«El pozo y el péndulo» de Edgar Allan Poe, por Marco Barriga

A lo largo del curso tuve la oportunidad de conocer distintos géneros literarios, y de aprender a apreciarlos y entender sus diferencias, muchas veces matizadas por el toque único de cada autor. Gracias a esto logré identificar con qué géneros me siento más afín, y cuales logran atraparme más adentro de la historia.

El terror resultó ser, como ya lo esperaba, el género que logró atraparme más entre sus páginas. Ya sea con matiz realista o fantástico, el género crea en el lector una combinación de emociones como el miedo y el suspenso. Es por ello que decidí escoger «El pozo y el péndulo», de Edgar Allan Poe, un maestro del terror.

El cuento “El pozo y el péndulo” nos relata de forma lineal la historia de un condenado, en un ambiente oscuro y tenebroso, y a medida que avanza la historia el ambiente se va tornando aún más tenebroso, pues tiene la particularidad de ser cambiante, al menos a la percepción del personaje y narrador.

Un punto que vale la pena mencionar, es que a pesar de la simpleza del ambiente donde se desarrolla el cuento, Poe logra entrar a un detalle tan profundo que nos lleva a sentir que como lectores somos espectadores de un escenario muy complejo y hostil, que lleva al protagonista al limite a medida que va avanzando el relato. Hay que resaltar también la habilidad del autor para tener al lector pendiente del giro que pueda tomar el mismo, pues al ser un escenario cambiante, el personaje podría desaparecer de un momento a otro, por los peligros que podrían presentársele con un cambio desfavorable en el escenario.

En el cuento vemos también un macabro juego psicológico, combinando la tortura con la incertidumbre, llevando a que el personaje al borde del colapso, y buscando que este mismo se rinda y sucumba ante el inminente desenlace.

Del personaje podemos decir en primer lugar que al ser tanto protagonista como narrador, nos da una visión más próxima de los hechos y nos coloca cara a cara con los mismos, pues es distinto que un narrador omnisciente nos cuente la historia, que el mismo protagonista pueda transmitirnos qué pasa o qué siente. Del perfil psicológico del personaje, podemos concluir por lo hechos relatados que se trata de un individuo perseverante y perspicaz, que por más de encontrarse en un escenario hostil se las ingenia para no sucumbir ante el, lo cual rinde frutos al final del relato.

La narrativa en primera persona le permite a Poe transmitir al lector el juego de emociones que vive el personaje de una manera vívida, que genera una relación más cercana entre el lector y el personaje, y a su vez, capta mejor la atención del lector.

El componente religioso incorporado al cuento es probablemente el más macabro de la Iglesia a lo largo del tiempo, la Inquisición. Sitúan así como antagonistas a los monjes ejecutores, quienes en nombre de Dios acabaron torturando y matando personas, no siempre culpables de lo que se decía. Por ello el impacto social implica una evidencia (si bien no son hechos reales, sino cuentos, lo que hay detrás es un reflejo de lo que de alguna manera se daba en la realidad) de los errores de la Iglesia en el pasado, cosas que hoy en día resultarían en un escándalo inconcebible.

En conclusión, “El pozo y el péndulo” de Poe es una joya de la literatura de terror, logrando concentrar en muy pocas páginas muchas emociones y descripciones de un cambiante escenario, que suma al suspenso que atrapa al lector y arrincona progresivamente al personaje. Gracias a todos estos recursos Poe, fiel a su estilo, mantiene en vilo al lector de comienzo a fin, y nos da un final, como de costumbre, muy poco predecible.