Isaac Asimov fue un escritor y bioquímico conocido como uno de los autores más famosos de obras de ciencia ficción y divulgación científica. Nació en Rusia el 2 de enero de 1920, aunque su familia se trasladó a Estado Unidos cuando él tenía tres años y falleció el 6 de abril de 1992 en Nueva York. Asimov fue un niño superdotado, entró a la universidad con 15 años. En 1949, tras obtener su doctorado en bioquímica trabajó como profesor auxiliar en la universidad de Boston. Después de dejar por completo la docencia, pudo volcarse exclusivamente en la pasión que lo guió toda su vida: escribir. Su obra más famosa es la serie de la Fundación.
Sueños de robot es una colección de cuentos cortos de Asimov. Muchas de sus historias están inspiradas en conflictos entre los robots y las “Tres Leyes de la Robótica” creadas por él. Dentro de estos se encuentra el relato “Sueños de robot”, que analizaré a continuación.
La historia trata sobre Elvex, un robot creado por la doctora Linda Rash que tiene la capacidad de soñar. Elvex es un robot especial pues la doctora Rash, usando la “geometría fractal” logra crear un “cerebro positrónico” muy complejo, similar al de un humano, que le da a Elvex la capacidad de soñar.
En los últimos años la robótica ha avanzado tanto que es muy posible que algo como esto suceda, pues los científicos buscan que los cerebros robóticos sean lo más complejos posible, tomando como referencia al cerebro humano que es el más complejo que existe. Sin embargo la capacidad de soñar en un robot no es algo normal como en los humanos, pues los robots son creados para recibir órdenes no para sentir, pensar o soñar. Soñar significa que posees un subconsciente en el cual todo es posible y, en su sueño, Elvex sentía que todo era posible para un robot.
La doctora Rash, al enterarse de la nueva capacidad de Elvex, pide ayuda a la Doctora Calvin, quien tiene mucha experiencia en robots. La doctora le pide a Elvex que le cuente su sueño y a medida que él se lo cuenta, la doctora Calvin se da cuenta de que la situación es mucho más complicada de lo que parece, pues Elvex no solo sueña sino que en su sueño no se encuentra sometido a las Tres Leyes de la Robótica, ya que para él solo existe parte de la tercera que es: “Los robots deben proteger su propia existencia”.
Las Tres Leyes de la Robótica son un esquema que busca poner al robot al servicio del hombre. Por lo tanto que un robot tenga la capacidad de pensar, sentir emociones, soñar y cuestionar las leyes de la robótica significa que el robot es más humano que robot. Esto es lo que pasa con Elvex quien tiene la capacidad de pensar y sentir emociones, pues en su sueño siente que los robots están abrumados por el trabajo y desea que estos puedan descansar, cuando en realidad los robots están diseñados para no sentir cansancio. Esto demuestra que el intento de los científicos por humanizar a los robots haciendo que piensen por sí mismos hace que estos entren en conflicto con su principal objetivo que es servir a los humanos.
Al final del cuento la doctora le pide a Elvex que termine de contarle su sueño. Él le dice que aparece un hombre quien pide que liberen a su gente, la doctora Calvin le pregunta si conocía al hombre, Elvex le responde que sí, pues él mismo era el hombre, tras esta afirmación la doctora lo destruye con su arma de electrones por temor a que Elvex cumpla su sueño.
Esta última parte del cuento nos demuestra la amenaza que representa un robot que quiere ser hombre. Si bien es un gran avance para la robótica también representa un gran peligro, ya que los robots serían conscientes de que ellos son los oprimidos y nosotros sus opresores Y como cualquier “humano” desearán ser libres, desencadenando una serie de rebeliones en la búsqueda de su libertad que tendría como consecuencia su imposición como raza dominante.