“Los huaqueros” de Julio Ramón Ribeyro es un cuento que me gusto mucho y elegí escribir sobre él porque, si bien me parece un cuento bastante ligero, fácil de digerir y entender, también presenta mediante situaciones divertidas y caracterizaciones cómicas una realidad innata del Perú.
“Los huaqueros” hace presente la realidad peruana de muchas maneras, ángulos y personajes. Así es la manera en que distintos actores en la sociedad peruana interactúan y forman, a partir de estas relaciones, un país, si bien un tanto informal y hasta ilegal, cómico y amigable.
Primero, encontramos a los huaqueros, estos trabajadores informales e ilegales que se dedican al saqueo de tumbas, huacas y sitios históricos con un gran valor para luego vender las piezas robadas en el mercado negro. Si bien se caracteriza a estos personajes, un tanto cómicos, torpes y muy simples de pensamiento, hasta el punto en que te llegan a caer bien; son una realidad en el Perú. Siendo el Perú uno de los países con mayor riqueza histórica por ser el centro de la cultura incaica, posee muchos sitios arqueológicos y por ende existen numerosos huaqueros. Esto nos da una idea bastante clara de los niveles de informalidad e ilegalidad en el Perú así como las limitadas oportunidades para personas de bajos recursos de ganarse la vida, por lo que caen en este tipo de actividades. En este punto también debería recalcarse la incapacidad del Estado peruano de brindar educación a sus ciudadanos para así darles herramientas e incluirlos en la población económicamente activa formal.
Segundo, tenemos la solidaridad y el compañerismo como esencia en la relación entre los huaqueros de esta narración. En la cultura peruana, y latinoamericana en general, destacan las muestras físicas y verbales de cariño entre personas. En el Perú, específicamente, se destaca en el lenguaje coloquial, el hacer alusión a los amigos como si fueran tus hermanos, tus compadres y tratarlos con palabras que parecen muy groseras, pero con una finalidad de demostrar cariño. Es de esta manera como vemos que se tratan los huaqueros; incluso huaqueros de distintos bandos que de alguna manera compiten entre sí para poder extraer más objetos preciosos. Cabe mencionar, que mientras más bajo es el estrato socioeconómico, más se hace gala de este tipo de comportamiento.
Tercero, tenemos al policía que de alguna manera se deja llevar por la proposición ilegal de los huaqueros, al ser atrapados en su “acción extractiva”, mostrando una falta de ética e institucionalidad personal y profesional. El tema de la pobre institucionalidad de la policía y el mediano a pobre respeto por esta institución policial se puede llevar a todos los niveles socioeconómicos y a todos los puntos geográficos del Perú. Esto está fuertemente relacionado con los bajos ingresos de los policías, lo que los motiva a prestarse a favorecer acciones ilegales por alguna propina o ingreso adicional.
En pocas palabras, “Los huaqueros” nos muestra varias caras negativas y realidades del Perú de manera cómica y divertida. Mediante un refrescante y ligero contenido nos muestra con buen humor cómo son las relaciones entre el mundo ilegal y legal en nuestro país. Cómo, de alguna manera, la insuficiencia económica, los bajos ingresos, el trato amical y el compañerismo tan compenetrado con la cultura latinoamericana y peruana, hacen cómplices a la policía y a los delincuentes sin llegar a parecer que lo que están haciendo esté realmente mal, o que sea visto al menos como algo necesario.