«Sueños de robot» es un cuento escrito por Isaac Asimov, incluido en una colección de cuentos con el mismo título. Es interesante no solo porque narra un escenario futurista con robots creados por los humanos, sino porque deja ver la angustia y el temor que los humanos pueden llegar a sentir hacia su propia creación, los robots en este caso. El hecho de que Elvex —el robot del cuento— tenga características humanas, creó temor en los personajes del cuento: la creación humana podría pensar por su cuenta y dejar de depender de su creador.
El cuento comienza con un diálogo de Elvex diciéndole “Anoche soñé” a la doctora Susan Calvin, la cual se encontraba con la joven “robopsicóloga” Linda Rush. Elvex es un robot especial ya que logró soñar. Esto debido a los avances tecnológicos de Linda Rush, quien ha desarrollado un cerebro positrónico avanzado que le daría a los robots características humanas. La doctora Calvin se encuentra con Linda Rush para examinar al robot, el cual aparentemente tiene un problema: ¿cómo pudo soñar si no está programado para realizar esa tarea? La doctora Calvin le pide a Elvex que le describa su sueño, quien comentó que soñaba en un mundo donde no existía ni la primera ni segunda ley de la robótica; solo una que mandaba “un robot debe proteger su propia existencia”. Finalmente, le comenta a la doctora que había un hombre que gritaba “¡deja libre a mi gente (a los robots)!”, y que ese hombre resultaba ser él; Elvex era un hombre. Ante el temor de que Elvex pudiera pensar por su cuenta y encabezar una rebelión de robots, la doctora Calvin le dispara con su arma de electrones a Elvex, terminando con su existencia.
Lo interesante del cuento, aparte de plantear un escenario futurista donde existen robots que obedecen a los humanos, es el temor de que la creación humana se rebele. Debido al avance tecnológico, los humanos lograron crear un robot con características humanas. La capacidad de soñar implica tener un inconsciente, el cual de acuerdo a la teoría del psicoanálisis es lo que nos gobierna. Es decir, somos el resultado de las experiencias, recuerdos y traumas almacenados en el inconsciente, al cual no tenemos acceso en estado consciente. Cuando soñamos, nuestro inconsciente se manifiesta, y por eso resulta alarmante que Elvex sueñe, ya que estaría reconociendo que (i) los robots viven como esclavos (si los robots no tienen sentimientos y son programados para ser esclavos de los humanos, ¿cómo un robot puede reconocer que está siendo tratado de manera injusta?), (ii) que los robots quieren liberarse de los humanos y (iii) que es un hombre (o se considera un hombre). Por lo tanto, los robots tendrían el deseo de rebelarse contra los humanos, e inclusive se considerarían iguales a estos.
La idea de que los robots quieran, o deseen rebelarse es angustiante y da miedo. En el cuento, cuando la doctora Calvin escucha a Elvex decir que él era el hombre en su sueño que quería liberar a los robots de los humanos, toma su arma y termina con la existencia del robot. Esto deja en evidencia el temor que sentía la doctora: su creación estaría fuera de control. Los humanos han logrado alcanzar un nivel tecnológico tan alto que crearon un artefacto que puede pensar por su cuenta. Sin embargo, la idea es aterradora, tanto así que la doctora Calvin aniquila a Elvex y le ordena a Susan Rush que revise bien la programación de los robots para que no vuelva a pasar lo mismo. Al mismo tiempo el humano está orgulloso de su creación, pero atemorizado.
Citando un fragmento del cuento, Elvex le dice a la doctora Calvin: “Sueño desde que soy consciente de mi existencia…”. Esto implica que tiene una consciencia, que reconoce que es un ser “vivo” y que por lo tanto eventualmente se va a preguntar cuál es su razón de ser (en este caso, Elvex siente que debe liberar a los robots de los humanos).
Me pareció un cuento muy bueno, no solamente por la capacidad del autor de crear un mundo futurista con robots sirviendo a los humanos, sino por jugar con los temores de los humanos. Se pone en duda hasta dónde puede llegar el desarrollo tecnológico, ya que podría existir un punto en el cual se creen artefactos parecidos a los humanos, y estos podrían rebelarse. Las máquinas fueron creadas para ayudar al hombre, no para crear problemas, ni mucho menos para iniciar una guerra.