El cuento «Sueños de robot» de Isaac Asimov relata una historia breve sobre el progreso de la inteligencia artificial y cómo esta pudo ser desarrollada por una joven para que un robot logre tener sueños.
El cuento me hizo recordar a la película Inteligencia Artificial dirigida por Steven Spielberg y producida en el año 2001, basada en el relato de ciencia ficción: “Los superjuguetes duran todo el verano” de Brian Aldis y donde incorpora elemento del famoso cuento “Las aventuras de Pinocho” (Wikipedia).
Esta película narra la historia de David quien es un prototipo de robot quien ya puede desarrollar sentimientos y por ende es adoptado por una familia quien lo tiene mientras su hijo humano estaba en coma. Cuando el hijo de la familia se despierta, la mamá decide dejar a David en la calle y regresarlo a la compañía como se había solicitado. David comienza a desarrollar una especie de sueño idealista donde podría él regresar a su casa siendo humano, comenzando así una aventura en búsqueda de su hada madrina.
Si bien en la película los humanos ya aceptan que los robots de inteligencia artificial desarrollen estos sentimientos, se percibe que igualmente estos son controlados por los humanos, ya que aunque no se refleja que el humano debe controlar siempre al desarrollo de esta tecnología por “miedo” a que al final puedan ser dominados por máquinas como sucedió en The Matrix, donde las máquinas desarrollaron el sentimiento de “libertad y revolución” frente a la humanidad.
Lo que resalta la película es la visión de David al perseguir su sueño relatando así mediante varias escenas la ternura e inocencia del personaje, la cual es similar a la de Elvex al relatar el sueño y describirlo inocentemente a Linda y Calvin sin saber las consecuencias que esto podría conllevar.
Linda, en este caso, explica también cómo logró desarrollar, sin consultar a otras personas, que Elvex sueñe con el objetivo de mejorar a los robots así como la mamá que había adoptado a David decidió dejarlo en la calle pensando que sería la mejor opción para este. Por lo tanto, se desarrolla en ambas historias a un personaje maternal que han tomado decisiones que podrían traer malas consecuencias.
Si seguimos con el personaje a analizar, Elvex, es interesante cómo el autor caracteriza la inocencia del personaje con los diálogos:
“Cuando de pronto aparece una luz, aunque yo no veo lo que causa su aparición. Veo cosas que no tienen relación con lo que concibo como realidad. Oigo cosas. Reacciono de forma extraña”.
Por otra parte, dentro de los diálogos se va desarrollando que el sueño provoca en Elvex sentimientos como la piedad:
“Vi que todos los robots estaban abrumados por el trabajo y la aflicción, que todos estaban vencidos por la responsabilidad y la preocupación, y deseé que descansaran.”
Por lo tanto, Calvin con las preguntas irá llegando a la conclusión de que el robot, si sigue soñando podría buscar cierta libertad y no podría ser controlado por los humanos. Elvex, por su parte, no se da cuenta de que respondiendo los detalles sobre sus sueños donde explica que no existían todas las leyes que tenían los robots, ocasiona dudas en la científica Calvin.
Los diálogos de Elvex son muy similares a los de un niño, ya que es la primera vez que experimenta con sueños y sentimientos que no sabe cómo describir con palabras y por ende, cuando encuentra cómo explicarlo decide decirlo.
La última frase de Elvex es por la cual decidí compararla con la película Inteligencia Artificial: “Sí doctora Calvin. Conocía al hombre… Yo era el hombre”, que era lo que el robot David en la película añoraba ser para poder amado por la madre que lo había adoptado. Sin embargo, en el cuento, el “querer ser humano” significaba más, significaba una posible rebeldía que ya difiere de la inocencia con la que Elvex comenzó a relatar sus sueños. Por lo tanto, este cuento termina con la “muerte” del robot.
La historia me pareció muy buena y se puede comparar con varias películas sobre robots como Matrix; la de Robin Williams, I Robot y la comparada en este artículo. Y me parece impresionante cómo el autor logra capturar desde el inicio la atención del lector ya que comienza con Elvex diciendo que ha tenido un sueño.