Mis primeros robots aparecieron en 1939 y he tenido que vivir más de cuarenta años para descubrir que fui profeta.
Isaac Asimov
La ciencia ficción (ficción científica o SciFi) representa un subgénero literario tan amplio o más que «fantasy» o «terror». Si bien se trata de un tipo de literatura característico del siglo XX y que crece en nuestros días, sus orígenes pueden remontarse lejos en el pasado. La monstruosa creación del Dr. Frankenstein en la obra de Mary Shelley, a principios del siglo XIX es ya ciencia ficción, aunque las referencias literarias sobre viajes a la luna o al futuro aparecen aun antes.
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Julio Verne (Francia, 1828-1905)
Además de a Shelley, suele reconocerse a H. G. Wells (La guerra de los mundos) y a Julio Verne (con sus viajes a la luna, islas flotantes y la exploración submarina a bordo del fabuloso Nautilus), como los grandes fundadores del género de ciencia ficción: el uso de los conocimientos producidos por la ciencia para la creación de obras literarias que pueden ser futuristas, terroríficas o fantásticas, en las que la lógica científica apuntala la verosimilitud de las historias. Verne, estudioso de la ciencia, fue capaz de prever las posibilidades técnicas del futuro y, en sus historias, se anticipó al viaje espacial y al viaje submarino. ¿Quién iba a decirle a Verne que en 1969 el hombre llegaría realmente a la Luna?. Su obra está compuesta de grandes novelas, pero en el relato «Un expreso del futuro» se puede asomar la genial imaginación del autor.
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Clásicos de la ciencia ficción
Fue en la década de 1920 cuando el término se acuñó definitivamente y comenzó su crecimiento exponencial hasta nuestros días. Pronto, la ciencia ficción se convirtió también en género favorito de dos de los medios de comunicación más importantes del siglo XX: el cine y el cómic (y de su subsidiaria, la TV). En todas sus formas, este género busca poner la ciencia al servicio de la imaginación, y en muchos casos, las obras de ficción científica llegan a convertirse en verdaderas profecías de lo que con el tiempo se consigue a través del desarrollo técnico y científico. 50 años atrás, en 1964, Isaac Asimov imaginaba el siglo XXI con una precisión sorprendente, como puede verse en este artículo (en inglés).
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Isaac Asimov (1920-1992)
Uno de los más prolíficos y reconocidos autores de ciencia ficción fue el estadounidense Isaac Asimov. Nació en la Rusia soviética, pero cuando tenía apenas tres años de edad su familia se trasladó a Nueva York. Aunque estudió bioquímica y química, llegando incluso al doctorado, no se desarrolló plenamente en el campo de la investigación científica. Optó por la escritura, y escribió sin parar: más de 500 libros publicados, sin contar artículos, cartas y otros textos, abarcando fundamentalmente la ficción científica, pero destacando también en la divulgación de la ciencia y la historia.
La saga Fundación, formada por tres novelas centrales y aumentada por numerosos libros, es una de sus obras más importantes. En su parte central, la trama se ubica muy lejos en el tiempo y ha sido calificada como una «historia del futuro» por la solidez de sus planteamientos psicosociales, además de la construcción de un universo tecnológico complejo (no es casual que la saga cinematográfica Star Wars recuerde un poco a Fundación). Los robots juegan, en su obra un papel fundamental. Fue él mismo quien acuñó la palabra «robótica» con la que hoy se describe un amplio conjunto de conocimientos relacionados con el desarrollo de la inteligencia artificial. Dentro de la ficción, Asimov creó las «tres leyes de la robótica», que es tenida en cuenta (o debería serlo) por quienes trabajan en esta área de desarrollo científico. El mismo Asimov se mostraba orgulloso de haber predicho en sus obras de ficción escritas a mediados del siglo XX muchos de los avances científicos que vería concretarse a finales del mismo siglo.
De Asimov leamos el relato «Sueños de robot», en el que se plantean claramente estas tres leyes y cuya trama forma parte de numerosas películas, entre ellas Yo robot (basada en los relatos del libro de Asimov del mismo título) y El hombre bicentenario.
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Stanislaw Lem (1921-2006)
Si bien la ciencia ficción ha sido dominada por escritores de habla inglesa (Asimov, Bradbury, Huxley, Clark, Dick, etc.), el polaco Lem es un representante muy especial del género, principalmente por su uso de la sátira y la reflexión filosófica sobre los temas del futurismo, los viajes espaciales y los viajes en el tiempo, entre otros. Muchas de sus obras han sido también llevadas al cine (como Solaris). Estudió medicina, aunque no pudo terminar, en parte por la segunda guerra mundial (en la que se salvó, casi por suerte, de morir a manos de los nazis), en parte por ser un disidente (aunque socialista) bajo el régimen soviético. Así, optó también por la literatura, y no le fue fácil: uno de sus temas preferidos, la cibernética, le fue duramente censurado por el poder soviético al considerarlo afín a los valores de la «burguesía capitalista».
Lem se divirtió mucho realizando ficción a través de la problematización de paradojas del conocimiento científico. Como ejemplo están los viajes de su genial personaje Ijon Tichy, un viajero espacial, protagonista de una serie de locos relatos, los Diarios de las estrellas. Leamos el primer relato, «Viaje séptimo», donde el viajero se enreda en una especie de bucle temporal producido por una nube gravitacional y tiene experiencias bastante alocadas, permitiéndonos asistir al humor con que este extraordinario autor aborda el género.
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Ray Bradbury (1920-2012)
Este escritor estadounidense, autodidacta, recientemente fallecido, ha abordado mucho más que la ciencia ficción a lo largo de su obra. Sin embargo, una de sus novelas causó tanto impacto que llevó a que se le considerara como uno de los más importantes autores del género: Farenheit 451. En esta novela, Bradbury describe un futuro dominado por un poder totalitario en el que han sido prohibidos los libros, y narra el proceso de conversión de un «bombero», cuyo trabajo consiste en descubrir libros clandestinos para incinerarlos (el papel arde a 451°F; de ahí el título del libro), que es conquistado por la literatura.
En cuanto a sus relatos, son muy famosas las Crónicas marcianas. Para conocer un poco su obra, leamos también uno de esos cuentos, «Encuentro nocturno».
Las lecturas:
- Julio Verne, «Un expreso del futuro». En el blog – Descarga (pdf)
- Isaac Asimov, «Sueños de robot». En el blog – en PDF.
- Stanislaw Lem, «Viaje séptimo». En el blog – PDF
- Ray Bradbury, «Encuentro nocturno». En el blog – PDF
Lectura opcional:
- Stanislaw Lem, «Viaje vigésimo tercero». En el blog: aquí. En PDF: Stanislaw Lem, «Viaje vigésimo tercero» (de los «Viajes de Ijon Tichy»)
El cuento que más me gustó esta semana fue el de Isaac Asimov, «Sueños de robot». Me gustó por que va más allá de solo relatar historias futurísticas sino que juega con el pensamiento de los seres humanos. Las personas están interesadas en crear nuevas inteligencias pero, ¿qué pasa cuando estas inteligencias superan a las humanas? Por otro lado, de los cuentos de Lem Y Bradbury me pareció interesante el tema del tiempo.
En «Un expreso del futuro» , me fascinó la visión que tenía Verne sobre una carretera que conectara 2 continentes, un concepto que , con el avance tecnológico, podría hacerse realidad en pocas décadas.
En «En sueños de robot», una de las cosas que más me interesaron es el miedo que tiene el ser humano de ser esclavizado y ser destruido.
En «Viaje séptimo», me interesó cómo el autor puede mezclar muchos tiempos y aún así el lector puede terminar la historia sin mirar hacia atrás.
En «Encuentro nocturno», lo más rescatable es los diferentes puntos de vista que tienen 2 seres totalmente diferentes sobre una misma cosa.
Los cuatro cuentos relatan distintos aspectos del futuro, permitiéndonos ver distintas tramas de un mismo género creadas de manera genial por los autores. En el caso de Verne, es increible como pudo adelantarse tanto a su época de manera tan precisa, en este caso con un medio de transporte no muy lejano de la realidad.
Además,las leyes de la robótica inventadas por Asimov todavía se ven en obras de nuestros días. Por último, tanto Lem y Bradbury, como mencionó Claudia, presentan el tema del tiempo. El primero, de manera única y hasta cómica, y el último complementandolo con otro hecho futurista: el viaje a Marte.
Siempre me llamó mucho la atención como Verne se adelantaba a su tiempo e imaginaba cosas que nadie pensaba que podrían llegar a realizarse. Esto se observa claramente en su cuento, en el que se presenta una realidad no tan lejana a la nuestra con todos los avances tecnológicos que hay. En «Sueños de Robot», me interesó mucho como el hombre trata de desarrollar las cosas al máximo posible pero sin que lo superen y el temor de lo que podría pasar si ocurriera. En el cuento de Lem, la historia que quería relatar le daba una gran importancia al tiempo y como este afectaba las acciones del personaje. Al igual que en el cuento anterior, en «Encuentro Nocturno», el autor le da un papel muy importante al tiempo y su percepción desde el punto de vista de dos personas diferentes.
El cuento que más me gusto fue el de Julio Verne, ya que la idea de conectar dos continentes mediante dos tubos submarinos, es una idea que me encantaría que exista. El solo hecho de pensarlo, hace que comience a pensar en todo el proceso de construcción que tendría que hacerse.
El cuento que menos me gusto fue el de Ray Bradbury, por extenso contenido, que al final solo se basó en una conversación entre Tomás y el marciano, en el cual cada uno compartía su punto de vista.
Por último, el cuento de Stanislaw, y de Isaac me parecieron interesantes por el hecho de que hayan tenido esa capacidad de describir ambientes y situaciones de «ciencia ficción», que para la época en que escribieron los cuentos, temas como esos no tenían tanto interés de estudio como en la actualidad.
Me parece que los cuentos tienen mucha imaginación, fantasía pero que al mismo tiempo deja pensando mucho al lector en lo que podría o no ser real en el presente o futuro. Asimismo, su verosimilitud se fundamenta en los estudios de ciencias físicas, naturales y sociales. El género como se ha leído puede estar en diferentes tiempos, como hemos visto en las lecturas, e incluso pueden ser ajenos a la realidad normalmente conocida y encontrarse en escenario de espacios físicos (reales o imaginarios, terrestres o extraterrestres) o el espacio interno de la mente.
En el caso de «Un expreso del futuro», en realidad combina mucha fantasía e imaginación pero te deja un sabor o una sensación de saber que lo que se cuenta es algo que podría darse en un futuro en el mundo. Te mantiene entretenido a pesar que la ciencia ficción no es mi género favorito me gustó bastante.
En el caso de «Un viaje a las estrellas», denota un humor bastante sarcástico y raro, es bastante extenso y mantiene la lectura bastante ocupada. Personalmente, me gustó porque la mezcla de tiempos mantiene pegada.
En «Encuentro nocturno», mezcla el diálogo con la narración en menor parte, sin embargo no como cuentos anteriores leídos en el curso, hacen que el diálogo sea aburrido o confuso. En este caso me mantuvo pendiente el sacar cuál de los dos puntos de vista tenían razón.
Creo que los cuentos que hemos leído para esta semana tienen temas si bien idealistas, futuristas o vistos como una utopía creo que podrían convertirse realidad en algún momento de la vida. Por ejemplo, en el primer cuento de Verne me parece sorprendente la conexión que se plantea entre esos dos continentes, si esto fuera realidad sería toda una revolución. Asimismo, en el cuento de Asimov, no me parece tan lejana la idea de tener a robots a nuestro al rededor con la principal labor de servirle al hombre, hoy en día muchas empresas ya usan los robots para que faciliten el trabajo en fábricas, sin embargo, la capacidad de soñar y pensar que añade el autor es un plus más que puede traer consecuencias positivas y a la vez negativas por el hecho de que ya no solo servirían para trabajar, podrían reclamar derechos.
Respecto a los cuentos leídos esta semana, me gustaron todos en general. Si bien tenían un toque fantástico porque hablaban de cosas que en su tiempo aún no existían , de cierta manera, eran más creíbles por el extremo cuidado que tenían en describir cada detalle de todo y utilizaban base ciéntifica para darle mayor realismo al cuento. Personalmente, me gustó más «en sueños de Robot», pues creo que cuestiona implícitamente muchas dudas acerca de l concepto de vida artificial y el rumbo que la humanidad está tomando.
Me gustó bastante el cuento de Verne, ya que la idea me pareció sumamente interesante y útil para el futuro, y el final me pareción chistoso, como incorporó su memoria a un sueño y algo de su entorno afectó parte del sueño (la lluvia). «El encuentro» nocturno me pareció interesante, no se sabe realmente qué sucedió, cada uno tenía un destino que el otro no podía ver. En todos los cuentos el tiempo toma un papel importante, se le da un sentido futurista. Si bien unos cuentos son más reales o pueden ser más reales que otros, todos tienen características de ciencia-ficción y se orientan hacia algo que en la actualidad probablemente no exista.
Los cuentos de esta semana fueron muy interesante sobre todo el de Verne y el de Asimov que fue el que más me gustó. Todos los cuentos son fantasiosos, sin embargo, dentro de ellos hay esa parte científica que nos deja pensando ya que en cierta forma todo eso puede llegar a ser posible asi como lo de los robots que ya es algo real o lo de la carretera que conecta dos continentes que estoy segura en algún momento será algo real. Por otro lado la historia de Lem fue graciosa al mismo tiempo que interesante, la idea de que las personas puedan multiplicarse me llamó mucho la atención. En el cuento de Bradbury me pareció interesante el tema del tiempo y como dos personas distintas, un terrícola y un marciano, opinan sobre él.
En general los cuatro cuentos tienen enfoques acerca del fututo, creo que nos permite ver diferentes tramas muy interesantes con el toque de cada autor le dio. En adición, toca el tema del tiempo dándole el punto futurista, básicamente se caracterizan por la ciencia-ficción, en cosas muy difíciles de lograrse o que no existe. En el cuento de Isaac, resalto que da cabida para poder jugar con el pensamiento sobre historias del futuro. En “Un expreso del futuro”, me interesó la ficción en cuanto a la conexión de dos continentes a través de la cartera lo cual llama la atención que el lector puede imaginar el gran avance tecnológico para que funcione ese tipo de transporte.
El genero tocado esta semana me gusto mucho, los 3 cuentos lograron captar mi atención. En general todos los autores tiene mucho cuidado a la hora de narrar y describir tanto a los personajes, como el entorno donde interactuan, por lo cual no existen cosas ni hechos ilógicos, dado que la ciencia toma un papel fundamental. El cuento de Lem fue el que más me gusto debido a que pone mucho énfasis en la lógica propia de la ciencia y desarrolla la trama con humor.
El cuento de Asimov también me aprecio interesante, sobre todo porque se enfoca en los hechos polémicos que puede ocasionar el desarrollo tecnológico.
En los cuatro cuentos podemos apreciar distintas realidades del futuro a partir de los detalles que incluyen los autores. Aunque cuentos de fantasía, tienen o podrían tener mucho de verdad en el futuro.
El cuento de Verne me cautivó por cuanto me hacia recordar mucho las «Veinte mil leguas de viaje submarino» y, además, por cómo como se plantea nuevamente una fantasía que tiene ver con los viajes y te deja una sensación de que fuera realizable de verdad.
El detallismo en las historias nos da la posibilidad de que nuestra imaginación corra y nos de una imagen de lo que se describe. Los hechos fantásticos o absurdos que se dan nos llevan a fascinarnos ya que casi en todos los cuentos nos encontramos en una situación futurista. «Sueños de robot» fue la que más me intereso debido a la idea de que, aun siendo robots, se señala que ellos sienta la necesidad de ser libres en alguna parte de su subconsciente.
Por otro lado, en el cuento de Lem y de Bradbury se observa el lado del tiempo, sin embargo se plantean de dos maneras diferentes. En el primero se ve una confusa aplicación de las teorías de relatividad. Mientras que en el segundo se ve un cruce entre el pasado y el futuro.