Daniela Rizo Patrón Peschiera

Sciences Po es un instituto sumamente reconocido en Europa y, como tal, es bastante exigente. El nivel de alumnos que tiene – tanto alumnos regulares como de intercambio – es bastante alto y competitivo, lo que hacía que las clases fueran bien interesantes, dinámicas e incluso, en ocasiones, desafiantes. De igual modo, los profesores son profesionales muy exitosos en sus rubros (por ejemplo, tuve una profesora graduada de Harvard que trabajó muchos años en uno de los estudios de abogados más reconocidos de Nueva York y otra que había llevado una maestría en Sciences Po y se encontraba activamente realizando proyectos relacionados al derecho a la competencia en colaboración con las mejores universidades y estudios de abogados del mundo). Todo esto me permitió aprender mucho en mis clases y me brindó conocimientos adicionales que podré aplicar acá en Lima, tanto en mis clases de la universidad como en mi trabajo.

Me matriculé en cinco cursos: tres de derecho, uno de economía y el otro de francés. Los cursos de derecho fueron excelentes. Las clases eran sumamente didácticas y aplicaban el método socrático, es decir, el profesor no se dedicaba únicamente a exponer el contenido de la sesión, sino que, por el contrario, fomentaba la participación y guiaba a los alumnos con preguntas para que seamos nosotros quienes llegáramos a la respuesta. Sin embargo, para que este método de enseñanza funcionara, todas las semanas se nos asignaban lecturas que debíamos revisar antes de la clase. El hecho que, en general, los alumnos siempre llegaban preparados y que, en muchas ocasiones, si nadie participaba los profesores “llamaban en frío” incentivaba a que realmente dedique tiempo fuera de la clase a revisar las lecturas. Si bien esto me ocupaba bastante tiempo y muchas veces prefería hacer otras cosas como pasear o viajar, reconozco que fue la mejor manera de aprender (por ejemplo, acá en la Pacífico, por más que siempre se nos asignan lecturas, casi nadie las lee – salvo que haya un control de lectura – y por tanto no se llega a interiorizar o ahondar tanto el tema).

En cuanto a los otros dos cursos – economía y francés –, mi experiencia no fue tan positiva. Por un lado, respecto a la clase de economía, tuve que inscribirme en este curso porque, al momento de la matrícula, el sistema se colgó por bastante tiempo y, cuando por fin pude volver a reingresar, ya se habían cerrado la mayoría de los cursos ofertados. Este fue un gran problema porque era un curso de macroeconomía avanzada y, si bien yo había llevado los cursos básicos de economía en la Pacífico, el nivel era considerablemente más avanzado. Todos los alumnos eran economistas, por lo que la clase se desarrollaba partiendo de la premisa que todos ya conocían varios conceptos. Por tanto, prácticamente tuve que auto-enseñarme todo el curso a partir de los Power Points que la profesora colgaba en el sistema (e igual no logré entender la mayoría de las cosas).

Por otro lado, respecto al curso de francés, era un curso de idioma bastante standard en el sentido que hacíamos bastantes ejercicios, exposiciones, conversación, etc. Sin embargo, el problema estuvo en que, al momento de matricularme, tuve que indicar qué nivel de francés tenía para que me ubicaran en la clase correspondiente y los criterios para definir eso eran bastante subjetivos. Como consecuencia, en mi clase había alumnos que sabían hablar bastante bien, pero otros que no conocían ni las palabras básicas, por lo que el nivel de la clase resultó bastante bajo (no aprendía nada nuevo). Si bien hablé con la profesora para cambiarme de nivel, me dijo que era imposible porque el resto de clases ya estaba lleno.

Si bien inicialmente quería vivir sola, me fue muy difícil conseguir un departamento barato que se encontrara en una buena zona. Por tanto, me contactaron con una chica que también estudia en la Pacífico y, junto a ella, alquilamos un departamento en el tercer distrito de Paris. El departamento se encontraba en una zona muy agradable, en una calle llena de comercios y restaurantes, cerca al río. Sin embargo, ello terminó siendo un gran problema porque resultó siendo también una zona caracterizada por tener muchas ratas.

Luego de haber estado un mes en el departamento, descubrimos que teníamos varias ratas viviendo en él. Primero tratamos de solucionar el problema contratando a exterminadores. Sin embargo, pese a que veíamos que las ratas se comían el veneno, seguían apareciendo. Por tanto, tuvimos que irnos del departamento y quedarnos temporalmente en la casa de amigos mientras buscábamos otro departamento. La agencia que nos había alquilado el departamento inicial no nos ayudó en lo más mínimo e incluso nos puso bastantes trabas para terminar anticipadamente el contrato o devolvernos el dinero pagado por adelantado (por suerte, al final pudimos conseguir ambas cosas).

La búsqueda de nuevo departamento fue bastante complicada, nos demoramos aproximadamente un mes en conseguirlo (que es bastante rápido), pero finalmente conseguimos un departamento ubicado en el departamento 15, una zona residencial muy tranquila y bonita. En Paris las agencias ponen muchos requisitos para el alquiler de departamentos: muy pocas aceptan a estudiantes, la mayoría requiere que tengamos un garante francés, casi todos los contratos de alquiler deben ser de mínimo 1 año, etc. Eso además de la dificultad de conseguir un departamento barato en una zona céntrica y segura.

A continuación se encuentran los links de las agencias de alquiler que utilicé en la búsqueda de departamento:

• https://www.parisautrement.com/fr/landing (esta es la agencia del departamento de las ratas)
• https://www.book-a-flat.com/es/ (esta es la agencia del segundo departamento)
• https://www.lodgis.com/es/
• https://www.parisattitude.com/
• https://www.paristay.com/

No me inscribí en este programa.

A diferencia de lo que me acordaba de mi última visita a Paris (hace casi 8 años) y de lo que me habían contado, Paris me pareció una ciudad bastante amigable y manejable. De hecho es una ciudad grande y es necesario andar con cuidado (no es como estar en un pueblito europeo), pero en la medida que te mantengas en el centro es bastante segura. Lo que sí, suelen haber bastantes huelgas y manifestaciones. De hecho, yo estuve cuando se dio la huelga de los Chalecos Amarillos y la ciudad se paralizó todos los fines de semana por más de 1 mes (cerraron restaurantes y tiendas y pararon el metro).

El sistema de transporte funciona demasiado bien. Puedes llegar a donde sea en metro (cada aproximadamente dos cuadras hay una parada de metro) o en bus. Yo me compré una tarjeta (Navigo) con la que, pagando 75 euros mensuales, podía usar ilimitadamente todo el transporte público que quisiera dentro de Paris. Ahora, en la medida de lo posible, trataba de caminar. Si bien Paris es una ciudad grande, en realidad las distancias en el centro no son tan largas.

En mi tiempo libre (entre clases, fines de semana) salía a correr o aprovechaba en pasear y conocer nuevas cosas. Paris es una ciudad con mucha cultura, por lo que siempre hay algo nuevo por visitar. Yo iba mucho a museos porque siempre hay nuevas exposiciones y es gratis para estudiantes. También hay muchas obras que valen la pena ver (operas, ballet) pero estas sí cuestan y son bastante caras, por lo que no es algo que se pueda hacer con tanta frecuencia. Ahora, a veces hay ofertas para estudiantes y se pueden comprar tickets para la semana de preestreno que son bien baratos, pero son muy difíciles de conseguir.

Además, aproveché en viajar bastante a otros países de Europa. El único problema con estar en Paris en este aspecto fue que los vuelos eran mucho más caros que saliendo de otros países. Esto es porque el aeropuerto del cual salen las aerolíneas más baratas (por ejemplo, Ryanair) queda demasiado lejos del centro y no es muy viable salir desde ahí (el transporte termina saliendo más caro que lo que te ahorras en el pasaje de avión).

La primera recomendación que daría es respecto al tema del alojamiento. Como mencioné arriba, en Paris es muy difícil conseguir un departamento cómodo, bien ubicado y barato, por lo que es importante realizar esta búsqueda con bastante anticipación. Sobre todo por el hecho que el alquiler para estudiantes no es tan simple; muchos arrendadores no quieren alquilarle sus departamentos a estudiantes y, los que sí lo hacen, suelen pedir una serie de requisitos que no son fáciles de cumplir (por ejemplo, tener un garante francés, tener una cuenta bancaria francesa, que el contrato de alquiler sea como mínimo de 1 año, etc.). Ahora, respecto al requisito de alquilar como mínimo 1 año, muchos contratos tienen una cláusula por la que se puede terminar el contrato de manera anticipada, con un preaviso mínimo de 1 mes. En otras palabras, si bien el contrato que se firma tiene como plazo 1 año, en realidad se puede terminar antes avisando con anticipación sin ninguna penalidad (ojo: esta es la regla general, pero de todos modos hay que revisar bien el contrato, porque algunos sí pueden poner penalidad).

Respecto al proceso de matrícula de la Sciences Po, en realidad no hubo mucho por hacer. Simplemente tuve que preparar una carta contando por qué quería ir a esa universidad, me pidieron mi consolidado de notas de la Pacífico y una constancia de mi nivel de inglés y francés (el francés es solo necesario para llevar cursos en francés). En teoría, para acreditar mi nivel de inglés, tenía que tener un diploma reciente (creo que era de no más de 1 año de antigüedad) del TOEFL, FCE o similares. Sin embargo, en mi caso fue suficiente presentar mi diploma de Bachillerato Internacional (que tenía ya 5 años).

Finalmente, respecto al trámite de la VISA, no tengo nada que recomendar, ya que yo tengo pasaporte italiano. Si tienes pasaporte de la Unión Europea, puedes estudiar (y trabajar) en cualquier país de Europa sin tener que realizar ningún tipo de trámite.

Mi presupuesto durante la estadía fue:

Moneda:           €

N° de meses:    5