca pierdan esa alegría, ese humor y que al contrario de enojarse por no llevar nada le saquen provecho a cualquier cosa para disfrutar de su día.
En “Anorexia y Tijerita” se expone de manera muy cruda y real la burguesía limeña, lo cual es muy característico en las obras de Bryce Echenique, que por cierto, resulta ser mi escritor favorito. Bryce, expone mediante el cuento no solo el concepto que tiene la gente adinerada de los sectores más pobres, lo que se puede observar por la manera en que se expresaba la esposa del personaje principal; sino que también, nos muestra el interés del que se vive en las clases altas siendo el matrimonio más que un compromiso de amor, un negocio. Se ve el interes de la amante hacia el esposo, del esposo por su esposa y de ella misma por él. Lo interesante de este cuento es su final, ya que la esposa llega a cometer un crimen simplemente por los prejuicios que tenía ante las demás persona que no pertenecían a su “categoría” quedando ella como la delincuente al final del cuento.
“Miera” me resultó un cuento con mucho humor. Además de mostrarnos a la sociedad afroperuana nos muestra la ignorancia de esta. Me gusto bastante el cuento, principalmente cuando el padre le dice si es que le puede quitar un poco de “miera” a la carta, resulto muy cómico ya que también se puede ver la ingenuidad del padre.
Los cuentos Latinoamericanos han permitido al mundo conocer las costumbres, las creencias y la forma de actuar de los habitantes de esta parte del mundo. La literatura Latinoamericana en general es de un corte más popular y accesible para el lector, en los cuentos de esta semana pudimos obtener de los autores una contextualización del escenario casi perfecta, que permite que lectores no solo latinoamericanos como nosotros, sino también de otros lugares del mundo sentir una atracción hacia el lugar, las situaciones y los personajes que presentes en ellos. Cada uno de los cuentos nos muestra realidades distintas fundidas en un mismo país, en una misma región; nos muestra la pluriculturalidad del territorio al cual pertenecemos y en cierta manera eleva el hecho de contar con ello en vez de buscar una uniformidad con la que la riqueza de la región se perdería.
Todos los autores, cuyas obras hemos leído en esta semana, utilizan el modismo como tema común en sus cuentos, muestran como en cierto contexto tanto social como cultural el uso de palabras y expresiones propias de cada región son la única herramienta para poder entender todo el contexto. Sin ellas sería como relatar una historia sin un personaje principal, sería como sacar a la mujer anoréxica y de alcurnia que se refiere a las personas que se encuentran en la calle como de poca clase o malhechores, como sacar la dulzura de las palabras con las que su dueño habla con Hijo Solo o no expresar la cólera que sentía el personaje principal del cuento de Gálvez Ronceros al dictar el contenido de la carta.
El cuento de Gálvez Ronceros, nos muestra a la cultura afroperuana, cultura muy golpeada por los abusos cometidos en tiempos antiguos, pero que sin embargo tiene una riqueza muy grande a través de las diferentes expresiones que su pueblo ha desarrollado. El habla común del personaje principal y su no conocimiento de la escritura, hacen que al expresar su enojo en la carta repita la palabra «miera» una y otra vez en su dictado, en vez de pensar en otra manera de expresar su enojo que hagan entender un poco mejor el mensaje. Sin embargo, la palabra miera por si sola expresa todo el contexto de la carta e incluso quitándola perdería todo sentido, la palabra en general es toda la carta, es la frustración, el enojo, la falta de entendimiento, la mejor expresión de la herida abierta que ha sido tocada de manera maliciosa. Miera es el sentido de la carta y a su vez lo que puede alejarla de ser entendida.
Con respecto a Arguedas, importante exponente del indigenismo, nos muestra elementos propios del mismo, la relación entre patrón-empleado, indio-naturaleza (animal o vegetal). Me gustó mucho como a través de la relación con Hijo Solo, el empleado que para todos no era más que alguien que andaba por ahí, haya encontrado la comprensión, apoyo y cariño que tal vez un humano por andar sumido en sus problemas o por las diferencias de clases sociales evitaría dar.
El cuento de Ribeyro fue mi favorito,ya que conozco la huaca que se menciona y las historias que giran alrededor de ella, contadas por sus vecinos, con lo cual el escenario se me hizo muy real.
La relacion entre los policias y los huaqueros, ambos tras el mismo tesoro, la posibilidad de hallar este tesoro y compartirlo sin importar el infringir la ley e incluso como la autoridad se pierde por el querer ganar el mismo, me parece un tema común incluso en estas épocas en las cuales nos consideramos mucho más civilizados que nuestros antepasados, por más recientes que ellos sean.
El cuento de Alfredo Bryce Echenique relata en cambio la situación de un personaje que se encuentra en un sector más acomodado de la sociedad, mejor preparado, pero que como los huaqueros del cuento de Ribeyro va tras una presa y no le importa si tiene que ser corrupto, matar o abandonar a su familia con tal de tener dinero, poder y mujeres. Nos muestra un personaje ambicioso, que vive de las apariencias, incapaz de pensar en alguien más que en el mismo. Muestra además la lucha interna del personaje, al no decidir cuál serán sus acciones, cuáles son sus verdaderos sentimientos. Es como la enfermedad de la anorexia tocada a través del personajes de la esposa, que sabes que te hace mal, que puede matarte, embarrarte y sumirte en desgracias, pero no puedes salir de ella, no al menos que tengas apoyo. El personaje no cuenta con este apoyo ya que su entorno vive en una burbuja que el mismo ha creado y alimentado, que nos les permite ver más allá de sus narices. Me parece que el autor nos trata de mostrar cómo es que uno puede sumirse en sus problemas y agrandarlos solo por el hecho de no tragarse el orgullo y pedir ayuda, algo que según mi parecer es muy común en la comunidad peruana.
El cuento de Jose María Arguedas en “El hijo solo” se da a describir la realidad del campo en nuestro país, o lo que nosotros llamamos “la sierra” que, sin embargo, es una situación que también puede suceder en la selva. El relato no solo tiene un buen dialogo donde se percibe claramente cómo se habla en el campo: “Jajay”… “Canta tuyay”, …, sino también describe la situación del “hijo solo”, uno niño que realmente no tiene padres y se encariña con un perro con el cual se identifica y se protegen mutuamente, lo cual es muy interesante y muy real, ya que uno suele identificarse y querer mucho a su mascota. Lo interesante del cuento está en el momento donde el niño decide vengarse y termina ocasionando algo más grande que un incendio en la casa y que a pesar de hacer esto, el personaje no termina personificándose como alguien “malo” sino como alguien inocente.
Por otra parte, el cuento de “Miera” que también es un cuento que describe un sentimiento de querer “vengarse” tiene diálogos aún más con dialectos propios de la sierra y lo interesante es que desde el principio los personajes creen que esa es la forma apropiada de hablar, así como los chilenos o argentinos o colombianos creen que su forma de hablar es la apropiada como para escribir tal cual como se habla.
En el cuento “Los huaqueros” ya se va describiendo más el lado “criollo” que los peruanos tenemos ya que representa el relato de un grupo de huaqueros que intenta encontrar algún huaco para venderlo y cómo un policía los encuentra y termina corrompiéndolos y haciendo un trato de dividir las ganancias si encontraban algún huaco para venderlo aún así esto estaba prohibido. Lo interesante es también los diálogos que tienden ser ya más de ciudad: “¿Adonde te has ido, compadre?”, “Así que huaqueando, ¿no?”… y como también comparten un pisco, trago típico peruano, aunque tal vez algo más creíble hubiese sido si hubiesen tomado cerveza de un solo vaso para todo el grupo.
Por último, el cuento “Anorexia y Tijerita” describe, como es buena costumbre de Bryce, la sociedad alta limeña: sus costumbres y prejuicios. En este cuento es interesante cómo el personaje principal comienza a menospreciar a la clases más bajas, inclusive hasta haciéndoles responsables de todo lo mal del país. Y lo que se podría comparar con los otros cuentos es que, cada personaje deja de ver desde su punto de vista cómo tienen la razón y que su estilo de vida o forma de ver las cosas debe ser la mejor. Entonces he aquí, creo yo, la razón de por qué aún no somos un país totalmente consolidado, porque cada uno piensa que su estilo de vida es el que debería premiar sobre otro, cuando en verdad uno debería tratar de comprender y dejar el “racismo” que aún sigue existiendo en nuestro país