Mario Vargas Llosa se ha caracterizado por escribir historias bastante reales (muchas veces fruto de su propia experiencia) y “Día Domingo” no es una excepción. El cuento retrata muy bien la sociedad y costumbres de la Lima de los 50-60, contexto en el cual se desarrolla la trama principal: la “lucha” por el amor de Flora entre dos amigos: Rubén y Miguel.
Uno de los factores que hacen interesante el cuento es que inicialmente se presenta como una historia de amor no correspondida. Es a partir de aquí que Miguel, el protagonista, se cuestiona si debería “luchar” por el amor de Flora, sobre todo tomando en cuenta que su “rival” sería su amigo Rubén un “prestigioso” campeón de natación. Es que realmente Miguel no podía competir con su amigo, “el campeón de natación”, pero aun así su fuerte determinación por conseguir el amor de Flora lo lleva a buscar y retar a Miguel a un duelo de natación en playas miraflorinas.
Es justamente en este duelo que la historia tradicional del personaje heroico se “reescribe” aunque con los mismos ingredientes de siempre: determinación, enfrentamiento a la adversidad, nobleza y, por qué no decirlo, un toque de suerte. Y es que claro, Miguel no hubiese podido convertirse en el “héroe” del cuento si la suerte no hubiera dictado que a Rubén se le acalambrara el estómago. Pero en fin, aquí es sumamente importante notar que a pesar de la “lucha” en la que estaba con su amigo, Miguel no lo pensó mucho cuando este le pidió ayuda en el momento en que se estaba ahogando. Esto se puede ver o como el producto del estrecho lazo de amistad entre Miguel y Rubén, lazo que ni siquiera el amor por Flora podía romper, o también como un movimiento calculado por Miguel: si salvaba a su amigo, claramente este quedaría en deuda con él y tendría que darle algo a cambio por ello (…el amor de Flora…). En todo caso, la primera interpretación aparentaría ser la más adecuada dadas las condiciones (agotamiento extremo, lo cual implicaría que ayudar a Rubén pondría potencialmente en riesgo su propia vida) en las que se encontraba Miguel cuando su amigo le pidió ayuda.
Miguel, pues, se convierte en el héroe de la historia al salvarle la vida a Rubén. Pero no todo acaba allí. El punto más emocionante de la historia se da cuando finalmente ambos amigos acuerdan guardar en secreto lo que realmente había pasado y Rubén decide proclamar a Miguel ganador del duelo. Es en este punto que se muestra que el vínculo de amistad entre ambos era totalmente real.
Así, lo que inicialmente era una historia de amor se convierte en una historia que pone a prueba la amistad de dos amigos y que logra emocionar por la forma bastante “real” en la que está escrita.