Juan Rulfo (1917-1986), por Alexander Camayoc

Alexander Camayoc participó en el club en el ciclo Verano 2012

Juan Rulfo fue un escritor mexicano, nacido en Apulco, localidad cercana a San Gabriel, Jalisco (México). Durante su infancia y juventud sufrió las consecuencias de las luchas cristeras (entre el gobierno y la Iglesia), las cuales influyeron en sus futuras producciones literarias.

Al terminar su educación secundaria intentó continuar su educación superior postulando a la Universidad de Guadalajara, aunque no lo logró pues esta se encontraba en un conflicto. Sin embargo, asistió de oyente al Colegio de San Ildefonso. Para 1934 comienza a escribir sus primeras elaboraciones literarias, además de colaborar en la revista América.

En 1946 el narrador ampliaría la gama de su expresividad artística dedicándose también a la fotografía. Además era aficionado al cine y trabajó como guionista en varias producciones cinematográficas.

Entre sus producciones literarias se encuentran: El llano en llamas (1953) que es el resultado de una recopilación de los cuentos escritos como colaboraciones para las revistas Pan y América, entre otras; Pedro Páramo (1955) es su primera novela, con la que obtiene diferentes premios literarios y distinciones internacionales; “¡Diles que no me maten!” (1960) es un cuento con todas las características de la obra de Rulfo; El gallo de oro (1980) es su segunda novela, escrita entre 1956 y 1958, además de ser adaptada al cine en cuatro ocasiones antes de su publicación oficial.

Juan Rulfo es uno de los escritores de mayor prestigio del siglo XX. Pertenece al grupo de escritores llamado “generación del 50” o “generación del medio siglo”, la cual representó una época de cambios hacia la modernidad en México y la proliferación de opiniones sobre de temas políticos, filosóficos, económicos y culturales.

Rulfo es un importante representante esta ola ideológica que deja ver una faceta escondida de ese México que se alejaba del presente y los tiempos modernos. Con un estilo literario característico e individual, Rulfo trataba temas socioculturales que se vivían en algunos pueblos del México de ese entonces.

Perteneciente también al estilo literario llamado “realismo mágico”, Rulfo nos narra las historias de sus personajes con una mezcla de realidad e ilusión; eventos fantásticos que la gente cree percibir en común con fenómenos en la conciencia popular y el vaivén de la vida cotidiana.

Como una marca personal, Rulfo nos ofrece un estilo de narrativa particular en sus obras. Como si intentase recrear los recuerdos en la memoria, el autor de Pedro Páramo se olvida del orden lineal temporal del acontecimiento para otorgarnos su obra maestra.

Sin caer en la confusión, Rulfo nos ofrece en sus obras una opción diferente de narrativa que no solo hace más interesante a la trama sino también el ejercicio de la lectura.

Otra peculiaridad del escritor es la conclusión de sus obras. En la mayoría de ellas, el personaje principal llega a alcanzar una felicidad pero esta es siempre pasajera. Nos ofrece así historias con emociones encontradas y transformaciones de vida por las cuales pasan sus personajes centrales.

Ello se puede apreciar en Pedro Páramo donde describe la historia de Juan Preciado y su búsqueda por su padre, quien fue un personaje principal en la guerra revolucionaria; una vida atormentada la cual Juan va repasando de acuerdo con lo que le comentan los habitantes del pueblo de donde es su padre y de donde Juan parte con más preocupaciones que con las que llegó.

Otra muestra de ese final agridulce característico de Juan Rulfo es su obra El gallo de oro, donde trata la historia de Dionisio Pinzón, un hombre pobre y lisiado que, tras la muerte de su madre, tendrá que afrontar su fortuna por sí solo, la cual lo llevará a enfrentarse al éxito y fracaso de su codicia.

Una última muestra de la desventura de sus protagonistas es el cuento “¡Diles que no me maten!”, donde el protagonista, Juvencio Nava, se convierte en la propia víctima del homicidio que cometió.

En estas tres historias, Juan Rulfo nos muestra cuán versátil puede llegar a ser la personalidad de la gente mediante la transformación de los protagonistas en los mismos antagonistas de su suerte o destino.

Juan Rulfo, escritor imperdible para los lectores de habla hispana que, aunque pocas, sus obras son merecedoras de un momento de nuestra atención.

Fuentes: