Franz Kafka, «Un médico rural», por Ernesto Vereau

El médico rural es un personaje insatisfecho con su vida y con la trayectoria que hasta el momento ha tenido. Se sabe y se siente superior al resto del pueblo en donde habita, probablemente debido a sus dotes como doctor profesional. Sin embargo el resto del pueblo no lo ve así, sino más bien como una persona que tiene como único propósito el de curar a los enfermos de la comarca; si esta tarea no es satisfecha de buena manera a los ojos de los pobladores, entonces mejor que el médico muriera, pues como cantaron los niños del coro escolar, “… si no cura, mátenlo. Sólo es un médico”.

En este cuento, Kafka nos narra la historia de un doctor que en primera instancia, parece enfrentar una situación muy común para él: es solicitado a altas horas de la noche para tratar de salvar a un enfermo en un contexto en el que a pesar de ser el único que podría salvarlo, es burlado por cuanta persona se asoma a observar su trabajo.

Pero a la burla ya está acostumbrado, no hay nada nuevo en eso. La diferencia de este llamado con cualquier otro, radica en lo que tuvo que hacer y soportar para poder llegar a la casa del enfermo. A pesar de contar con un coche bien equipado, su caballo había muerto y nadie en el pueblo tenía intención de ayudarlo a conseguir otro. Por esto, su criada Rosa se encontraba de un lado a otro buscando un caballo que pueda recorrer las diez millas que su patrón necesitaba. Finalmente, lo consigue, consigue incluso dos caballos, pero sin imaginar que el pago sería ella misma. En un inicio, el doctor trata de enfrentarse al mozo y evitar que se aproveche de Rosa, pero el ímpetu de los caballos lo arrastran hacia las calles del pueblo, dejando a su criada en el abandono. Cabe resaltar la actitud inquietante e independiente de los caballos, algo que probablemente sea la única característica de terror que este cuento kafkiano nos ofrece.

Bajo estas circunstancias el doctor llega a la casa del paciente. Siempre pensando en lo que debe estar soportando su inseparable criada, trata sin éxito de controlar la enfermedad del joven. Distraído por sus caballos, que parecen reclamarle el hecho de haber abandonado a Rosa, recién logra encontrar la herida al lado derecho de la cadera abrumado por la cantidad de gente que pasaba por la casa.

En pleno diagnóstico se da cuenta de que se enfrenta a una aparentemente gran disyuntiva: quedarse y tratar de salvar a un enfermo o escaparse de la casa y volver a salvar a su criada. En un principio parece una difícil decisión debido a que se pone a pensar como doctor y en lo que el pueblo espera de él, sin embargo, cae en la cuenta de que ya desde hace mucho tiempo viene sacrificando cosas por un grupo de gente que no conoce y que nunca hareconocido el arduo trabajo que ha realizado a lo largo de los años. Por otro lado, se da cuenta de que la única persona que siempre lo había apoyado es Rosa y no podía devolverle esa generosidad dejándola sola con un violador. Así, decide escapar y regresar a socorrer a su criada, montando a los extraños caballos que vuelven a su destino rápidamente.

En este cuento corto, no nos llegamos a enterar si el médico llegó a salvar a Rosa ni si el enfermo llegó a morir. Tan solo nos enteramos de una especie de anécdota del médico en una noche aparentemente común para él.