Peru hacia 2062

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¿Cómo será el Perú en 50 años?   ¿Qué tipo de país queremos dejar, y cómo llegar a ello?

Estas preguntas guiaron la preparación de la colección de ensayosCuando despertemos en el 2062: visiones del Perú en 50 años, editado recientemente por la Universidad del Pacífico.    Para celebrar los 50 años de nuestra casa de estudios, decidimos reflexionar sobre los próximos 50, y soñar en un país mejor.    En 14 capítulos, con 26 autores, mayormente profesores e investigadores de la UP.

Dos de estos capítulos han capturado bastante atención de los medios, comenzando con unaportada en El Comercio el domingo 3 de marzo, con una réplica el domingo pasado, y reportajes en RPPCaretas y otros medios.  El primero, son las proyecciones a largo plazo del Prof. Bruno Seminario, donde advierte sobre la probabilidad de más crisis externos y los peligros de no prepararnos para ellos a tiempo.   El otro, son las observaciones del Prof. Jürgen  Schuldt sobre el peso de la minería en nuestra economía y los riesgos de una alta dependencia en las exportaciones primarias.

Que estos trabajos han generado polémica, es motivo de orgullo para nosotros, pues aportamos a un urgente y necesario debate sobre las opciones de desarrollo del país a largo plazo, y sobre las decisiones difíciles que debemos tomar hoy.

Pero también queremos llamar la atención sobre otros temas en esta colección: el impacto de las nuevas tecnologías y redes sociales, la gobernanza ambiental frente al cambio climático, las brechas de infraestructura, la persistencia de la pobreza, el riesgo del estancamiento en educación, nuevos retos para la salud, entre otros.  Para quienes tienen el tiempo, recomiendo leer el libro.  Si tienen apuro, hay resúmenes en esta página web​.

Y para los amigos del CIUP, comparto también parte de nuestro discurso de presentación del libro, en el Auditorio Juan Julio Wicht de la UP, el 7/3/13:

 

Aniversario del CIUP:  “Un árbol frondoso”

El evento de hoy tiene tres propósitos: presentar un importante libro, celebrar los 40 años de creación de nuestro centro, y cerrar con broche de oro el aniversario del medio siglo de nuestra Universidad.

Como bien lo describe Luis Jochamovitz en su hermosa historia de la Universidad del Pacífico[1], el CIUP es como un “frondoso árbol”, que ha crecido durante cuatro décadas, no solo en tamaño sino en diversidad y presencia nacional.

Como cuenta el mencionado autor, la propuesta de crear un centro de investigación dentro de la Universidad fue novedosa en su época. Era inicios los años sesenta, y la investigación era considerada sobre todo una tarea para el Estado, a través del Instituto Nacional de Planificación, creado el mismo año de nuestra Universidad: 1962.

En ese entonces, la única institución privada que realizaba investigación académica era el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), fundado en 1964. Esta noche nos acompaña uno de los investigadores de lujo de esta institución hermana, el Dr. Julio Cotler.  Pero los creadores de nuestra universidad consideraban fundamental que los profesores no solo se dedicaran a trasmitir conocimiento, sino también a producirlo; que tuvieran el tiempo y los recursos necesarios para hacerlo.

El primer intento de fundación de un centro de investigación en la UP se dio en 1966, a partir de un convenio de colaboración con la Universidad de Iowa, que iba a ser generosamente financiado por USAID.  Pero tal colaboración fue cancelada a raíz de la llegada al poder del gobierno militar, y la Universidad del Pacífico optó por crear un centro más modesto, con recursos propios. Aunque posteriormente hemos recibido apoyo de una gran variedad de fuentes nacionales e internacionales, ésta sigue siendo una característica fundamental del CIUP: la generación de conocimientos con recursos propios y la no-dependencia de fuentes y agendas externas.

En 1972 el CIUP finalmente abrió sus puertas, por aquí, en la Av. Sánchez Cerro, con un pequeño y talentoso grupo de jóvenes profesores e investigadores; entre ellos, el Prof. Jürgen Schuldt, uno de los autores del libro que presentamos hoy; el Dr. Luis Aparicio Valdez, también profesor de Derecho del Trabajo en la UP;  Germán Granda, Bruno Podestá, y el Padre Raimundo Villagrasa.

Aunque la economía y la gestión fueron temas prioritarios, desde el inicio el CIUP se marcó por una preocupación por el DESARROLLO en sus diversos aspectos, con un enfoque multidisciplinario y planteándose grandes preguntas:   ¿Por qué no alcanzamos el desarrollo?   ¿Por qué seguimos siendo un país pobre? ¿Por qué nos afectan tanto las crisis económicass?

Como institución, somos sui generis en el país. Por un lado, seguimos siendo un centro de investigación universitaria, dedicado a promover la generación de conocimientos entre nuestros profesores y alumnos, y a formar nuevas generaciones de profesionales con pensamiento crítico en nuestras diversas carreras.  Por el otro lado, somos un centro de investigación aplicada, donde nos esforzamos por compartir nuestros estudios con diversos sectores, y hacer propuestas concretas de cambio.

A través de nuestro Fondo Editorial, creado en 1992, los investigadores del CIUP hemos publicado más de 611 títulos, sobre una gran variedad de temas, desde el crecimiento económico y el comercio internacional, a la gestión de los RRNN, y la naturaleza de pobreza, la desigualdad y la discriminación.

Cada cierto tiempo, el CIUP también ha producido obras de tipo balance, donde los autores toman una pausa para reflexionar “en grande” sobre el país — su pasado, presente, o el futuro cercano.

El primer gran trabajo en esa línea fue Anatomía de un fracaso económico: Perú 1968 – 1978, de Daniel Schydlowsky y Juan Julio Wicht. Un balance de los avances y retrocesos del gobierno militar. El último de estas importantes obras es el que acaba de reeditar Carlos Amat y León, El Perú nuestro de cada día. Nueve ensayos para discutir y decidir.

Lo que hoy presentamos, sin embargo, es algo realmente diferente. Un esfuerzo colectivo por imaginar nuestro país de aquí a cinco décadas.  ¿Qué nos llevó a embarcarnos en esta aventura de tan largo plazo?

Esta iniciativa: Perú 2062

Hace más de un año decidimos organizar una actividad especial para conmemorar nuestro doble aniversario. Así, pensamos realizar una mirada retrospectiva, en la cual se analizase los últimos 50 años del país; reeditar algunos de nuestros textos “clásicos”, o publicar los primeros intentos de los fundadores del CIUP para pensar juntos en el país.  Pero luego nos preguntamos: ¿no es el CIUP de hoy más grande y más diverso que hace 40, 10, o aún 5 años atrás? ¿Cómo hacer para incluir a todos y todas, e integrar las diferentes piezas del rompecabezas?

Como primer paso, se convocó a los colegas del Área de Macroeconomía, y se formó un petit comité, con representantes de las otras áreas del CIUP.  De allí surgió la idea de pensar juntos sobre los próximos 50 años, del Perú y el mundo. Usando como punto de partida las proyecciones de largo plazo que ha realizado un grupo liderado por Bruno Seminario, invitamos a todos los demás expertos a reflexionar sobre el país que tendríamos y/o desearíamos tener en el año 2062, justo cuando nuestra universidad celebre su primer siglode existencia.

El reto era enorme, porque resultaba sumamente complejo escribir sobre algo tan lejano de nuestra propia realidad, y ubicarnos dentro de un mismo marco referencial. De hecho, el proceso de producción de este conjunto de ensayos, de intercambiar información, ideas y dudas sobre el futuro de nuestro país, fue tan importante para nosotros, como los resultados que aquí compartimos.

Contenidos

En esta presentación, me será imposible hacer justicia a los múltiples contenidos y mensajes de esta colección. Pero intentaré hacer una breve síntesis, y los invito a leerlo en su totalidad.  Los 14 capítulos se pueden dividir básicamente en 3 partes:

Parte I. Contexto y Proyecciones Macro:

El primer capítulo, Principales tendencias internacionales, a cargo de Germán Alarco, nos plantea el contexto mundial en el cual se desenvolverá la economía peruana en el medio siglo por venir, y nos previene del gran impacto que podrían generar en el Perú los desarrollos económicos, sociales, ambientales, entre otros, que difícilmente podemos anticipar o controlar.

Probablemente muy pocas mentes visionarias hace 50 años habrían imaginado las revoluciones tecnológicas que experimentamos en el campo de las comunicaciones y la computación. En aquellos tiempos, la competencia en la carrera espacial inducía a pensar que los grandes desarrollos habrían de ocurrir en ese campo: por ejemplo, muchos imaginaban que en el año 2012 viajaríamos entre los diversos planetas del sistema solar. Pero entonces las computadoras eran del tamaño de ciudades, y no hacían cálculos tan complejos como las que hacen las actuales. ¿Se puede predecir los senderos de las revoluciones tecnológicas en el próximo medio siglo?

El ensayo a cargo de Juan Mendoza, Prometeo liberado, plantea estas interrogantes. Explora los avances tecnológicos que aumentarán nuestra esperanza de vida, nuestro bienestar, el cuidado de la salud y el tiempo de ocio. Pero también advierte una posible polarización en la distribución de ingreso, relacionada a factores demográficos y educativos.

Pero, ¿qué significarán esas tendencias futuras en la economía peruana?

En su ensayo, Jürgen Schuldt reflexiona sobre algunas de las determinantes y características más importantes de la estructura de la futura economía peruana, y de las perspectivas económicas de mediano y largo plazo, de seguirse por la misma ruta actual. Al autor le preocupa, sobre todo, la alta dependencia en la exportación de minerales y la poca capacidad hasta ahora de modificar esta situación.

En un sentido similar, pero desde un enfoque más cuantitativo, Bruno Seminario y Nikolai Alva, en base a una reconstrucción meticulosa de trescientos años de las Cuentas Nacionales del Perú, establecen las tendencias y los ciclos de la dinámica económica del país, a partir de lo cual realizan un pronóstico económico para los cincuenta años venideros.

Nos cuentan una historia de auge y caída, marcada por una gran capacidad de crecer y generar riqueza, pero también por fuertes crisis y oportunidades perdidas. Situación que podrá repetirse en el futuro cercano, agudizada por factores demográficos y climáticos, si no nos preparamos. Irónicamente, su mensaje es más político que económico:

“La raíz del atraso peruano no se encuentra en el desempeño central de la economía, sino en la inadecuada administración de los riesgos durante los periodos más críticos.”

Parte II:

En una suerte de segundo bloque, y tomando como punto de partida las mencionadas proyecciones, están aquellos ensayos que analizan el entorno ambiental, empresarial y de infraestructura pública en los cuales los futuros peruanos se desenvolverán.

El capítulo de Elsa Galarza, Francisco Galarza, Rosario Gómez y Joanna Kámiche explora los problemas climáticas futuros y los retos que afrontarán los entes regulatorios ante dicho contexto. Observan que la misma expansión económica genera expansión de las emisiones y escasez de agua, entre otros problemas. Pero su enfoque está en la gobernanza ambiental, en la necesidad de enfrentar estos retos.Nuevamente, la importancia de la gestión pública y la planificación oportunas.

De modo similar, en el ensayo referido a la infraestructura pública, José Luis Bonifaz y Roberto Urrunagaanalizan de qué manera el Estado deberá afrontar las brechas de infraestructura y energía, y las pérdidas económicas que ocurrirían si no se hacen las inversiones en las magnitudes y los momentos apropiados.

Con respecto al mundo empresarial, Karen Weinberger propone las características que deberían tener las empresas idóneas para el futuro. Para ello, toma en consideración los variables del entorno que mayor influencia tendrán en las organizaciones. Vale mencionar que dichas empresas idóneas se fundamentarían en potenciar habilidades y recursos con los que el Perú ya cuenta.  Por su parte, Samuel Mongrut trata de identificar los posibles desafíos a ser superados para desarrollar mejor el emprendimiento en el Perú. Con dicho fin diseña escenarios futuros sobre la base de tres fuerzas que afectan la actividad emprendedora: el desarrollo de los mercados financieros, la educación, y el acceso a la infraestructura física y los servicios básicos.

Parte III:

Luego de examinado el entorno, en la última sección se analizan problemáticas sociales importantes para el país tales como pobreza, educación, salud, ciudadanía y seguridad.

Abren la sección Enrique Vásquez y Andrés Gatty, quienes analizan las múltiples dimensiones de la pobreza y su dinámica futura.  Advierten que el Perú necesita un programa radical de reformas institucionales que haga viable que el 40.6% de pobres multidimensionales que observamos en el 2010, sea 13% o menos en medio siglo más. Esto implica provocar un cambio en fondo y forma en los actores decisores: gobierno, empresa privada y sociedad civil.

Con respecto a la educación, Roberto Burns, José Piedra, y Pablo Cárdenas, reflexionan sobre el futuro de la educación humanista y el rol de la Compañía de Jesús.  Mientras Gustavo Yamada y Juan Francisco Castro estudian las relaciones entre educación, economía y desarrollo. En base a las tendencias de los últimos diez años, proyectan la situación hacia adelante, si seguimos en el mismo camino 50 años más. Encuentran en 2062, una matrícula similar a hoy en primaria, mayor en secundaria, y estancada en el nivel superior, en el 21% actual, mientras que la tasa de culminación de los estudios superiores crecería en solo 2%.  Este escenario sería claramente insuficiente como para colocar al Perú en condiciones de competir en la globalizada sociedad del conocimiento del presente siglo, y alcanzar el desarrollo económico y humano anhelado. Por ende, los autores también plantean un “escenario meta” y pistas para llegar a él.

Por su parte, Arlette Beltrán y Janice Seinfeld realizan un análisis crítico respecto al impacto que tendrá en la salud el envejecimiento de la población, lo cual transformaría el perfil epidemiológico del país y, por ende, el de las políticas sociales. En particular, hacen hincapié en el alarmante aumento de la incidencia de cáncer, y otras enfermedades no transmisibles, que hoy representan el 60% de las muertes y que, según ellas, en las próximas décadas aumentará en más del 200%.

Oscar Sumar, de nuestra Facultad de Derecho, escribe acerca de las implicancias de Internet y la sociedad virtual para las formas de participación y gobierno. Pregunta si el desarrollo de las tecnologías de información y el auge de las redes sociales pueden variar un panorama actualmente caracterizado por (cito) “sociedades con personas desinteresadas e influenciables, sujetas a decisiones tomadas por otros”. Termina con un optimismo moderado, dado el mayor acceso a información y mayor alcance de las tecnologías, aunque los incentivos para una participación más activa en la vida política peruana se mantendrán bajos.

Finalmente, el Embajador Hugo Palma reflexiona sobre un tema que cada vez cobra más relevancia, como es el caso de la seguridad – interna y externa. Examina los retos del gobierno, de la sociedad civil y de los estados, para dar respuesta a esta problemática no solo hoy, sino para el largo plazo.

Mensajes generales

En todos estos capítulos, si bien se abocan a temáticas específicas, subyace la propuesta de alcanzar un desarrollo de nuestra sociedad de manera más equitativa y armónica. El siglo XX fue testigo de grandes avances pero también de grandes tragedias; probablemente las más terribles ocurrieron cuando la evolución tecnológica no evolucionó en paralelo con una sociedad más justa.

Asimismo, aquí se hace un esfuerzo de aislar las influencias coyunturales en la elaboración de los pronósticos, ya que el relativo bienestar de los últimos años provocaría la tendencia a creer que los problemas ya han sido resueltos y que el mundo futuro estará pleno de prosperidad.  Tanto la historia mundial como la nuestra, sin embargo, nos enseñan que si bien no debemos abandonar el optimismo respeto a la prosperidad futura, debemos tener presentes los peligros para su sostenibilidad, para poder evitarlos y no retroceder lo avanzado.

Finalmente, ¿podemos predecir los próximos cincuenta años del Perú? La respuesta es un rotundo NO.  Las variables involucradas son tan complejas, y los eventos posibles innumerables, que hacen esta una tarea interminable.  Sin embargo, que sea imposible predecir el futuro del Perú no significa que no sea necesario hacer el esfuerzo, de reflexionar y planificar.

Es decir, precisamente por la incertidumbre del futuro como por las limitaciones de las teorías para explicarlo, es que la prudencia nos impone hacer un ejercicio como el presente donde tal vez imaginemos escenarios distintos, tal vez nuestros pronósticos resulten errados, sin embargo, creemos que con ello hemos encontrado algo positivo y útil, ya que esas reflexiones nos servirían de guía y nos permitirán generar la posibilidad de construir un futuro más próspero y justo.

 

 

[1] Crónica de una universidad: 1962/2012, 50 años de la Universidad del Pacífico.  Lima: Fondo Editorial de la UP.