«La autopista del Sur», Julio Cortázar, por Javier Eduardo Escobedo

En “La autopista del Sur”, Cortázar nos presenta una situación por lo menos inusual: un atolladero de autos en una autopista de París que se resuelve luego de varios y extenuantes días. Lo magistral en este relato es cómo, durante esos días, Cortázar desarrolla relaciones entre los personajes y acontecimientos que logran representar al ser humano en sociedad: muerte, suicidio, romance, religión, economía, etc. Todo en un mismo tiempo y espacio, y con un nivel descriptivo tal que facilita al lector introducirse en el desarrollo de la historia, como si estuviera viviéndolo en lugar de leerlo.

Peugeot, Caravelle, Dauphine, Taunus, ID Citroen, 2HP, Volkswagen, Mercedes Benz, etc. Cortázar utiliza las marcas y los modelos de los autos varados para referirse a los personajes, lo que a mi parecer es una elección genial, ya que permite conocer características de los personajes con sólo mencionarlos. Por ejemplo, el Dauphine fue un modelo de Renault que tuvo mayor aceptación entre las mujeres, tomando un término utilizado en Francia para referirse a la nobleza; cuando menciona un Mercedes Benz podemos imaginarnos alguien de una clase socioeconómica más acomodada que el resto; o cuando menciona un Ford Taunus, un carro grande y rústico, mayormente utilizado por hombres, es fácil de asociar a los dos individuos que lo ocupaban.

Al principio, los personajes son simples desconocidos que coincidieron en un mal momento en la carretera parisina. Durante el primer día, las preocupaciones tienen que ver con no llegar a tiempo a los compromisos de cada uno, pero mientras pasa el tiempo y crece la angustia, las preocupaciones se van volviendo cada vez más importantes, se van volviendo hacia las necesidades básicas del ser humano. Van transcurriendo las horas, pasan las noches, y las provisiones de alimentos que tenían en los autos se van agotando. Ante esto, surge la necesidad de organizarse para utilizar de la manera más eficiente las pocas provisiones que van quedando, por lo que deciden nombrar a Taunus como el jefe del grupo. Así, otros grupos con similar cantidad de autos escogen también a sus jefes, los que se reúnen para buscar una solución a la escasez de alimentos, un símil a la organización política en la mayoría de las sociedades actualmente: la democracia, de la cual Cortázar fue un ávido defensor.

Luego llegan momentos de mayor angustia: se organiza un grupo para buscar provisiones en los alrededores, pero los pobladores campesinos no quieren ayudar ni vender nada a los enviados, por lo que regresan con las manos vacías; tanto era el rechazo de los pobladores que comenzaban a llover piedras cuando los personajes se apartaban de sus autos; en este caso Cortázar hace un símil a los problemas socioeconómicos que siempre han estado presentes. Por otro lado, se registra la primera baja del grupo cuando encuentran el cadáver del hombre del Caravalle: se había suicidado, motivado quizás por un desamor, pero seguramente influenciado por la situación actual en la que se encontraba.

Finalmente, luego de tantas situaciones apremiantes, el camino se va despejando y los autos van como volando sobre la autopista. El personaje principal, el ingeniero del Peugeot 404, experimenta una rara sensación de nostalgia cuando salen ya del atoramiento. Recuerda lo vivido en esos días y siente que lo va a extrañar, más que nada a la muchacha del Dauphine, con quien tuvo un romance fugaz, con la quien comenzaba a soñar más allá de lo vivido en la autopista. En este desenlace, me parece que Cortázar hace un símil a las situaciones en las que pensamos haber obtenido lo que queríamos con tantas ganas, pero que, una vez alcanzado, nos damos cuenta que lo que tuvimos que dejar para llegar ahí es lo que realmente nos hace felices, lo que realmente queremos pero de lo que no nos damos cuenta hasta que llegamos a ese punto, del que quizás ya no haya manera de retornar.