“Día domingo” de Mario Vargas Llosa, por Angela Alania

Todas las obras de Mario Vargas Llosa son muy explícitas y, al leerlas, se siente cierta familiaridad con cada personaje.

En el cuento “Día domingo”, se expresa que la amistad prevalece antes que una apuesta tonta. El cuento refleja cómo Rubén y Miguel son amigos en un inicio, incluso forman parte de la misma pandilla y luego por el amor de una chica, empieza a salir su lado competitivo.

Sentí como si Mario Vargas Llosa se caracterizara más en el personaje de Miguel que en el de Rubén, ya que se presenta como el héroe de la historia.

El cuento, por corto que sea, permite al lector reconocer ambientes que tienen familiaridad con nosotros. Uno se puede ubicar en el tiempo y en el espacio de la historia con perfección.

El lenguaje empleado entre los personajes es coloquial, lo que demuestra el vocabulario aprendido durante su estadía en el colegio Leoncio Prado, donde este tipo de rencillas suelen ser habituales.

Este tipo de lenguaje permite una lectura veloz, entretenida y a la vez más realista del ambiente.

En el cuento se refleja un poco el machismo que existe en nuestra sociedad y que subsiste hasta ahora: dos amigos, Rubén y Miguel, deciden apostar por cortejar a una chica, Flora, y sale victorioso Miguel.

El conflicto entre ellos fue muy fuerte y arriesgado. No midieron el peligro que corrían sus vidas por una tonta apuesta. Llegaron al extremo de preocupar a sus demás amigos por la terquedad que los invadía.

Vargas Llosa caracteriza a la alta sociedad limeña de aquellas épocas, ya que habla del Club Las Terrazas, los personajes viven en Miraflores; Miguel que tiene bastante dinero como para invitar a sus amigos a almorzar a pesar de ser un estudiante de colegio. Esto refleja otra faceta del escritor.

Pienso que el autor ha descrito en ambos personajes un poco de su personalidad.

Personalmente, encontré la lectura muy agradable, aunque me pareció muy intrépida la aventura de los muchachos. Me hubiera gustado que Flora tenga mayor participación en la toma de su decisión, ya que la muestran sumisa y como un objeto o premio, como una recompensa.

En la actualidad, son las mujeres las que tienen un carácter más definido y mayor personalidad para la toma de sus decisiones.

En conclusión, la lección aprendida es que incluso en los momentos más difíciles, el mejor lado de uno sale a flote y aprende a perdonar. Se valora la amistad y el cuidado por el prójimo.