“La Autopista del Sur” de Cortázar, por Walter Fernández

El cuento “La Autopista del Sur” de Cortázar me logró impresionar en diversos puntos.

En primer lugar, entiendo que una persona regular asocia un embotellamiento vehicular a aburrimiento y desesperación, sin embargo Cortázar pudo narrar en forma muy entretenida y detallada los acontecimientos en uno. Describió a las distintas personas con quienes compartía espacio en algunos pocos autos a la redonda. El cuento inicia con el narrador observando las acciones de las personas en autos aledaños, cómo ven los minutos pasar, cómo conservan la calma y el buen humor o cómo se empiezan a agotar ante la incómoda situación.

En segundo lugar resulta muy curioso cómo el narrador lograba identificar al resto de personajes por el modelo de sus autos, que algunas veces podían o no coincidir con alguna de las características de sus tripulantes. Por ejemplo la chica con quien el narrador tuvo mayor acercamiento la identificaba como Dauphine, y los propietarios del Taunus eran un grupo de hombres.

Como tercer punto resalto la cantidad de tiempo que pasaron durante el embotellamiento. Pasaron días y sin tener noticias de qué lo estaba causando, sin embargo lograron organizarse para poder afrontar las dificultades que se iban presentando, como contar con un reducido número de provisiones, el frío durante las noches o la poca ayuda de los habitantes de las zonas que se encontraban a los lados de la carretera.

Finalmente logran avanzar y el embotellamiento se diluye, pero es entonces que el narrador se empieza a preocupar porque ve cómo las personas con quienes había departido en los últimos días y con quienes se había sentido cómodo se empiezan a alejar. Entre ellos, y obviamente con especial atención, Dauphine. Resalto este último punto como el principal porque en una situación originalmente incómoda y que probablemente a cualquier persona le puede parecer una de las peores, y sobre todo a nosotros que lidiamos con el tráfico de Lima a diario, el narrador logra encontrarse cómodo y confortable.

Esta figura resulta esperanzadora para personas que se encuentran insatisfechas con lo que actualmente poseen o por dónde se encuentran o en general por su realidad, y que anhelan un futuro distinto sin haber analizado bien si lo que está a su alrededor no es lo que realmente podría hacerlos felices.

A partir de un hecho fortuito e inesperado, y que en un principio pudo resultar tedioso y una pérdida de tiempo, el narrador encontró bienestar personal.