Bienvenidos y bienvenidas a la ¡11a.! edición del club de lectura En las nubes de la ficción, ciclo 2016-I. Por primera vez, una parte del curso abandona el mundo digital y se convierte en presencial. Lo que antes desarrollábamos por medio de un chat, este ciclo lo haremos en el aula: la discusión y comentario de los cuentos que leeremos y los análisis, contextos y semblanzas de nuestros géneros y autores.
La dinámica del taller consiste en aprovechar herramientas digitales e información disponible en internet para crear un círculo de lectura y análisis literario.
El taller se concentra en el género cuento o relato breve. Aquí, en el blog, se ponen a disposición de los participantes las lecturas propuestas, escogidas entre un infinito universo de posibilidades.
Ya existe una gran cantidad de información en el blog. Explórenlo, lean los comentarios de los participantes que han pasado antes por aquí, y tómenlos en cuenta como modelo de lo que haremos durante el curso. La sección Trabajos tiene los ensayos finales de los alumnos que han cursado el taller en ciclos anteriores lo cual sirve de ejemplo para lo que los nuevos lectores/escritores harán.
EL CUENTO
El club de lectura se concentra en un género literario: el cuento o relato breve. Esto significa que quedan excluidos la novela, la dramaturgia, la poesía, el ensayo literario, el guión cinematográfico y todos aquellos géneros que no sean relatos, aunque a veces nos acercaremos a otros tipos de lectura, como la novela gráfica basada en relatos o el cine.
El cuento suele ocupar un lugar secundario en la literatura. Si se llama a la novela género “mayor” es porque se considera al cuento como un género “menor”. La extensión de la novela, su largo aliento, la profundidad de sus personajes y la multiplicidad de sus acontecimientos, la hacen aparecer como un enorme edificio, mientras que, a su lado, el cuento es apenas una casita.
Sin embargo, los buenos cuentistas saben que lograr un cuento es tan complicado como escribir una buena novela. El reto que representa el cuento puede ser aún más duro para el escritor, pues tiene que ser capaz de contar la historia que quiere contar en una extensión breve; suficientemente breve, decía Edgar Allan Poe, para que pueda ser leída de una sola vez, sin pausas, sin necesidad de marcapáginas. A diferencia de la novela, en la que los personajes pueden ser desarrollados en toda su profundidad psicológica, en el cuento nos interesa solo alguna faceta de ellos: el acontecimiento que se cuenta debe estar por encima de las necesidades de los personajes, los cuales solo responden a la trama de la historia.
En resumen, el cuento es el reto por excelencia para un narrador. El desafío de síntesis, de tensión dramática (esos recursos para que no podamos soltar el texto hasta terminarlo), de impacto argumental (la construcción del argumento a partir de un planteamiento, un nudo y un desenlace), lo convierten en un género total.
Como parte del género, y en homenaje a la brevedad, dentro del cuento encontramos el microcuento o microrelato, que busca cumplir con estas características en el más breve espacio posible. Así, uno de los más famosos microcuentos es “El dinosaurio” de Augusto Monterroso:
“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí.”
En esa sencilla frase hay un cuento completo: un personaje que duerme y despierta, un nudo representado por la presencia ficcional del dinosaurio y un desenlace: sigue ahí después de que el personaje dormía y podía estar soñándolo (es real). Es divertido pensar en que se requieren muchas más palabras para explicarlo o describirlo que las que el propio cuento tiene. Este subgénero ha encontrado en una de las modernas herramientas de la comunicación digital en red, un verdadero espacio de desarrollo: Twitter. Haz una búsqueda por los hashtags #microcuento, #tuitcuento o #cuentuito; encontrarás una gran cantidad de buenos relatos en menos de 140 caracteres.