«Una vendetta». Este cuento ha sido el más fuerte que he leído a lo largo de todo este taller, el que ha suscitado en mí las emociones más intensas y este es el motivo por el cual he decidido escribir sobre ello.
El autor pertenece a la corriente del naturalismo, un estilo que busca representar la realidad con la mayor objetividad y documentación posible. Maupassant logra describir cada tema particular y emoción con una frialdad escalofriante. Durante la lectura he probado una sensación casi repulsiva sobre cómo se iban desarrollando los hechos, como si fueran algo de lo más normal: en un primer momento se describe detalladamente la ubicación geográfica, luego el homicidio y la relativa acción de la madre, repetida de forma automática una y otra vez, para terminar con la «vendetta», es decir la venganza calculada en cada aspecto. Sin embargo, el autor en ningún momento se «pierde», por así decirlo, en describir los sentimientos de las partes.
Lo que más llama la atención es la madre; creo que es imposible para cualquier persona que no lo es, entender en qué consiste realmente el amor de una mamá hacia su hijo. Es un amor total, incondicionado, y también egoísta. Una madre considera al hijo como su más grande tesoro, algo de su propiedad y el perderlo es como ver arrancarse una parte de sí. Solo una madre podría entender y encontrar lógica a una venganza como la que se describe. Para ella no puede ser suficiente ver al asesino pagar su pena, no debe ser suficiente el llanto y la desesperación; una madre necesita venganza propia, necesita reproducir las emociones del asesinato y así encontrar de alguna forma la paz. La mujer, que en un primer momento parece ser insensible, como si el hecho no la tocara realmente, se muestra a mis ojos como el completo opuesto. El dolor más grande nos obliga a mostrar indiferencia como forma de defensa y reacción para enfrentar la realidad del sufrimiento. Cada uno, por consiguiente, busca su forma para salir del dolor y seguir adelante, adoptando, si es necesario, las medidas más inhumanas, así como se ha venido dando en el cuento. En este caso la venganza ha sido, contrariamente a como nos han enseñado, una reacción positiva dado que ha ayudado a la mujer. En este sentido se nota otro aspecto importante del naturalismo: demuestra lo real en su negatividad, es decir, que algo culturalmente rechazado como es la venganza, es visto en este caso como algo bueno y por lo tanto útil. Con esto no quiero decir que la venganza es buena, pero sí estoy convencida de que el ser humano por su propia naturaleza la busca, la necesita, la utiliza y finalmente logra beneficiarse de ella; es por tanto hipócrita e inútil condenarla y negarla, como culturalmente se tiende a hacer.
Otro aspecto que considero importarte discutir es la técnica empleada por la mujer con el fin de instruir a la perra; hace referencia a los experimentos de Pavlov y a la sucesiva teoría conductista según la cual es posible instaurar a través de la repetición de actitudes un comportamiento definido. Este fue un tema muy actual en la época y me parece genial haberlo insertado para la creación del cuento, dado que contribuye a crear un efecto de extremo realismo y objetividad en la historia. Se describe detalladamente toda la obra de la protagonista, realizada sin arrepentimiento ni emoción alguna durante todo el proceso.
De un punto de vista personal me siento muy tocada por la historia desde el comienzo; el autor describe un paisaje muy conocido por mí, dado que cuenta de la costa de la Cerdeña, un lugar donde desde pequeña pasaba mis vacaciones de verano cuando aún vivía en Italia, y verla representada en este cuento me suscita recuerdos intensos; hasta ahora puedo ver claramente ese maravilloso paisaje que el autor describe con tanta precisión.
En conclusión, puedo afirmar que este cuento, a pesar de la objetividad que lo caracteriza, es extremadamente intenso, provocando en cualquier lector emociones muy fuertes en diferentes aspectos. El autor, evitando referirse a emociones definidas, permite al lector plasmar sus propias sensaciones dejándolo profundamente afectado. Digo esto porque después de leer la historia y tener mis propias conclusiones, me dediqué a leer los comentarios de mis compañeros, percatándome de que cada uno había sido cautivado por diferentes aspectos. Precisamente, a mi me llamó la atención el personaje de la mujer y su extremo amor hacia el hijo; sin embargo quedé sorprendida al darme cuenta que otras personas habían captado aspectos indiferentes para mí y hasta se enfocaron en personajes, como la perra, que a mi no me habían logrado llamar la atención. Creo que en este sentido el cuento naturalista es único, y lejos de ser una mera objetividad, puede suscitar verdaderas emociones.