A raíz del post anterior sobre la reforma del transporte, específicamente sobre la diferencia entre el funcionamiento de los usuarios particulares y del transporte público, se volvió pertinente hablar de un fenómeno paradójico que surgió la primera semana de la implementación del sistema: el aumento inesperado de tránsito vehicular en las vías del corredor.
En colaboración con la oficina de PrensaUP hicimos este breve video, donde se busca explicar este fenómeno a partir de un ejemplo muy conocido en teoría de juegos: el problema del Bar El Farol. Dejo el video a continuación:
En líneas generales, lo que analizamos es uno de los efectos colaterales de la reforma, es decir, no cómo funcionan en sí los buses y sus pasajeros, sino cómo han empezado a funcionar los otros usuarios de las vías: los conductores de vehículos particulares y taxis. Lo interesante es que, tal como se podía prever, los efectos anormales que se observaron la primera semana han menguado a medida que los usuarios han ido conociendo la vía —aumento de la memoria— y han empezado a adaptarse a su nuevo esquema —incremento en las estrategias de uso—. Así, el tráfico ha empezado a estabilizarse alrededor de la capacidad máxima de la vía, aunque todavía con oscilaciones —periodos de fluidez y de saturación— que seguirán ahí por siempre ya que así funciona el tráfico vehicular de cualquier ciudad.
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