El cuento leído en la semana 6 del taller, “El Hijo Solo” de José María Arguedas, no sólo nos presentó un relato andino en el cual el autor supo retratar perfectamente la realidad vivida en el Ande peruano, a través de la creación de un personaje (Singuncha) singularmente rico en características andinas (su visión dual de la realidad, su quechua tan rico en sentimientos, historia y tristeza) y una trama propia de los temas indigenistas de su obra, sino también una gran curiosidad por entender al autor, recabar en su historia y entender su proceso de creación, su ideal indigenista y su visión de este Perú que llamó “de todas las sangres”.
“El Hijo Solo” es un cuento que nos presenta un tema central del indigenismo, la diferencia entre la vida y visión de vida de una persona del Ande peruano, que valora la naturaleza, su soledad y su relación con un ser entregado por la naturaleza (su perro), en comparación a la destrucción de esta naturaleza por la predilección de lo económico y la nula valoración de las relaciones interpersonales, por parte de los representantes de la sociedad occidental (los hacendados). En un simple análisis de su temática, el cuento parece ser el típico cuento indigenista, donde se busca mostrar solamente la discriminación que sufre la cultura indígena y su cosmovisión.
Sin embargo, “El Hijo Solo” es un cuento en donde se logra, una vez conocida la biografía del autor, ver al mismo Arguedas reflejado en el personaje de Singuncha. La detallada descripción de los sentimientos de este personaje y su relación con su perro permitió establecer puentes entre la niñez del autor (quién, huérfano de madre y preso en una mala relación con su madrastra y un padre viajero, crece refugiado en sus sirvientes indios) y la historia del cuento, pues es posible entender al perro que tanto valora Singuncha, como un claro ejemplo del valor de las relaciones familiares que Arguedas construyó con los sirvientes de su hogar, y también, como un ejemplo del gran valor que le asignó a la pérdida de su madre y a la soledad que este evento le generó. Esta relación entre el autor y el personaje es clave, pues Arguedas nació y creció en el Ande, pero estudió y vivió su adultez en la cultura occidental; en nuestra opinión, el autor crea esta relación con el fin de mostrar la posibilidad del encuentro de las dos culturas, de cómo ambas comparten sentimientos iguales y como, al final del día, ambos son personas iguales.
Por lo tanto, “El Hijo Solo” no sólo mostraba la visión indigenista clásica en su trama, sino también sentimientos del propio autor y de su forma de ver la vida. De embarcamos más en analizar a Singuncha como un reflejo de Arguedas, podríamos ver que el autor vivía maravillado con el Ande y quizás lo prefería por sobre la vida urbana (sus descripciones de los paisajes resultan increíbles), pero también creía en la posibilidad de una unión de ambas realidades en armonía (“hubo un periodo de calma en la quebrada; coincidió con la llegada de Hijo Solo”). No obstante, el desenlace del cuento es conocido y podría mostrar un sentimiento de revanchismo, aunque creemos que se hace como una premonición de lo que puede generar la opresión occidental en el Ande (muy válido hoy en día).
Entonces, ¿puede “El Hijo Solo” ser más que un simple cuento y pasar a ser tomado como un mensaje social? Con un poco de lectura sobre las ideas de Arguedas, sí (aunque se requeriría de un ensayo mucho más extenso para abarcar todo lo que el cuento genera). Arguedas expresa en este cuento la belleza del Ande peruano y su cosmovisión, pero también cierta esperanza del encuentro del mundo del Ande con el occidental, del encuentro en si mismo (el autor) de las dos culturas y de la armonía que puede existir. Este mensaje es el que debemos valorar, y el que debemos poner en práctica. El final del cuento es una premonición de lo que puede ocurrir de no entender el valor de ambas culturas, una realidad que vivimos hoy en día.
Quisiera agradecer, antes de terminar, a todos por lo que aprendimos juntos en el taller y desearles lo mejor. Muchas gracias. Hasta más vernos.