En el taller En las nubes de la ficción pude leer un sinfín de cuentos que llamaron mucho mi atención, que les permiten a los alumnos engancharse con cada historia relatada por cada autor. Esto quiere decir que, desde mi punto de vista, el taller hizo que me involucre en cada historia, provocando que me sintiera parte del cuento.
Un cuento que llamó mi atención especialmente fue “El corazón delator” de Edgar Allan Poe. Fue el que más me impactó y verdaderamente pude leerlo no solo una vez sino muchas veces porque desde el inicio el autor permite que te involucres en la historia como si la persona que lee el cuento fuera el personaje principal.
La historia trata acerca de un hombre que vivía con un anciano, al cual apreciaba, pero que tenía un ojo de buitre y el hombre como que se ofuscaba cuando el anciano lo veía. Por este motivo toma la decisión de asesinar al viejo, pensando que de esa manera se podía liberar de esa mirada que le causaba mucho fastidio.
El hombre planeó por mucho tiempo este asesinato, hasta que ingresó a la habitación del anciano, lo descuartizó y luego escondió el cuerpo en las tablas del piso que estaba debajo de su cama. En este punto aparece una duda debido a que el autor trata de colocar al asesino como un loco y por eso el autor menciona que el personaje principal planea muy bien este asesinato pero si tuviese problemas mentales no creo que tuviera la capacidad de planear de manera tan cuidadosa este crimen, ingresar a la habitación sin que el anciano sospeche, sin que los vecinos lo vean o, ¿ustedes creen que sí?
En el transcurso del asesinato los vecinos escucharon unos ruidos por lo que llamaron a la policía. Por eso, después se acercaron tres policías. Para llamarme más la atención el hombre actuó con mucha tranquilidad como si en ese lugar no hubiese pasado absolutamente nada; hasta los hizo pasar y sentarse en el lugar del asesinato. Pero ocurrió algo sorprendente mientras conversaba con los policías: el hombre empezó a escuchar débiles sonidos parecidos a los latidos de un corazón por lo que se sentía cada vez más nervioso porque el sonido se hacía cada vez más fuerte y hasta llegó a pensar que los policías también lo escuchaban y ya sabían todo acerca del asesinato mientras conversaban tranquilamente.
Hasta que no aguantó más y dijo “¡Basta ya de fingir, malvados! —aullé— ¡Confieso que lo maté! ¡Levanten esos tablones! ¡Ahí… ahí! ¡Donde está latiendo su horrible corazón!”
Finalmente, el cuento nos permite ingresar a la mente desquiciada de una persona. La mente de cualquier persona está llena de misterios e incluso de pensamientos frívolos y violentos. Es por ese motivo que el autor nos muestra lo terrorífico que puede ser estar dentro de la mente o saber lo que piensa una persona porque en este caso es una mente totalmente retorcida. Esto se puede relacionar con el perfil de los asesinos psicópatas. Era un psicópata porque el hombre era el único que escuchaba el latido del corazón y tanto se había obsesionado con matar al anciano que después de lograr su objetivo estaba seguro que no iba a seguir viendo su ojo de buitre pero sí iba a seguir escuchando el latido que provocó que confesara el crimen.
Freddy Rojas, junio de 2015.