Luciano Stucchi

¿Y por qué no mejor una ciclovía?

Nuestra política municipal a veces me recuerda la famosa película Groundhog day, o como la conocimos aquí, El día de la marmota. Así como Phil Connors —fantásticamente interpretado por Bill Murray— pasaba la eternidad repitiendo sus días, una y otra vez, ante la ocurrencia repetida, cansina e ilimitada de los acontecimientos cotidianos, así nosotros los limeños vemos desfilar, una y otra vez, los errores y necedades de las gestiones municipales que se empecinan en repetir, sin escarmentar, falaces soluciones a los problemas de nuestra ciudad. Y sí, esta vez estoy hablando nuevamente de esta aparente obsesión de la actual gestión de la MML por andar ampliando carriles en las avenidas.

Como ya hemos hablado de este tema aquí, aquí también, además de aquí, adicionalmente a las opiniones dadas por otros tantos, como esta y esta otra —muy buena—, esta vez me enfocaré en otra idea distinta. La MML argumenta que la Av. Aramburú tiene harto espacio para ganar, sin reducir áreas verdes. Ok, asumamos que es cierto. ¿Por qué no mejor, entonces, utilizamos ese espacio para implementar una ciclovía? Sí, en lugar de más espacios para carros, utilicemos el espacio para darle lugar a los más desvalidos de nuestro sistema de transporte: los ciclistas. La av. Aramburú tiene una posición privilegiada, porque además de interconectar el Corredor Azul con el Metropolitano, se convierte luego en las av. del Parque Sur y San Borja Sur, que conectan los anteriores puntos con la Línea 1 del Metro de Lima. Y, adicionalmente a ello, los dos puntos extremos cuentan con una red de ciclovías. Hasta casi parece que hubiera sido planificado así.

La línea roja corresponde a lo que sería la ciclovía, a lo largo de las av. Aramburú, del Parque Sur y San Borja Sur. [Imagen adaptada de Google Maps]

Me imagino que esta es una idea que cualquier arquitecto o ingeniero civil está en mejor posición de argumentar, justificar o contradecir. Y aunque es verdad que la av. Aramburú presenta congestiones que necesitan resolverse —ver aquí—, me parece que una idea así nadie la ha tomado en cuenta. A pesar de la fabulosa capacidad de conexión que tiene la Av. Aramburú, no solo entre nuestros tres únicos sistemas de transporte masivo interurbano, sino además, entre dos de los principales sistemas de ciclovías que tiene nuestra ciudad. Ojalá sea algo que se pueda tomar en cuenta, si no es por la MML, al menos por las municipalidades de San Isidro y San Borja, que son quienes tienen la voz disonante aquí.

 

Comentarios

Carlos Renzo says:

Definitivamente es una buena propuesta; sin embargo me queda la duda sobre la actitud del cliclista frente al trafico vehicular; por ejemplo, si uno observa a un motociclista de los muchos que uno puede ver, éste siempre se encuentra tratando de optimizar su propio tiempo, y no está interesado en el riesgo de los conductores de vehículos. Y que pasaría si los ciclistas adoptan las misma actitud, sería completamente contraproducente.

Luciano Stucchi says:

¡Hola Carlos! Gracias por tu comentario. Efectivamente, la imprudencia es una facultad no solo de los conductores de vehículos motorizados, sino también de los no-motorizados y de los peatones; los valores cívicos deben trabajarse transversalmente. Sin embargo, los riesgos que mencionas no son comparables: un ciclista está en una posición mucho más vulnerable ante un automóvil, que a la inversa. Es verdad que siempre pueden existir casos de excepcional imprudencia, pero no podemos basar el diseño de la ciudad solamente en esos supuestos.

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